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¡Excavadores!

Descubre el mejor libro del mundo

Noemí Gil Gálvez

Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.

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Descubre el mejor libro del mundo

Noemí Gil Gálvez

Dirección: Natalia Jonas

Diseño del interior: Giannina Osorio

Diseño de tapa: Ivonne Leichner

Ilustración: Shutterstock (Banco de imágenes)

Libro de edición argentina

IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina

Primera edición, e-Book

MMXIX

Es propiedad. © 2019 GEMA. © 2019 Asociación Casa Editora Sudamericana.

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-798-052-3

Publicado el 20 de diciembre de 2019 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Tel. (54-11) 5544-4848 (Opción 1) / Fax (54) 0800-122-ACES (2237)

E-mail: ventasweb@aces.com.ar

Web site: editorialaces.com

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

A los padres:

Me place saludarlos por este medio, para decirles que con gusto he escrito este devocional para los niños con el fin de concentrar su atención en el estudio diario de la Santa Biblia.

La encuesta reciente efectuada por el grupo Barna en colaboración con la Sociedad Bíblica Americana 2016 Teen State of Bible, nos revela que solamente el 3 % de los adolescentes encuestados estudian diario su Biblia, el 37 % dijo que no la conocía.

Mi anhelo es que a través de este devocional el pequeño pueda dar un repaso, aunque breve, de todos los libros de la Biblia, con el fin de que conozca de qué tratan. Se los anima a llevar el año bíblico y a memorizar textos bíblicos.

Los exhorto a que por precepto y ejemplo inspiren a sus hijos a formalizar el hábito de estudiar las Sagradas Escrituras, para que realmente se conviertan en verdaderos excavadores de los tesoros de la Palabra de Dios.

Unidos por la salvación de sus hijos.

A ti, amigo lector:

¡Hola!

Me alegra saludarte y saber que estaremos en contacto todos los días a través de este devocional, que he escrito especialmente para ti.

Tú serás un excavador durante este año:

  1. Al repasar todos los libros de la Biblia.
  2. Al memorizar el texto bíblico diario.
  3. Al escribir una oración en el espacio que se indica.
  4. Al buscar en el devocional del día el tesoro para que lo subrayes con tu color favorito. (ejemplo: día 1, 4, 5 de enero).
  5. Al estudiar el año bíblico.

Te animo a formar el hábito del estudio diario. Es la mejor decisión que puedes tomar porque te servirá para tu crecimiento espiritual, y encontrarás en la Biblia la vida eterna.

Que realmente te conviertas en uno de los excavadores de los tesoros de la Palabra de Dios.

¡Oro por ti para que así sea!

La autora, Noemí Gil Gálvez

Versiones de la Biblia

La versión de la Biblia utilizada en estas lecturas devocionales es la Dios habla hoy (DHH). Cuando, por motivos de claridad, se consideró conveniente usar otra versión, se indicó según las siguientes abreviaturas: NVI significa Nueva Versión Internacional y RVR 95, Reina-Valera 1995.

1º de enero

Excavadores

“He guardado tus palabras en mi corazón para no pecar contra ti” (Sal. 119:11).

Un día, Mateo le preguntó a su padre:

–Dice mi amigo Alejandro que su papá va a ir a una expedición a tierras bíblicas, acompañando a un grupo de arqueólogos. ¿Qué son los arqueólogos?

–Los arqueólogos hacen un trabajo muy interesante –le respondió su padre–. Son personas muy cuidadosas y pacientes, porque descubren objetos antiguos. ¿Y sabes? Muchos de esos objetos que descubren confirman lo que dice la Biblia.

–¿Siguen haciendo descubrimientos todavía? –intervino Susana, sumándose a la conversación.

–Así es. Siempre ha existido interés por saber más sobre las civilizaciones antiguas, y se ha encontrado información que se había perdido. En cuanto a la Biblia, nosotros no necesitamos comprobar nada, porque sabemos que es la Palabra de Dios. Pero es muy interesante que al excavar en algunos lugares que con el tiempo habían quedado sepultados, se encontraron objetos con inscripciones de las épocas bíblicas. A algunas personas eso les ha servido para comprobar que la Biblia está en lo correcto cuando habla de ciudades y personajes. Quiere decir que fueron reales, existieron de verdad, tal y como cuenta la Biblia.

–Quisiera visitar los lugares donde vivió el pueblo de Israel, pero sobre todo, donde anduvo Jesús –añadió Susana.

–Sería interesante que este año nos convirtiéramos en arqueólogos aquí, en la casa, es decir, en excavadores de la Biblia. Así podremos descubrir en la Palabra de Dios muchos tesoros que pasamos por alto porque no tenemos paciencia ni cuidado de buscarlos. Trataremos de entender qué nos dice cada libro de la Biblia, ¿les parece una buena idea?

–¡Me parece excelente! –exclamó Mateo.

