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JUAN PABLO NEIRA LUQUE es uno de los más reconocidos conferencistas y especialistas en presentaciones corporativas de América Latina.

Publicista de profesión, industria a la cual estuvo vinculado por más de diez años, se especializó en George Washington University como productor de eventos, para posteriormente fundar LIVE, una de las más prestigiosas compañías de eventos especiales en Colombia.

Creador de Expomarketing y fundador de las publicaciones Marketing News y CEO Colombia, la carrera de este publicista se caracteriza por su versatilidad como empresario.

Clientes como SAB Miller, Johnson & Johnson, Citibank, Nestlé, Pepsico, Pfizer, Terpel y P&G, han sido testigos de su trabajo como profesional del liderazgo en vivo.

Siendo un extraordinario conferencista, combina su amplia experiencia en el mundo de la creatividad y del servicio con su gran afición por la magia, presentando diversos conceptos de conferencia show que han logrado motivar, ilustrar y energizar audiencias en más de 30 países.

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2014 © Juan Pablo Neira Luque

Editor

Leonardo Tafifur Acosta

Corrección de estilo

Elkin Rivera Gómez

Dirección de arte

Tatiana Türk Rizzo

Ilustración portada

Alejandro Moreno

Editorial

360 Media

Carrera 11A N.° 90-15 Of. 301

ISBN 978-958-46-2238-9

ePub por Hipertexto / www.hipertexto.com.co

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni el registro en un sistema informático, ni la transmisión bajo cualquier forma o a través de cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación o por otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del titular del copyright.

A mi esposa, Silvana, y a mis hijos

Laura, Gabriela y Emilio

Gracias a ustedes, imagino la vida

todos los días. Que Dios los bendiga

y los guarde siempre.

PRÓLOGO

Juan Pablo Neira es un ejemplo “mágico” del poder de la imaginación. En algún momento de la vida, mientras desarrollaba una maravillosa carrera profesional y gozaba del éxito de su empresa el Grupo Live, se imaginó que podría ser uno de los mejores conferencistas de América Latina. Y claramente, como por arte de magia, lo logró.

Yo, que estoy en el mundo de las conferencias desde hace cerca de diez años, sé que esto no es fácil. ¡Nada fácil! Como dice Mark Sanborn en su libro The encore effect: “Hay muchos que sueñan con ser una gran figura pero pocos invierten lo que se necesita para llegar a serlo”. Esto lo vemos todos los días y en todos los campos. Muchos niños sueñan con ser como Lionel Messi y muchos líderes empresariales sueñan con ser como Steve Jobs. La realidad nos muestra, sin embargo, que muy pocos lo logran porque no intentan hacer realidad ese sueño. La imaginación no es suficiente, hay que trabajar, luchar y perseverar. Gente con imaginación abunda, pero no gente con talento, disciplina y perseverancia.

Por mi trabajo como director general de HiCue Speakers, agencia líder de conferencistas en América Latina, tuve la fortuna de conocer a Juan Pablo. Desde el primer momento me impresionaron su marcado profesionalismo, su impecable capacidad de ejecución y, muy particularmente, su enorme talento creativo. Pocas personas tienen la agilidad mental y la elocuencia que caracterizan a este gran líder del entretenimiento corporativo. Como me dijo recientemente uno de sus colegas en la industria, “cuando Juan Pablo Neira está en una reunión con un cliente, todos permanecemos en silencio mientras él nos cautiva con sus palabras. Juan Pablo vende sus ideas con una facilidad asombrosa”. Y en el plano personal, también es sorprendente. Es una persona confiable, transparente y generosa, siempre al servicio de los demás y pendiente de sus familiares y amigos.

