Bienvenidos al mundo
real de la bolsa
Primera edición en esta colección: abril de 2015
© David Trullás, 2015
© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2015
Plataforma Editorial
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ISBN: 978-84-16429-11-0
Diseño de cubierta y composición: Grafime
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A mi abuela Lola,
a mi abuelo Agustí y a Esther.
Cuando David, muy amable y generosamente, nos pidió que prologásemos su libro, ya sabía él que no íbamos a perder ocasión de referirnos al autor del primer libro sobre la bolsa, Confusión de confusiones. Diálogos curiosos entre un filósofo agudo, un mercader discreto y un accionista erudito, cuyo autor fue un judío cordobés de nombre José de la Vega. En su dedicatoria «al muy Ilustre Señor Duarte Núñez da Costa», dice: «Llámase, generalmente, juego este negocio, y yo digo que es el del hombre este juego…».
El libro que el lector tiene en sus manos es una acertada introducción a este juego que llamamos negocio. El autor se vale de herramientas didácticas para el análisis de los principales instrumentos de negociación de los mercados financieros –especialmente, de los productos apalancados–, y de las técnicas básicas con las que el lector debe familiarizarse si desea tener éxito en la confección –paciente y razonada– de un sistema de especulación rentable. Su exposición es clara, por lo que el contenido del libro resultará de fácil asimilación.
Ahora bien, no podemos pasar por alto la importancia que da el autor a la psicología de masas, imprescindible para tener éxito en este negocio, «el más real y útil que se conoce hoy en Europa», como bien dijera en 1688 el ilustre Dr. José.
Es decir, el acierto de este libro está en darnos las dos claves para tener éxito en este juego: un sistema de especulación razonado y el conocimiento permanente del sentimiento de la masa inversora.
Es importante resaltar también el enfoque divulgativo de Bienvenidos al mundo real de la bolsa. Poco a poco, el análisis técnico y financiero se abre paso en nuestra sociedad. Especialmente en los últimos años, la información sobre mercados ha estado presente en todos los medios de comunicación, por lo que paulatinamente la opinión pública se ha familiarizado con términos como «tipo de interés», «especuladores», «diferencial de deuda», entre otros que se repiten una y otra vez, aunque muchas veces se desconozca su significado. Sea cual sea la cadena de noticias que sintonicemos, encontraremos siempre información sobre la bolsa. Sin importar el rincón del mundo en el que nos encontremos, en la televisión del hotel descubriremos análisis de la evolución de los índices de la bolsa.
Pero nunca habrá un programa que nos explique cómo ganar dinero en la bolsa. Y eso es, precisamente, lo que debemos divulgar, lo que debe enseñarse a las personas, y por eso apoyamos completamente la edición de guías divulgativas, como el libro que el lector tiene en sus manos, que faciliten el acceso a un conocimiento que ha sido celosamente guardado por una minoría.
Generalmente, los mercados aparecen ante la opinión pública como una estructura lejana, inaccesible, aunque no haya nada más lejos de la realidad. El mercado está al alcance de la pantalla de nuestro teléfono móvil, abierto para que participemos. Nos guste o no, esto es así, y ofrece ventajas que, creemos, son interesantes de descubrir.
No hace falta leer el Financial Times para ganar 600 euros a la semana. En Nueva York, un taxista podía ir a Wall Street cuando terminaba su jornada, porque sabía que allí podía ganar dinero. Pero ahora no hace falta bajarse del taxi para comprar o vender acciones.
Durante quince años hemos impartido cursos de análisis técnico avanzado. Hemos contado con alumnos sin cultura financiera, sin formación universitaria, pero conocedores de su oficio, con un afinado instinto de negocios; personas que, con pocos años de estudio, podrán acceder al mercado con suficientes garantías de éxito.
Hemos visto también a otros que solo buscan enriquecerse rápidamente, y que, tarde o temprano, terminan por estrellarse y arruinarse.
Entre todo, está el recuerdo nítido de la mirada aguda del joven David Trullás, quien observaba desde el fondo de la sala del hotel madrileño en el que hacíamos nuestros cursos. Estaba ávido por entender y descubrir que eso que él olfateaba era tan valioso como creía. Y el tiempo parece haber demostrado que tiene buen olfato.
JOSÉ LUIS CAVA y ENRIQUE SANTOS
Si buscan en Bienvenidos al mundo real de la bolsa el santo grial de los mercados, este no es su libro.
Siento decepcionarlos en estos primeros compases si creen que les daré estrategias con más de un 90 % de acierto, porque sencillamente no existen; o que les daré el clic, el botón, que hará que la bolsa les proporcione dinero de forma fácil y puedan vivir, sin más, de ello. No, todo esto no existe.
Si creen que después de la lectura de este libro serán profesionales, se sentarán ante su ordenador y con poco tiempo de trabajo se sacarán su jornal, sinceramente, este no es su libro.
