Pagan los pobres

Juan Sebastián Landoni

Luciano Villegas

Pagan los pobres

Consecuencias negativas de políticas públicas con buenas (y malas) intenciones.

Landoni, Juan Sebastián

Pagan los pobres / Juan Sebastián Landoni ; Luciano Villegas. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Galerna, 2022.

Libro digital, EPUB

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ISBN 978-950-556-872-7

1. Economía. I. Villegas, Luciano. II. Título.

CDD 330.01

©2022, RCP S.A.

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ISBN 978-950-556-872-7

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PRÓLOGO

Por Walter Castro

El populismo es la degeneración de una de las formas de gobierno. Sus vicios son de antigua data.

Los romanos ya hablaban de pan y circo. Y sospecho que pocas personas desconocen la frase que alude a una de sus principales características: pan para hoy y hambre para mañana.

No es necesario para prologar este libro tener que explayarnos sobre este asunto tan vigente que atrapa el interés de la ciencia política. 

Pero sí es necesario aludir a este fenómeno si se pretenden comprender las consecuencias de sus políticas económicas.

En otro orden de cosas, pero colindantes con estas primeras cuestiones, se conoce la dificultad humana para poder sopesar adecuadamente los efectos visibles de cualquier hecho con aquellos otros que permanecen más ocultos. Y lo mismo sucede entre aquellos efectos que impactan en el presente comparados con otros que suceden a más largo plazo.

Para evitar este sesgo de la naturaleza humana, explicado perfectamente bien desde la psicología y desde la rama de la economía que estudia el comportamiento (Behavioral Economics), la ciencia económica nos proporciona con rigurosidad un set de teorías y leyes que permiten anticipar los efectos futuros de acciones o políticas presentes, con independencia de las intenciones o del discurso de sus responsables.

Este es el marco conceptual con el que se manejan los profesores Landoni y Villegas para trabajar, en cada capítulo del libro, las confusiones mayormente reinantes respecto de qué resultados se pueden alcanzar con determinadas políticas económicas.

En cualquier caso, repasar los errores más frecuentes de política económica, esos que inexorablemente comprometen la generación de riqueza de manera generalizada, y poder aclararlos para facilitar una mejor comprensión de por qué algunos países funcionan mejor que otros, y por qué sus poblaciones alcanzan mejores o peores niveles de vida, es en sí una contribución importante.

Landoni y Villegas han elegido con cuidado su objeto de estudio, desnudando los límites, las trampas y los errores de las políticas económicas más frecuentes y equivocadas y cuyas consecuencias no se pueden eludir. Pero además dan cuenta de algo que se verifica empíricamente y que es esencial.

Esto es que en economía el ajuste se produce siempre en el margen. Y esa es la clave en que la ciencia económica se lee desde lo que se llamó la revolución marginalista a fines del siglo XIX.

¿Qué significa esto? Concretamente, significa que siempre pagan los pobres.

Significa que los errores de política económica que impiden generar más riqueza se vuelven inexorablemente en desmedro del pueblo, sea este de estratos medios que pasan a ser bajos, o lastimando a sus segmentos más vulnerables que pasan a vivir en condiciones paupérrimas.

AGRADECIMIENTOS

Los comentarios, correcciones, aportes y sugerencias de Walter Castro, Pablo Marchetti e Ivo Sarjanovic fueron demasiado valiosos y, más importante, generosos. Aclaración: ningún error del texto les corresponde. Gracias a los tres amigos.

También debemos agradecer el diálogo con muchos colegas estudiantes. Sean docentes, alumnos o lectores independientes: todos estudiantes. Un diálogo que se realizó durante muchos años de aulas, bibliotecas, congresos, coloquios, publicaciones, correos, chats y bares. Y esperamos que continúe por el bien de la tolerancia y el respeto civilizados. Gracias a los estudiantes.