En marzo de 2008 me comentó que quería ser conferencista. Esto no me sorprendió, ya que con frecuencia recibo comentarios similares. Tres meses más tarde me dijo que se había comprado un Mac y que estaba montando su presentación en Keynote. Me contó, con enorme entusiasmo, que estaba trabajando todas las noches. Posteriormente, en diciembre del mismo año, me invitó a ver su conferencia. Me dijo que ya había hecho dos presentaciones: la primera para su familia y la segunda para su equipo. Ya estaba listo para una prueba ácida. Contrató un salón en el Hotel Bogotá Plaza y montó un evento con todas las de la ley, sin escatimar esfuerzos. Invitó a 40 personas de su entera confianza. Quería empezar a foguearse como conferencista... y quería también que algunos de los asistentes le pudiéramos dar algo de retroalimentación. Debo reconocer que los ajustes fueron mínimos. Las recomendaciones fueron más de forma que de fondo. Desde el primer momento, supe que Juan Pablo había encontrado un formato novedoso y de alto impacto.

Muchos lo conocían como uno de los más destacados especialistas del entretenimiento corporativo en América Latina. Pocos, sin embargo, sabían que, además de ser un gran profesional del marketing, era un gran mago. Confieso que cuando me comentó la idea de combinar la magia (su pasión) con el marketing (su profesión), me encantó la idea pero subestimé su nivel como mago. Siendo su hobby, como lo describió en ese momento, pensé que podría ser algo muy básico. Evidentemente, estaba equivocado. La magia es una pasión tan fuerte para él que se nota a las claras que le ha dedicado largas horas de práctica. Es algo que disfruta con intensidad, y así lo transmite en sus presentaciones.

Su éxito ha sido abrumador: en menos de cuatro años se ha consolidado como uno de los conferencistas más solicitados en América Latina. Verlo en acción es un verdadero placer. Combina de manera magistral el contenido profundo con el humor fino, el espectáculo de la magia con el rigor de las ideas y su envidiable sentido creativo con el difícil “arte” de contar historias. Ver la seguridad con que se mueve en el escenario y la forma en que cautiva al auditorio es como ver en escena al inimitable Andrés López, el creador de La Pelota de letras. Es como si llevara 20 años dando conferencias, sin haber perdido, por supuesto, la chispa y el encanto por su nuevo oficio. Y como buen profesional, no para de aprender. La evolución de sus conferencias es permanente. Siempre está incorporando nuevas ideas, nuevas historias y nuevos trucos.

Hace un año me dijo que quería escribir un libro. Diez meses más tarde me llamó para contarme que ya lo estaba terminando y que quería que yo le escribiera el prólogo. Naturalmente, acepté con gusto y sin pensarlo. Tuve, entonces, el privilegio de ser uno de los primeros en leer el libro. Una vez más, Juan Pablo superó todas mis expectativas. Sabía que era un gran profesional y luego descubrí que era un gran mago. Sabía que era un gran conferencista... y ahora descubro que también es un gran autor. Puedo dar fe de su talento como escritor, ya que leí el primer borrador, antes de haber pasado por las manos de un editor o un corrector de estilo. La estructura es impecable, la redacción es amena, el contenido es claro, el diseño es moderno, los ejemplos son relevantes, los testimonios son inspiradores y las lecciones son contundentes. Sin duda, Imagine resultará de gran interés y utilidad para líderes y emprendedores en toda América Latina.

No era fácil trasladar el éxito de su conferencia a un libro, puesto que la magia, en gran parte, es lo que hace que su conferencia sea única y memorable. El libro, no obstante, tiene una magia  diferente. Está colmado de testimonios inspiradores. Es una mezcla perfecta de contenido teórico y práctico, con ideas que inspiran y transforman. Al igual que en su conferencia, logra tocar el corazón del lector con un estilo dinámico y divertido, e invita a vivir una experiencia única para descubrir de una manera creativa e impactante el verdadero poder de su magia. Imagine es ahora un libro que, usando la magia como metáfora, moviliza al lector a encontrar su verdadero potencial.

Como lo dice Juan Pablo en la descripción de su conferencia, este libro será una oportunidad única para comprender que la ilusión es nuestra capacidad de creer, el mentalismo nuestra capacidad de crear y, finalmente, la magia nuestra capacidad de transformar. A lo largo de estas páginas, Juan Pablo Neira demuestra, por medio de ejemplos de vida y casos concretos, cómo la creatividad y la imaginación son el verdadero motor de la innovación.