Tu oración: Querido Jesús, ayúdame a leer cada día la Biblia para descubrir en ella los tesoros que tú preparaste para nosotros.

2 de enero

Dios cuidó su Palabra

“La palabra del Señor permanece para siempre” (1 Ped. 1:25).

–¿Qué les parece si continuamos nuestra conversación de excavadores de la Biblia? –preguntó el papá a Susana y Alejandro–. Eso nos ayudará a comprender la importancia de la Biblia y la manera en que ha sido conservada miles de años.

–Papá, ¿cómo fue que la escribieron, si no existía el papel? –preguntó Susana.

–Verás... Dios deseaba comunicarse con el ser humano, pero como después del pecado ya no pudo hacerlo, su Palabra se transmitía a través de las personas de una generación a otra, hablando. Como ven, tenían muy buena memoria. Hasta que Dios inspiró a diversos personajes para que escribieran. Cuando empezaron a escribir la Biblia, no existía papel, como dijo Susana, así que usaron diferentes materiales como piedras, que fue donde se escribieron los Diez Mandamientos, y más tarde papiro, que fue un invento de los egipcios. También se usó el cuero de animales, pues era mucho más resistente que el papiro y se podía escribir por los dos lados.

–Es interesante saber que la Biblia se escribió en esa clase de materiales, ¿verdad, Susana? –preguntó entusiasmado Mateo.

–Sí, y pensar que ahora es tan fácil tener un libro… No me imagino leyendo mi Biblia en un rollo de cuero ni en un pergamino enroscado –respondió sonriendo Susana.

–Lo importante es que Dios nos ama tanto que conservó su Palabra para que pudiéramos tener acceso a ella. Satanás trató de hacerla desaparecer en el pasado, pero a pesar de todos los obstáculos ha permanecido y permanecerá hasta el final –concluyó su padre.

Tu oración: Querido Jesús, gracias porque permitiste que la Biblia llegara hasta nosotros hoy.

¿Sabías qué? Los escribas transcribían en rollos las copias de las Escrituras que se leían en las sinagogas.

3 de enero

La Biblia es un tesoro

“La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre” (Isa. 40:8).

–Como les decía ayer –dijo el padre de Susana y Mateo–, la Biblia fue conservada de una manera extraordinaria. Hay una enorme distancia en años desde los primeros libros escritos por Moisés hasta el último, que fue escrito por el apóstol Juan. Pero lo interesante es que, a pesar de haber sido escrita por diferentes autores, en distintas épocas y en varios idiomas, la Biblia no se contradice. Porque su autor fue realmente solo uno: Dios. Él es quien la inspiró completa.

–Moisés escribió los primeros cinco libros de la Biblia, desde Génesis hasta Deuteronomio, conocidos como Pentateuco o libros de la ley –comentó Susana.

–Sí, y Dios se reveló a Juan en la Isla de Patmos, para que escribiera el último libro de la Biblia, llamado Apocalipsis –continuó el padre–. Es asombroso cómo todo tiene sentido y cómo las profecías se han cumplido. Por eso, Satanás quiso impedir de diferentes formas que este hermoso libro llegara a nuestras manos y a las de millones de personas que han tenido el privilegio de leerlo para conocer a Jesús.

–¡Qué bueno que tengo una Biblia! –exclamó Susana–. Mis amigas también tienen una igual.

–Yo también estoy contento de tener mi Biblia –afirmó Mateo–, porque sé que hubo épocas en las que era muy difícil tener una.

–Así es. Imagínense escribiendo a mano todas las páginas de la Biblia, ¿cuánto tiempo tardarían? Los escribas utilizaban los rollos pero demoraban mucho y como las Biblias eran copiadas a mano eran muy caras. Cuando se inventó la imprenta, entonces se pudieron imprimir Biblias como las que tenemos hoy, con lo cual era más fácil conseguir una. Aunque no todo el mundo la tenía –finalizó el padre.

Tu oración: Hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? La Biblia es el libro más traducido y vendido del mundo.

4 de enero

Mary Jones

“Todos tus mandatos son justos y verdaderos” (Sal. 119:138).

–Quiero contarles la historia de una jovencita llamada Mary, que anhelaba tener una Biblia –comenzó diciendo el papá de Susana y Mateo–. En su tiempo eran muy escasas y en la iglesia donde ella asistía tenían una que el pastor usaba para leer durante el culto. Desde que tenía ocho años, Mary quería tener una propia, pero ¿cómo?

–¿Cuánto costaba una Biblia entonces? –quiso saber Susana.

–Mucho dinero –le respondió su padre–, por eso casi nadie la tenía.