INTRODUCCIÓN

La pobreza puede ser una tragedia. Cuanto más extrema, más trágica. Esa pobreza se hace presente cuando se piensa en la mortalidad infantil, o la mortalidad de las madres en los partos. O cuando se consideran las hambrunas que llevaron a límites insospechados, incluido el canibalismo. En la actualidad con energía eléctrica, refrigeradores, variedad de alimentos y entretenimientos, aviación y medicina que alarga la vida, Internet y comunicaciones veloces, por mencionar unos pocos avances, se tiende a olvidar el pasado de la humanidad.

Este libro no reflexiona sobre la pobreza del asceta, que elige voluntariamente su condición de pobre (aspirando, quizás, a una riqueza espiritual mayor). Lo que aquí se pretende es pensar la pobreza de quienes se encuentran atrapados. Básicamente, atrapados por un entorno cultural, social, económico y político, que les impide salir de una situación que no desean.

El esfuerzo por conseguir el sustento y un mayor bienestar acompaña al ser humano desde su aparición en el planeta. Si el hombre habita esta tierra desde hace unos pocos millones de años, se puede afirmar que la pobreza lo acompañó siempre y, aunque haya disminuido, la pobreza sigue presente. En ese sentido se considera a la pobreza como el estado natural del ser humano. Y también, en el mismo sentido, se entiende a la riqueza como lo que se debe explicar. En otras palabras, la pobreza es omnipresente, la riqueza debe crearse. ¿Cómo se crea riqueza? ¿Qué incentivos promueven conductas humanas creadoras de riqueza? ¿Qué instituciones o reglas para la interacción social son recomendables para incentivar la creación de riqueza? Son las preguntas que distintos pensadores y economistas intentan responder desde hace siglos, incluso antes de Adam Smith.

Entre esos pensadores, en el ámbito de la teoría, resulta difícil encontrar diferencias de objetivos, alguno que desee más pobreza. En general, se estudia cómo disminuirla. Y cuanto más rápido, mejor. No parece existir una escuela de pensamiento económico destructiva, quizás nihilista, que proponga más decadencia y desgracia. Liberales, socialistas, keynesianos y tantos otros anhelan los mismos fines: mayor bienestar, menos pobreza. Pero la confusión entre medios y fines hace estragos. Muchos de los que defienden la redistribución del ingreso la entienden como un medio para el objetivo del bienestar. Pero otros observan que el objetivo específico es la igualación de ingresos y patrimonios. En este texto se discuten medios, políticas públicas particulares para disminuir y, por qué no, erradicar la pobreza.

El párrafo previo exige pensar con cuidado. Existen grupos de interés –determinados políticos, empresarios, sindicalistas– que aspiran a beneficiarse ellos mismos a cualquier costo. Ese costo incluye el perjuicio, empobrecimiento, de otros individuos y grupos. Unos ganan lo que otros pierden. Lo que se denomina juego de suma cero. En el mejor de los casos, ese resultado suma cero. También es probable la suma negativa, pura destrucción de riqueza o creación neta de pobreza. Un escenario de empobrecimiento donde los menos favorecidos tienden a llevar la peor parte: pagan los pobres.

El título Pagan los pobres merece aclaraciones. Es una expresión imprecisa, una metáfora y también una forma implícita. Muchos son los perjudicados por malas políticas públicas: muchos pobres, pero también grupos de clase media y, en ocasiones también sectores medios altos y sectores altos. “Pagan los pobres” no significa que los pobres utilizan sus escasos recursos e ingresos para pagar la mejora o la “fiesta” de otros, aunque en ocasiones sea realmente de ese modo. Tampoco representa una pérdida en sentido técnico contable de costos mayores a ingresos. Quizás implica una pérdida singular de oportunidades para vivir mejor. Y de ahí lo implícito. La pérdida de oportunidades para desarrollarse y progresar constituye el resultado indeseado de la política pública que reprime el emprendimiento, el ahorro, la inversión, la formación de capital, la productividad, la competencia. En otras palabras, resultan de detener la creación de empleo productivo, digno, decente, honesto. Algunos economistas pueden asombrarse de esa sucesión de calificativos y probablemente prefieran llamar menor demanda de empleo a esa destrucción de puestos de trabajo. Pero el empleo productivo no solamente supone mayor cantidad de bienes y servicios por unidad de tiempo. Ese aspecto técnico puede soslayar otro aspecto: ser productivo en el ámbito social implica producir lo que satisface a los demás o, para expresarlo moralmente, servir a uno mismo sirviendo al resto de la humanidad.