Estoy seguro de que el lector disfrutará esta maravillosa obra. Ahora sólo nos resta esperar a conocer cuál será la próxima sorpresa o proyecto de Juan Pablo Neira, el empresario, el mago, el conferencista y el autor. Como lo ha demostrado en este libro, el poder de su imaginación es realmente ilimitado.

Santiago Zapata Castellanos

Fundador y director general de HiCue Speakers

"Se trata de imaginarse algo,
crearlo y hacerlo realidad .

Antes de que comiences a leer este libro, me gustaría conectar mi imaginación con la tuya. Es un simple ejercicio para empezar a imaginar.

¿Listo?

Primero, quiero que pienses en un número del 1 al 10. Ahora multiplica el número que pensaste por 9. Ojo, debes estar seguro del resultado, porque a esta nueva cifra le restarás 5.

Si obtienes un número de dos dígitos, debes sumarlos entre sí hasta conseguir un número de un dígito. Ahora que tienes un solo número, debes llevarlo al abecedario a la letra que le corresponda, así: 1 es igual a la letra A, 2 significa B, 3 representa C y así sucesivamente.

Una vez que hayas identificado la letra correspondiente al número de tu resultado, quiero que pienses en un país cuyo nombre empiece por esa letra. Recuerda: es un país, no una ciudad.

Ahora con la segunda letra del país que pensaste, quiero que te imagines un animal cuyo nombre comience por la segunda letra de ese país que pensaste. Ahora piensa en su color.

Ya está.

Creo que nuestras mentes están sincronizadas.

Aunque yo a ese país he ido 4 veces...

En Dinamarca nunca he visto iguanas verdes.

INTRODUCCIÓN

Por qué escribo este libro

“El que lee mucho intentará
algún día escribir”.

William Cowper

El Jumbo 747 de Avianca era un sueño. Un avión emblemático encargado de realizar viajes desde Colombia hacia Estados Unidos y otros destinos internacionales. Debido a su tamaño imponente y su tecnología de punta, marcó toda una época a comienzos de los años ochenta, y aunque cualquier niño de once años, como yo, se sentía impresionado por aquel monstruo de los aires, la potencia con que se elevaba libremente significaba para mí algo especial.

Mis abuelos y mi familia en general viajaban con frecuencia, inculcándome, sin saberlo, una fascinación por volar y explorar nuevos destinos. Para mí, viajar era la puerta hacia un mundo desconocido al que sólo algunos privilegiados tenían acceso. Por eso, desde niño ya había decidido mi futuro: estudiaría aviación y conocería el mundo, sin preocuparme por dinero para comprar pasajes aéreos costosos, pues yo sería el hombre que viajaría al frente, en la primera silla y con una vista espectacular.

Así empecé el bachillerato, con la convicción de ser piloto y vivir en medio de hoteles, playas y lugares exóticos, sin que se asomaran por mi cabeza los miles de ideas y cuestionamientos que llegan de manera natural en el proceso de transición de niño a adolescente.

Fue en ese entonces cuando, en medio de las actividades académicas, descubrí que contaba con una capacidad creativa que me permitía destacarme entre mis compañeros y me resultaba muy útil para inventar historias, crear escenarios e imaginar diferentes situaciones de la vida diaria.

En realidad, disfrutaba mucho de ese universo de posibilidades que se presentaban en la mente y la idea de vivir de la creatividad, alejado de la monotonía y los escenarios rutinarios, me llamaba poderosamente la atención. Sí, volar seguía siendo un gran sueño, pero la posibilidad de ganarme la vida a través de mi propia imaginación me daba una sensación de libertad y autonomía única que no pensaba desaprovechar. Entonces decidí estudiar publicidad.

Unión de dos mundos

En el mundo de la publicidad no sólo era útil sino absolutamente necesario analizar y visualizar las cosas desde un escenario distinto. Allí, en el terreno donde en muchos casos se busca generar impacto y recordación de marca, siempre se vive en busca de otro enfoque, de una idea novedosa, del replanteamiento de esquemas y necesidades.

Yo, que hasta ese momento simplemente tenía contadas experiencias con la publicidad, empecé a aprender de mis colegas los detalles y el diario vivir del publicista.

