Nelson Mandela
por sí mismo
EL LIBRO DE CITAS AUTORIZADO
Edición a cargo de Sello Hatang y Sahm Venter
Traducción de Ricard Vela
Título original: Nelson Mandela by Himself
Primera edición en esta colección: noviembre de 2011
Texto © 2011 by Nelson R. Mandela and The Nelson Mandela Foundation
Concept and design © PQ Blackwell Limited
© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2011
© de la traducción: Ricard Vela, 2011
Plataforma Editorial
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Imagen de cubierta (extracto de escritura manuscrita) de un cuaderno de notas, fecha desconocida.
Fotografía de Matthew Willman
Copyright © The Nelson Mandela Foundation
Diseño de la cubierta: Cameron Gibb
Realización de la cubierta: Utopikka
ISBN EPUB: 978-84-15750-25-3
Reservados todos los derechos. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo públicos. Si necesita fotocopiar o reproducir algún fragmento de esta obra, diríjase al editor o a CEDRO (www.cedro.org).
Contenido
Portadilla
Créditos
Introducción
Cita
A
B
C
D
E
F
G
H
I
J
L
M
N
O
P
R
S
T
U
V
X
Información complementaria
Cronología
Bibliografía selecta
Agradecimientos
La opinión del lector
Introducción
Nelson Rolihlahla Mandela es una de las personas más citadas (y peor citadas) del mundo. Es algo irónico dado que durante la mayor parte de su vida adulta no se le podía citar en absoluto. En Sudáfrica citar a Mandela comportaba la amenaza de que se considerara un crimen y de una posible sentencia de prisión. Bajo el régimen del apartheid, la gente que estaba vetada o encarcelada no podía ser citada, y Mandela estuvo, sucesivamente, prohibido desde diciembre de 1952 y encarcelado desde el 5 de agosto de 1962 hasta el 11 de febrero de 1990.
Por supuesto, las palabras que un acusado pronunciara en público en un tribunal estaban exentas de esta restricción, y las que dijo en el juicio de octubre-noviembre de 1962, y en su famoso discurso desde el banquillo en el juicio de Rivonia, el 20 de abril de 1964, fueron citadas en los medios de comunicación. A pesar de esta exención, la gente aún temía repetir sus palabras. Las últimas que pronunció en su largo discurso de cuatro horas y media del juicio de Rivonia se han convertido en material legendario en la historia de la lucha contra el apartheid:
Durante mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano. He batallado contra la dominación blanca, y también contra la dominación negra. He albergado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas convivan en armonía y en igualdad de oportunidades. Es un ideal que tengo la esperanza de alcanzar en vida. Pero, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir.
Estas palabras caracterizan la esencia del coraje, compromiso y liderazgo de Mandela y de sus camaradas en su lucha por acabar con el apartheid. En el cuarto de siglo posterior al final del juicio el 12 de junio de 1964, un silencio nacido del miedo cubrió el nombre de Nelson Mandela casi por completo por toda Sudáfrica. Durante décadas solo fue pronunciado prácticamente en secreto o como desafío a las tácticas cada vez más represivas del régimen del apartheid y de sus agentes. Algunas de sus palabras salieron de contrabando de la cárcel y se dieron a conocer en el exilio gracias al Congreso Nacional Africano (CNA), pero Mandela había sido efectivamente silenciado.
El silencio se rompió cuando, hablando desde el balcón del Ayuntamiento de Ciudad del Cabo el domingo 11 de febrero de 1990, el recién liberado Nelson Mandela se dirigió a una multitud de miles de partidarios, que se habían reunido en la plaza de la Grand Parade para escuchar su voz, y a una audiencia de millones de personas a través de la radio y de la televisión:
Amigos, camaradas y compatriotas sudafricanos, ¡os saludo en nombre de la paz, la democracia y la libertad para todos! Me presento ante vosotros no como un profeta sino como un humilde servidor vuestro, el pueblo. Vuestros incansables sacrificios heroicos han hecho posible que hoy esté aquí. Por eso, pongo en vuestras manos los años que me queden de vida.
Esta vez el mundo entero oyó y leyó sus palabras y continuó siendo ampliamente citado. Sus palabras fueron divulgadas internacionalmente: durante el período en que estuvo encerrado junto con sus camaradas en las negociaciones para acabar con el dominio de la minoría blanca, cuando estuvo haciendo campaña para las primeras votaciones democráticas en Sudáfrica, durante su elección y toma de posesión como presidente, a lo largo de todos sus viajes por Sudáfrica, África y el resto del mundo, cuando desarrollaba sus obras de caridad y durante sus diversos retiros. Incluso bastante después del anuncio de su «jubilación de la jubilación» oficial, el 2 de junio de 2004, cuando dijo aquello tan famoso de «No me llaméis, ya os llamaré yo», nosotros, en el Centro de la Memoria de la Fundación Nelson Mandela, todavía procesamos miles de peticiones para autentificar sus palabras.