¿Qué significa “pagan los pobres”? Significa que pierden los pobres: pierden oportunidades, ingresos, poder de compra, empleos, bienestar. El título de este libro podría reemplazarse por “Pierden los pobres”. Otro título podría ser “Siempre pagan los pobres”. Los errores de política pública tienen consecuencias negativas para muchas personas y grupos. Pero la carga de esos errores recae finalmente en los pobres, tanto en los viejos como en los nuevos pobres (los empobrecidos de la denominada clase media).

Conviene señalar que este no es un libro contra la política pública. Al contrario, se intenta resaltar la posibilidad de una política pública sensata, prudente, virtuosa porque abre posibilidades y habilita una interacción pacífica y particular entre seres humanos, una interacción creadora de riqueza que, sirva la redundancia, disminuya o elimine la pobreza.

Este es un libro sobre consecuencias no intencionadas de políticas públicas con buenas intenciones. Como se expresa en párrafos previos, esas políticas públicas bienintencionadas tienen un denominador común: atentan contra la creación de riqueza y la salida digna de la pobreza. Se trata de políticas públicas que pierden de vista sus consecuencias nocivas. Aunque persiguen fines nobles, las políticas públicas que se analizan en este trabajo atentan contra la demanda de empleo, contra el ahorro, contra la inversión y la formación de capital, contra la productividad, contra la competencia y el emprendimiento.

Una forma alternativa de expresar los dos párrafos previos: este libro pretende hacer notar que existen leyes económicas. Y cuando esas leyes económicas son transgredidas o violadas por leyes o regulaciones de las autoridades públicas, las consecuencias resultan generalmente contrarias a los objetivos buscados.

Puede resultar una exageración, pero sirve imaginar el siguiente escenario: una ley del parlamento prohíbe la ley de gravedad. Si algún ciudadano actúa según la ley, su vida corre peligro. Imaginemos a esa persona que siempre deseó volar. Subir a la terraza de un edificio de varios pisos y arrojarse, con la gravedad suspendida por los parlamentarios, no parece una idea apropiada. En este trabajo se intentan considerar un conjunto de políticas públicas que, mediante leyes y regulaciones del Estado, contradicen determinadas leyes económicas.

¿Qué leyes económicas? Primero, trabajo y producción; luego: consumo y bienestar. Se consume si se produce primero. Última redundancia: sin producción no existe consumo. No debería ser tan complejo.

Una persona perdida en un bosque recoge frutos de los árboles (trabajo productivo primero) para alimentarse (consumo posterior). Puede buscar una vara extensa para bajar los frutos sin trepar el árbol. Eso implica producir una herramienta con su trabajo y un recurso natural. Con o sin herramientas, primero produce, luego consume.

Una persona en sociedad con especialización productiva e intercambio de excedentes cumple con la misma ley: si desea consumir para satisfacer necesidades, deberá producir bienes o servicios que valoren los demás. En otros términos, deberá servir a otras personas. De lo contrario, si no produce valor para otros, su consumo será cero. Si produce frutas podridas que nadie valora, no conseguirá ingresos para consumir.(1)

¿Qué leyes económicas se resaltan en este trabajo? Las que derivan en la creación de riqueza. Y cuando esas leyes de creación de riqueza son violadas, la consecuencia apunta en sentido contrario: pagan los pobres.

¿Qué leyes económicas son consideradas aquí? Aquellas que las personas no pueden evitar. Sean panaderos, bailarines, costureros o legisladores. Los parlamentarios pueden decidir que solo se trabaja un día a la semana. No pueden evitar la consecuencia de que la producción y el consumo disminuyan. Los legisladores pueden decidir que todos cobren un adicional de sueldo, no pueden evitar que los precios aumenten. Pueden definir como valioso un curso de cocina, pero lo valioso lo decide cada uno de los miembros de la sociedad. Luego, los recursos que los legisladores asignen al curso de cocina consumen riqueza que otros producen. El despilfarro de recursos no es gratuito, alguien lo paga.