Había ingresado a D’Arcy, una reconocida agencia de publicidad en Colombia, y mis propuestas tenían buena acogida en el grupo de trabajo. Apenas arrancaba en el oficio y los resultados me daban la corazonada de que podría llegar lejos, y cuando me preparaba para adquirir mayores responsabilidades en la empresa, me enteré de que mis primeros clientes eran la cadena de Hoteles Intercontinental, la Oficina de Turismo de Curazao y Ecuatoriana de Aviación.

La vida se había encargado de poner en mi camino el mundo del turismo. Ahí me di cuenta de que no tenía que ser un piloto para viajar y que podía llegar a muchos lugares increíbles haciendo que mis ideas trabajaran para tal fin.

Empecé a vivir una gran aventura entre el turismo y la publicidad porque, gracias a mi trabajo con esos clientes, viajaba constantemente a diferentes partes del planeta y seguía creciendo como publicista. Era la conjunción perfecta entre dos grandes pasiones que hasta ese momento imaginaba en senderos distintos.

Aprendiendo a volar

Sin embargo, después de diez años de trabajo en varias agencias de publicidad, decidí renunciar para formar mi propia empresa. ¿En realidad estaba dispuesto a retirarme de una carrera que hasta ese momento me estaba dando buenos resultados? ¿Cómo me iba a quedar sin puesto, con la incertidumbre económica que eso implicaba? ¿Era consciente de que esa decisión podía afectar mi sueño de ser uno de los publicistas más reconocidos del país? En ese momento no me importó. Sabía que con trabajo y dedicación podía obtener la independencia necesaria para desarrollarme libremente.

Además, en esa época se presentaba un momento coyuntural en mi vida y era la estrecha relación entre lo que yo hacía como empleado y la pequeña empresa de mi mamá.

Mientras ella se dedicaba a la organización de eventos, yo trabajaba con Exxon Mobil, Citibank y Postobón, compañías que constantemente requerían mis servicios. Sin duda, mi mamá y yo íbamos por caminos paralelos que en algún momento debían complementarse. Cuando renuncié a la agencia de publicidad donde trabajaba, estaba bastante interesado en el campo de la realización de eventos y, aprovechando la experiencia de mi mamá en este frente, decidí apuntarle a un mercado poco especializado y desatendido en el país.

Había un gran potencial en la realización de eventos, y si bien mi mamá se desempeñaba muy bien en la organización logística, yo sabía que podíamos entregar un valor agregado en la forma de producirlos. Tomando como base la creatividad y el cumplimiento como política de trabajo, nos propusimos consolidar la compañía más importante de eventos en Colombia. Así arrancamos una aventura ligada directamente a las marcas en la que, más allá de manejar sus mensajes publicitarios, nos especializamos en crear momentos y experiencias en vivo con un efecto innovador.

Ese fue el inicio de Live Events, empresa que lleva 18 años en el mercado. Ese también fue uno de los regalos más grandes que me ha dado mi mamá: trabajó a mi lado sin pausa para enseñarme, por medio de sus acciones, que las ideas hay que ejecutarlas porque los sueños se pueden volver realidad. A su lado me puse las alas y aprendí a volar.

El poder de transformar

La magia, con su enorme capacidad para sorprender, es un ingrediente ideal que genera impacto en el público. Por eso, en el día a día de la empresa terminé contratando a prestigiosos magos de Colombia, como José Simhon, Gustavo Lorgia y Carlos Zea. Al ver el éxito de sus presentaciones, me interesé mucho por ese campo. Recuerdo que en uno de mis viajes acabé por descubrir esa nueva pasión.

Asistía a un congreso sobre realización de eventos en Chicago. Camino a mi habitación encontré una tienda llamada Magic Master, ubicada en la galería comercial del hotel. El lugar era fascinante: contaba con toda clase de artículos especiales para magos y en el mostrador había un argentino que demostraba su talento a los pocos curiosos del lugar. No sé qué pasó en ese entonces, pero entré en una especie de trance que me permitió sumergirme en la magia durante más de seis horas viendo, preguntando y analizando todas las posibilidades de un mundo riquísimo en creatividad.