Hagan la prueba con otra profesión, cómprense un libro sobre cómo tocar el piano y pónganse a interpretar cualquier concierto para piano de Mozart. El ridículo será espantoso.
¿Por qué no deberían creer que tendríamos idéntico resultado con un libro sobre la bolsa? Sería incluso peor, porque no solamente no sobrevivirían económicamente, sino que les dañaría sentimentalmente.
Sí, sentimentalmente, emocionalmente, porque la bolsa no es economía, no es business, es psicología.
Este circo, dicho sea de paso, está montado para que el pequeño inversor pierda su capital, no está reservado a los economistas ni a licenciados de Harvard. Este circo es la selva, y solo sobrevivirán los fuertes, y dentro de los fuertes solo triunfarán los más fuertes.
Esa fortaleza viene determinada por el grado de preparación y por la fuerza mental de cada uno de nosotros.
Existen cuatro pilares básicos que usted debe dominar a la perfección antes de entrar a formar parte de este mundo:
El manejo de la plataforma es parte de su responsabilidad y de la del bróker con el que trabajará, quien deberá facilitar cualquier resolución de los obstáculos con los que se encontrará.
El análisis técnico es el reflejo de la psicología de la masa mundial, es decir, la que mueve el precio, porque se repite una y otra vez con unos patrones que en ocasiones llegan a ser perfectos.
Es muy importante saber y dominar a la perfección el tipo de órdenes que poseemos para entrar y salir del mercado. No podemos ir a la guerra sin saber cómo funcionan nuestras armas.
El control emocional, la psicología de cada uno de nosotros, es vital; si no somos fuertes, fríos, si no dominamos nuestras emociones, podemos caer en la desesperación.
Bienvenido al mundo real de la bolsa pretende asentar estos pilares, a excepción del manejo de la plataforma. Si ustedes quieren aprender, entender el análisis técnico, saber cuándo hay que estar dentro y fuera de mercado, cómo entrar y cómo salir de él, e identificar las emociones y saber trabajar con ellas, entonces este es su libro.
Si ustedes están dispuestos a trabajar, a seguir formándose, a sacrificarse perdiendo horas ante la pantalla, pero al mismo tiempo a disfrutarlo y a tener paciencia –porque la recompensa económica no siempre es inmediata–, entonces pónganse cómodos y disfruten.
Bienvenidos y les deseo buena lectura.
DAVID TRULLÁS
La «bolsa», los «mercados», son esos conceptos que suenan lejanos de nuestra vida cotidiana, esas palabras que creemos intangibles y que distan tanto de nuestra realidad. Sin embargo, realmente y sin darnos cuenta, cada uno de ustedes, alguna vez, ha formado parte de ellas.
La bolsa es un mercado al que acuden compradores y vendedores que fijan el precio de un activo mediante un instrumento financiero; el precio vendrá determinado por la ley de la oferta y la demanda en ambos lados, cuánto ofrece un comprador y cuánto demanda el vendedor.
Las empresas cotizan en bolsa por dos motivos: para capitalizarse o por prestigio. Actualmente, Apple no tiene ninguna necesidad de liquidez, en cambio, empresas del mercado continuo español o del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) sí tienen esa necesidad. Allí tenemos la primera advertencia, cuando se planteen comprar acciones de una empresa. Vayan a empresas sólidas y olviden empresas pequeñas; recuerden casos de 2014 como los de Gowex, Carbures, Edreams, en los que muchos inversores quedaron enganchados sin poder cambiar sus títulos por liquidez.
A menudo me encuentro en situaciones en las que la gente me juzga peyorativamente por mi trabajo, por especular y enseñar a especular –porque la bolsa es eso: especular, no invertir–. Soy un ente malvado que hunde empresas y hace subir el precio del petróleo. Caray, ¡qué poder poseo! Pero, usted, que ha comprado acciones de un banco español a un precio mucho más lejano de lo que realmente vale, usted, ¿qué es? Porque lo que bien querrá será endosarle a un tercero esas acciones a un precio mayor. Usted, ¿qué hace? ¡Especula! ¡Paga y quiere cobrar a un precio superior de su valor real!
¿Y el que compra un fondo de inversión, ese no es un especulador? ¿En qué creen que depositan el dinero de un fondo?
Pero ¿quién forma parte de los mercados? Los mercados somos todos, desde la empresa que adjudica parte de sus acciones a los minoristas, como nosotros, hasta la institución financiera que nos hará entrega de ellas. También lo son los Estados que emiten deuda pública, y cualquier padre de familia que posee un fondo de inversión o, incluso, jubilados que en su momento compraron preferentes. Todos formamos parte del mercado. ¡Todos especulamos!
Nosotros somos la bolsa, nosotros somos el mercado.