Una manzana madura que se desprende del árbol cae irremediablemente al suelo por la ley física de la gravedad. De la misma forma y con igual regularidad sucede que si muchas más personas desean vender y muchas menos desean comprar, el precio del bien cae (irremediablemente, como la manzana). Esas regularidades en los eventos se denominan leyes.

En economía, se verifica que una mayor cantidad de trabajo promueve un incremento en la producción que, a su vez, facilita la posibilidad de un consumo mayor. Lo llamativo es que no sucede lo mismo a la inversa: el mayor consumo no puede ser la causa de una mayor producción. Si fuera de ese modo, todos nuestros problemas estarían resueltos.

Las leyes ayudan a razonar. Tanto las leyes de la física como las leyes de la economía. Bajo las condiciones habituales, no existe la posibilidad física de que una manzana caída del árbol pueda ascender sola hasta la rama de la cual se desprendió. Y en economía, no existe posibilidad de que un mayor consumo sea causa de una mayor producción.

Las políticas públicas que se analizan en este libro tienden a soslayar que “nada es gratis”. Son políticas que benefician a algunos grupos, pero terminan empobreciendo a la mayoría. Pueden generar algún beneficio de corto plazo, pero empobrecen a largo plazo. Muchas propuestas se promocionan favorables al pueblo, como en el denominado populismo, pero tienen efectos contrarios. Se presentan como políticas populares pero sus consecuencias son antipopulares. Ese populismo del bienestar presente destruye las posibilidades de desarrollo a largo plazo.(2)

Para ordenar la exposición, este trabajo divide a las políticas públicas según su orientación microeconómica y su orientación macroeconómica.(3) Las políticas de orientación micro que se analizan son las siguientes: controles de precios y salarios, redistribución coactiva de ingresos, impuestos progresivos, regulación de actividades económicas, limitaciones a la competencia. Las políticas de orientación macro estudiadas son las siguientes: financiamiento fiscal con emisión monetaria, con deuda interna, con deuda externa, con creación de nuevos impuestos y alzas de alícuotas de impuestos existentes, proteccionismo o, en el extremo, cierre de la economía.

Para cerrar el volumen, como epílogo, se presenta una discusión sobre instituciones para el desarrollo. Se discuten las instituciones como reglas para la interacción de personas en sociedad, tanto instituciones formales como informales. Y se aprovecha para presentar, sin ánimo de concluir, un debate sobre las funciones y el alcance de la acción del Estado. En ese contexto, la pregunta sobre qué puede hacer el Estado ante cualquier problema se sustituye aquí por otra poco habitual: qué pueden hacer las personas, los trabajadores, las organizaciones sin fines de lucro y, especialmente, los emprendedores.

Bibliografía

Cachanosky, Juan Carlos (2011). “Crisis económicas: causas y consecuencias”. SADAF, XXXI Jornadas Nacionales de Administración Financiera, septiembre 2011.

Hutt, William (1974). A Rehabilitation of Say’s Law. Athens: Ohio University Press.

Say, Jean-Baptiste (1803). A Treatise on Political Economy. Philadelphia: Lippincott, Grambo & Co. (1855).

Say, Jean-Baptiste (1803). “De la demanda o mercado de productos”. Revista Libertas 12 (1990).

1. A esa relación se la conoce como Ley de Say o ley de los mercados. El trabajo original se encuentra en Say, Jean-Baptiste (1803). Estudios posteriores se pueden leer en Hutt, William (1974) y Cachanosky, Juan Carlos (2011).

2. Además, el populismo tiende a consolidar grupos de poder que se benefician empobreciendo al resto. Ver Micheletti, Rafael (2007).

3. La distinción entre microeconomía y macroeconomía tiene fines analíticos. Como se podrá comprobar, no son independientes. En otros términos, existen vínculos permanentes entre ambos.

