Índice
Portada
Y vosotros, ¿quien decís que soy yo?
Introducción
I. «Sé quién eres: el santo de Dios»
II. «Dios verdadero de Dios verdadero»
III. «Todo para conocerlo a él...»
Biografía autor
© SAN PABLO 2021 (Protasio Gómez, 11-15. 28027 Madrid) Tel. 917 425 113 - Fax 917 425 723
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Título original: «Voi, chi dite che io sia?»
Traducción: Juan Antonio Carrera Páramo, SSP
Distribución: SAN PABLO. División Comercial Resina, 1. 28021 Madrid
Tel. 917 987 375 - Fax 915 052 050
E-mail: ventas@sanpablo.es
ISBN: 978-84-2856-626-1
Composición digital: www.acatia.es
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Dedico estas breves reflexiones a los Venerables Padres, hermanos y hermanas que, junto con el Santo Padre, el papa Francisco, las escucharon en vivo en el Aula Pablo VI durante la Cuaresma de 2021. De una manera más especial, las dedico a una categoría de personas ausentes en esa ocasión: a los seminaristas que se preparan para el sacerdocio, a los catequistas, a los que enseñan Religión en las escuelas o, simplemente, tienen curiosidad por saber quién es Jesús y qué dice la Iglesia sobre él. No porque en estas reflexiones haya algo nuevo y original, sino porque en ellas me he esforzado en decir lo esencial sobre la persona de Jesucristo de la manera más existencial –y más breve– posible, y por lo tanto al alcance de todos. En este libro he añadido algunas reflexiones que los límites de tiempo asignados a las meditaciones no me permitieron llevar a cabo oralmente.
Muchas de las reflexiones propuestas aquí se pueden encontrar en mi libro Jesucristo, el santo de Dios, publicado por la Editorial San Pablo, en 1990, que ha tenido varias reediciones. A él –especialmente a su capítulo final– remito a aquellos que estén interesados en conocer algo más que lo esencial sobre los dogmas cristológicos y sobre todo a aquellos que estén interesados en conocer el panorama teológico al que, entonces como ahora, sentí la necesidad de reaccionar.
El lector no se sorprenderá, espero, de encontrar en este pequeño texto algunos pensamientos ya expresados en mis otros libros. No se debe esperar que un predicador diga siempre cosas nuevas, sino que diga cosas que siempre son útiles y actuales. «Non nova ut sciatis, sed vetera ut faciatis», decía un antiguo adagio: «No hay cosas nuevas que aprender, sino cosas antiguas que practicar». Y, en este caso, que creer.