Y nos encontramos con que muchas de estas, tomadas a menudo de páginas web que pretenden contener información precisa sobre Mandela, no son correctas. Una de las principales «citas» por la que Mandela es citado incorrectamente consiste, en realidad, en las palabras de la autora norteamericana Marianne Williamson, de su libro Volver al amor: Reflexiones sobre los principios de un curso de milagros. Ella escribió: «Nuestro temor más profundo consiste en constatar que somos poderosos más allá de toda medida». Esta cita, y especialmente las palabras finales de Williamson: «A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros», se le atribuye con frecuencia incorrectamente a Mandela.
Nuestro propósito al editar este libro, por consiguiente, fue en primer lugar ofrecer al público un repertorio extenso y correcto y, en segundo término, documentar en una única obra un surtido significativo de frases de Mandela. El resultado es una antología que cubre más de sesenta años de citas. Preparando este libro nos sentimos conmovidos tanto por la gravedad de sus palabras –expresadas cuando afrontó la sentencia de pena de muerte en 1964 y en las batallas contra el apartheid– como por su sencillez.
Nos sentimos conmovidos por la forma en que sus palabras enlazan directamente con sus valores y principios, y por cómo estos han hecho de Mandela una de las personalidades más admiradas y apreciadas del siglo XXI. Él escoge sus palabras deliberadamente, quiere decir exactamente lo que dice y quiere que su audiencia capte fácilmente su significado. Como dijo el 14 de julio de 2000:
No acostumbro a usar las palabras a la ligera. Si veintisiete años en prisión nos han enseñado algo, ha sido llegar a entender, desde el silencio de la soledad, hasta qué punto las palabras son preciosas y hasta qué punto el lenguaje verdadero tiene su impacto en la forma en que la gente vive y muere.
Su énfasis en la importancia de conectar con el público a través de la claridad de las palabras se demuestra aún más en este fragmento de un discurso que pronunció el 21 de setiembre de 1953:
Largos discursos, puños agitados, mesas golpeadas y resoluciones mordaces que no tienen en cuenta las condiciones objetivas no dan lugar a acciones masivas y pueden hacerle mucho daño a la organización y a la lucha que mantiene.
Por supuesto, Mandela también es bien conocido por su sentido del humor y por su habilidad para encontrar diversión incluso en las circunstancias que suponen un mayor desafío. Durante nuestro proceso de documentación lo hemos descubierto frecuentemente haciendo comentarios muy divertidos. En 2005 explicó el valor que le concede al humor:
Agudiza tus ideas poniéndote al nivel de la gente con la que estás, y con sentido del humor y relajándote completamente, incluso cuando estés discutiendo cosas serias, lo que movilizará a tus amigos a tu alrededor. Y a mí eso me encanta.
Hemos seleccionado aproximadamente 2.000 citas de entre muchos millares más para reflejar sesenta y tres años de pensamientos y sentimientos de Mandela. Las citas han sido divididas en 317 categorías ordenadas internamente de forma cronológica, ofreciendo así una interesante visión de cómo sus ideas han evolucionado o, en muchos casos, cómo se han mantenido inalterables. Por ejemplo, las dos citas siguientes sobre el principio del antirracismo fechadas en 1964 y en 2005 respectivamente:
En el CNA hemos abogado siempre por una democracia no racial, y nos desmarcamos de cualquier acción que pudiera separar las razas entre ellas todavía más.
Y:
Espero que nuestro movimiento mantenga siempre vivo el compromiso con el antirracismo en sus programas, en sus políticas y en sus acciones. Este compromiso, incluso en circunstancias en las que nos podrían haber disculpado por habernos desviado un poco, es el que nos ha hecho acreedores, entre otras cosas, del respeto del mundo.
Las citas han sido extraídas de sus discursos desde fechas tan lejanas como 1951, de entrevistas registradas desde el período anterior a su ingreso en prisión, de cartas a partir de 1948, de extractos de diarios personales a partir del de 1962, cuando viajó por África y por el Reino Unido, así como de observaciones improvisadas y de otras fuentes. En casi todos los casos hemos transcrito el texto completo de la cita y hemos indicado su procedencia.
Entre todos podemos honrar a Nelson Mandela citándolo correcta y cuidadosamente, así como teniendo en cuenta los contextos en los que esas palabras fueron pronunciadas.
Sello Hatang y Sahm Venter
Editores comisionados
por el Centro de la Memoria Nelson Mandela
Marzo de 2011
Lo que cuenta en la vida no es el mero hecho de haber vivido.
Son los cambios que hemos provocado en las vidas de los demás lo que determina el significado de la nuestra.
CELEBRACIÓN DE LOS NOVENTA AÑOS DE WALTER SISULU, WALTER SISULU HALL, RANDBURG, JOHANNESBURGO, SUDÁFRICA, 18 DE MAYO DE 2002