CAPÍTULO 1

POCOS Y CONTUNDENTES DATOS

Lo que sucedió en la historia de la humanidad entre 1800 y la actualidad no tiene precedentes. Los cambios se aceleraron en muchos sentidos. Por un lado, aparecieron los variados problemas de contaminación, hubo guerras mundiales de crueldad inusitada, regímenes políticos totalitarios, tiránicos y genocidas. Por otro lado, aumentó exponencialmente el tamaño de la población, se redujo notablemente la pobreza extrema, se duplicó (y más) la esperanza de vida, los gobiernos democráticos proliferaron a lo largo del planeta, la tasa de alfabetización creció fuertemente y la tasa de homicidios cayó drásticamente.(4)

Los indicadores de desarrollo pueden resultar abrumadores. Considerar, por ejemplo, los siguientes avances: electricidad, teléfonos, aviones, automóviles, electrodomésticos, radio, televisión, internet, trenes, viajes espaciales. Y pensar las mejoras en: escuelas, material de estudio, medicina científica, camas de hospital, producción editorial, vivienda, vestido, bares, restaurantes, conciertos, espectáculos. El etcétera sería tan extenso que abarcaría páginas y páginas.

Pueden enumerarse más retrocesos y también más avances. Muchos medios de comunicación suelen insistir con malas noticias. En estos pocos párrafos que siguen, se pretenden señalar algunos desarrollos que muestran una mejora ostensible en la cantidad y calidad de vida de la humanidad.

De ningún modo se pretende establecer una tendencia unívoca hacia la felicidad pura y plena. La decadencia puede aparecer y masificarse, tanto en términos de instituciones económicas como políticas, jurídicas y, más importante, morales.

Pero lo señalado sobre las instituciones es tema de las páginas posteriores a este capítulo. Precisamente en este capítulo se intenta dejar constancia de algunos aspectos del progreso de la humanidad. Frágil, contingente, con sus aspectos robustos y sus flaquezas, pero progreso en última instancia.(5)

A continuación, se presentan seis gráficas para ilustrar el progreso señalado:

1. Crecimiento de la población.

2. Disminución de la pobreza extrema.

3. Aumento de la esperanza de vida.

4. Aumento del PBI per cápita.

5. Aumento del alfabetismo y educación básica.

6. Avance de la democracia.

CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

THE SIZE OF THE WORLD POPULATION OVER THE LAST 12.000 YEARS

Based on estimates by the by the History Database

XXXXXXX

La imagen que aparece en el sitio www.ourworldindata.org es elocuente respecto del crecimiento poblacional.(6)

La población se mantuvo relativamente constante hasta principios del siglo XIX. Entre el año cero y el año 1800 la población se multiplicó por cuatro. En los últimos 200 años se multiplicó casi ocho veces.

Puede pensarse en las mejoras que provienen de grandes avances en la producción agrícola, industrial y de servicios. Cambios trascendentes en la nutrición y en la medicina tuvieron lugar gracias a la acumulación de capital y la disponibilidad de recursos. Pero también se destacan grandes cambios políticos, jurídicos, morales y retóricos.(7)

DISMINUCIÓN DE LA POBREZA EXTREMA

WORLD POPULATION LIVING IN EXTREME POVERTY, 1820 - 2015

XXXXXX

XXXXXXX

Para los fines de este trabajo, los datos de esta gráfica se destacan entre los demás.(8) Pueden destacarse algunos aspectos: el crecimiento de la suma de las áreas (verde y roja), el aumento del área verde, la disminución del área roja y, por último, los cambios relativos de cada área respecto del total.

El primer aspecto repite una parte de la gráfica inicial: el crecimiento exponencial de la población en los últimos 200 años. El segundo aspecto indica que aumentó la población que consiguió abandonar la pobreza extrema (área verde). En tercer lugar, en los mismos 200 años cayó la cantidad de personas que viven en extrema pobreza.