Una vez más, casi 30 años después, tenía la misma seguridad que experimenté de niño cuando afirmaba que quería ser piloto de avión. Ahora quería ser mago y disfrutar del asombro, las sonrisas y las realidades que podía generar a mi alrededor. Me enamoré de la magia sin ningún reparo y empecé a alimentar ese hobby jugando con cartas, monedas, cursos por internet y seminarios que me ayudaron a practicar ese arte delante de familiares y amigos.

Continué practicando y casi sin darme cuenta acumulé diez años en el ejercicio de esta afición que no pensaba compartir a gran escala. Para mí, la magia era una pasión que, más allá de producirme satisfacción personal, no ocupaba ningún fin comercial dentro de mis proyectos.

Sin embargo, un día contacté a Martin Lindstrom, gran gurú de las marcas y el branding a escala mundial, para que dictara una conferencia en Expomarketing, el principal evento de mercadeo en América Latina. Lindstrom, un danés de mi edad, tenía un profundo conocimiento acerca del mercadeo que combinaba con una presentación novedosa, con tintes de magia, por lo cual era catalogado como una de las personas más influyentes del mundo según la revista Time y uno de los conferencistas más cotizados en el escenario internacional. El éxito de Lindstrom y la certeza de que yo podría hacer algo con un impacto similar sembraron en mí la inquietud de convertirme en conferencista.

Después de todo, las presentaciones en público no me eran ajenas: durante casi quince años de carrera en la publicidad desarrollé técnicas de expresión oral y comunicación efectiva frente a un gran número de clientes y también me había desempeñado como docente de posgrado sobre temas relacionados con el marketing en vivo.

Con el proyecto dando vueltas en la cabeza, me sugirieron contratar al mago motivacional Giovanni Livera para un evento de la cervecera SABMiller. Hasta ese momento yo sabía que existían magos sociales y corporativos, pero desconocía la clase de show que podía presentar un mago motivacional como él. Livera combinó la magia con un discurso poderoso que dejó impresionados a los asistentes. Fue ahí cuando identifiqué el principal motivo de mi intranquilidad.

El show de Livera me confirmó que era posible combinar mi pasión por la magia con los años de experiencia que acumulaba en la realización de eventos en vivo. Sin lugar a dudas, debía hacer algo para aprovechar esa oportunidad que se presentaba ante mis ojos. Desde ese momento empecé a practicar rutinas de magia relacionadas con los conocimientos que tenía en el campo del mercadeo y la publicidad.

Ese fue el origen de “Magic marketing: el poder de las marcas”, la primera conferencia sobre mercadeo y magia que se dictó en Colombia y varios países de América Latina, que además de tener gran acogida en el mundo corporativo, representó la puerta de entrada a una nueva faceta de mi vida.

Imagine

Tiempo después lancé “Imagine”, mi segunda conferencia y eje de este libro, donde relaciono el universo de la magia con el ingenio, la creatividad y la innovación que deben tener los seres humanos para encontrar su verdadero potencial. La imaginación, como materia prima de toda innovación, es la capacidad del ser humano para explorar realidades distintas, alternas, hasta ese momento inexistentes, pero al fin y al cabo válidas en la mente de cada persona.

Cuando imaginamos estamos jugando libremente con los conocimientos y experiencias alojadas en nuestra mente para contemplar ideas que, sin importar si son buenas o no, conforman un ejercicio liberador del que con seguridad surgen nuevas expectativas.

A partir de la imaginación se desarrolla el proceso creativo, en el que es necesario que las ideas correspondan a un objetivo. Mientras en la imaginación todas las ideas son válidas por formar parte del ejercicio liberador de la mente, en el proceso creativo es fundamental que tengan valor y conduzcan a la realización de una meta.

Tom Peters, escritor y experto en alta gerencia, afirma que para sobrevivir a la fuerte competencia en el mundo empresarial es necesario reimaginar esquemas, paradigmas y sistemas que les den a las compañías una naturaleza cambiante, ideal para estos tiempos de volatilidad. Creo que el concepto de Peters no se limita al mundo de las empresas y que bien se puede aplicar a la vida diaria.