Quizás lo más destacable sea el último aspecto: la pobreza extrema cayó tanto en términos relativos como en términos absolutos. Esto último, es tremendamente sorprendente si se considera el exponencial aumento poblacional. Menos personas viven en extrema pobreza en relación con el resto y menos personas son pobres. Punto.

En 1820 aproximadamente 964 millones de personas vivían en la extrema pobreza, el 90 % de la población mundial. Para 2015, solo un 10 % de la población se registra en dicha condición, alrededor de 733 millones de personas.

AUMENTO DE LA ESPERANZA DE VIDA

LIFE EXPECTANCY, 1770 TO 2019

XXXXXXXXX

XXXXXXX

La expectativa de vida en el mundo se multiplicó por un número mayor a dos (2,5 para mayor precisión) en los últimos 200 años.(9) Una persona nacida en 1800 esperaba vivir menos de 30 años en promedio. Una persona nacida en 2000 espera vivir en promedio más de 70 años.

En esta descripción reaparecen las causas vinculadas a la alimentación, la medicina, la calidad de la vivienda, los elementos de higiene, entre otros. Pero también debe notarse la importancia del avance de la “pacificación” gracias a la caída en la tasa de homicidios y otros avances como la disminución de los regímenes despóticos y totalitarios.(10)

Uno de los aspectos más destacables para explicar la mayor esperanza de vida se encuentra en la disminución de la tasa de mortalidad infantil y la tasa de mortalidad de las madres en los partos.(11)

AUMENTO DEL PBI PER CÁPITA

GDP PER CAPITA, 1 TO 2016

XXXXXXXXX

XXXXXXX

Nuevamente, aparece una imagen de “palo de hockey”, como en el caso de la población.(12) El aumento del producto per cápita es exponencial en los últimos 200 años. El creciente volumen de comercio y sus consecuentes aumentos en la productividad pueden aportar apenas una parte de la explicación.

Cabe consignar que esos aumentos de ingreso per cápita permitieron consumos masivos de nuevos bienes que, generalmente, estaban disponibles solo para una minoría. Por mencionar unos pocos, ha sido notorio el incremento de bienes y servicios culturales, deportivos y de entretenimiento.

Quizás, estos avances en la productividad que disminuyeron las horas de trabajo promedio, sumados a los avances en el respeto y la tolerancia, sirvan para explicar mejoras relevantes en la calidad de vida.

AUMENTO DEL ALFABETISMO Y EDUCACIÓN BÁSICA

La siguiente gráfica muestra una reversión en las tasas de analfabetismo:

LITERATE AND ILLITERATE WORLD POPULATION

XXXXXXXXX

XXXXXXX

Hace 200 años la población analfabeta ascendía al 90 % aproximadamente, magnitud que coincide con el porcentaje de personas en extrema pobreza. En la actualidad, los analfabetos del mundo son menos del 15 % de la población total.

Puede afirmarse que los jóvenes reciben más y mejor educación formal que sus padres. Y esa tendencia se sostiene en todo el período considerado.

AVANCE DE LA DEMOCRACIA

WORLD CITIZENS LIVING UNDER DIFFERENT POLITICAL REGIMES

XXXXXXXXX

XXXXXXX

Según los datos de la gráfica, más de la mitad de la población mundial vive en democracias.(13) Hace 200 años, el porcentaje era casi nulo.

Probablemente, pueda discutirse el uso de esta gráfica. Puede argumentarse a favor de indicadores de Estado de derecho. Sin embargo, existe una correlación importante entre países democráticos y países con alta calidad de Estado de derecho.(14)

También podrían considerarse indicadores sobre presencia del Estado, indicadores sobre calidad de política pública o indicadores de libertad económica, política e institucional.

Esas consideraciones se realizan a lo largo de las páginas de este libro. Sin agotar el debate, apenas abriéndolo, este libro representa un esfuerzo para medir la calidad institucional, del Estado y de la política pública en términos de su capacidad para reducir la pobreza.

4. Algunos sitios para obtener estos indicadores: www.worldbank.org, www.ourworldindata.org, www.humanprogress.org. En este último sitio se presenta el Simon Abundance Index que, entre otros aspectos, muestra la disminución del tiempo de trabajo necesario para comprar diversos bienes y el aumento en la disponibilidad de recursos en el planeta.

5. Johan Norberg plantea el debate y presenta diversos datos para mostrar el progreso acontecido desde 1800. Norberg, Johan (2016).

6. Roser, Max; Ritchie, Hannah y Ortiz-Ospina, Esteban (2019). https://ourworldindata.org/world-population-growth (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

7. Puede consultarse Rougier, Louis (1969) para analizar los cambios verificados más allá de la denominada revolución industrial. Y también McCloskey, Deirdre (2010) para una explicación sobre los cambios en la retórica cotidiana utilizada para referirse a la actividad de los emprendedores. En Maddison, Angus (2004) se atribuye a Arnold Toynbee haber acuñado la metáfora de Revolución Industrial. Además, ese texto de Maddison también presenta cambios diversos, acumulativos y relevantes para explicar el gran avance a partir de 1820.

8. Roser, Max y Ortiz-Ospina, Esteban (2019). https://ourworldindata.org/extreme-history-methods (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020). En la gráfica, la pobreza extrema se define como personas que viven con menos de u$s 2 al día. Se entiende que con esa cifra no se pueden atender necesidades elementales de subsistencia. Para problemas en la definición de pobreza se puede consultar Hazlitt, Henry (1973).

9. Roser, Max; Ortiz-Ospina, Esteban y Ritchie, Hannah (2019). https://ourworldindata.org/life-expectancy (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

10. Roser, Max y Ritchie, Hannah (2019). https://ourworldindata.org/search?q=homicide+ra (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

11. Roser, Max; Ritchie, Hannah y Dadonaite, Bernadeta (2019). https://ourworldindata.org/child-mortality. (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020). Roser, Max y Ritchie, Hannah (2019). https://ourworldindata.org/maternal-mortality. (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020). Para datos sobre mortalidad infantil y maternal también puede consultarse Norberg, Johan (2016).

12. Roser, Max (2013). https://ourworldindata.org/economic-growth (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

13. Roser, Max (2019). https://ourworldindata.org/democracy (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

14. Afirma Johan Norberg: “Aunque pueda resultar extraño, una de las armas más potentes contra las hambrunas es la democracia. Como ha explicado el economista Amartya Sen en su libro Democracia y libertad, ha habido hambrunas en regímenes comunistas, monarquías absolutistas, territorios coloniales, sociedades tribales… pero no en democracia”. Norberg, Johan (2016).

Bibliografía

Hazlitt, Henry (1973). La conquista de la pobreza. Madrid: Unión Editorial (2020).

Maddison, Angus (2004). “La economía de occidente y la del resto del mundo en el último milenio”, Revista de Historia Económica, No. 2.

McCloskey, Deirdre (2010). Bourgeois Dignity: Why Economics Can’t Explain the Modern World, University of Chicago Press.

Norberg, Johan (2016). Progreso. 10 razones para mirar al futuro con optimismo. Madrid: Juan de Mariana y Deusto.

Roser, Max (2013). “Economic Growth”. En https://ourworldindata.org/economic-growth (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max (2019). “Democracy”. En https://ourworldindata.org/democracy (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max y Ortiz-Ospina, Esteban (2019). “Global Extreme Poverty”. En https://ourworldindata.org/extreme-history-methods (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max y Ritchie, Hannah (2019). “Homicides”. En https://ourworldindata.org/search?q=homicide+ra (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max y Ritchie, Hannah (2019). “Maternal Mortality”. En https://ourworldindata.org/maternal-mortality. (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

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Roser, Max; Ritchie, Hannah y Dadonaite, Bernadeta (2019). “Child Mortality”. En https://ourworldindata.org/child-mortality. (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max; Ritchie, Hannah y Ortiz-Ospina, Esteban (2019). “World Population Growth”. En https://ourworldindata.org/world-population-growth (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Rougier, Louis (1969). El genio de occidente. Madrid: Unión Editorial (2004).