–Mary no sabía leer porque donde ella vivía no había escuela. Pero un día construyeron una en un lugar cercano y, a la edad de diez años, Mary aprendió a leer. Ahora tenía más razones para anhelar una Biblia. En una ocasión, Mary se dio cuenta de que una vecina suya que tenía mucho dinero tenía una Biblia, y comenzó a visitarla para leerla. Pero como quería tener la suya propia, se puso a hacer pequeños trabajos para sus vecinos. Así, durante casi seis años, estuvo ahorrando todo lo que le pagaban hasta que logró alcanzar la cantidad necesaria para comprarse una Biblia.

–¡¿Qué?! ¡¿Seis años tuvo que ahorrar para comprarse una Biblia?! –exclamó, asombrado, Mateo.

–Así es –confirmó su padre–, pero ahora que tenía el dinero no había nadie que tuviera una Biblia para que se la vendiera. El pastor de su iglesia le comentó que en una ciudad llamada Bala, a una distancia de 40 kilómetros, vivía el pastor Thomas Charles, que vendía Biblias. Continuaremos mañana con la historia de Mary. Agradezcamos hoy a Jesús porque nosotros tenemos nuestra propia Biblia.

Tu oración: Querido Jesús, gracias por lo que hicieron otras personas para que nosotros podamos tener hoy nuestra propia Biblia.

¿Sabías qué? La Biblia se escribió originalmente en hebreo, arameo y griego.

5 de enero

Perseverar en la Palabra de Dios

“Tu palabra es una lámpara a mis pies” (Sal. 119:105).

–Hoy les contaré el desenlace de la historia de Mary. Ya con el dinero que había ahorrado por seis años, tenía ahora el problema de ir a ese lugar tan lejano. Y además no había nadie que pudiera acompañarla. En un principio, sus padres se opusieron a que ella fuera sola, pero finalmente le dieron permiso. Mary caminó 40 kilómetros descalza, pues no quería que sus zapatos se gastaran –dijo el padre.

–En verdad deseaba una Biblia –comentó Susana–. Cuánto esfuerzo.

–¡Y pensar que a nosotros nos la compraron ustedes tan fácilmente! –exclamó Mateo.

–Cuando Mary llegó a la casa del pastor Charles, este le dijo que no tenía ninguna Biblia para venderle, porque las que tenía ya estaban reservadas para otras personas. ¡Pobre Mary! Se puso a llorar. Al ver el gran interés de aquella jovencita de quince años, le vendió una que tenía reservada para alguien más. Ella se puso muy contenta. ¡Por fin tenía su propia Biblia! Había valido la pena el esfuerzo, el trabajo, el ahorro, el viaje a pie y sin zapatos, por conseguir su propia Biblia y poder leerla cuando quisiera. El pastor Charles quedó tan impresionado que comentó ese incidente con otros compañeros y juntos decidieron fundar una sociedad bíblica para publicar Biblias baratas para que muchas personas pudieran adquirirla. Todo eso se logró gracias a que Dios usó a María Jones para inspirar a otros para que la Biblia pudiera llegar a cada rincón de la tierra.

–Qué linda historia –exclamó Susana.

–Ustedes también pueden ser un instrumento de Dios para dar a conocer la Biblia a otros –finalizó el padre.

Tu oración: hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? La Biblia se escribió en un período de aproximadamente mil quinientos años.

6 de enero

El Pan de Vida

“El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse” (Mat. 24:35).

–Ahora voy a compartirles una historia que sucedió en uno de los países de Europa, en la época en que estaba prohibido leer o tener una Biblia. No fueron pocos años en que estuvo prohibida la Biblia, fueron siglos –empezó hablando el padre esa mañana.

–¡Qué bueno que aquí donde vivimos no está prohibido tener una Biblia! –exclamó Susana.

–Somos afortunados de vivir en un país donde hay libertad para tenerla –respondió el padre–. Cierto día, una madre de familia se levantó muy temprano, pues le tocaba hacer el rico pan que le gustaba a toda la familia. Juntó los ingredientes y empezó a preparar la masa. Estaba muy entretenida amasando, porque quería que el pan saliera muy rico, cuando de pronto escuchó ruidos en la calle.

–Deben de ser soldados –pensó–, seguro que están registrando las casas para ver quién tiene una Biblia. ¿Qué voy a hacer para que no encuentren la nuestra? Si buscan, tal vez la descubran.

–Me imagino que la mamá se puso muy nerviosa –comentó Mateo.

–Así es –continuó el padre–. ¿Qué podía hacer? No había ningún lugar seguro para esconderla. Ella sabía muy bien que, al llegar a su casa, los soldados buscarían en todos los rincones hasta encontrarla. Así que se puso a orar para que Dios la ayudara a conservar esa preciosa Biblia que tanto amaba toda la familia. ¡Claro! Todos los días la usaban para aprender del amor de Dios y no debían quedarse sin ella.

–Como nosotros aquí en casa –dijo Susana.

–Exacto; es que la Biblia es un libro que debemos leer todos los días, como familia y solos. Leer la Palabra de Dios nos ayuda a ser mejores y más felices –terminó el papá.

Tu oración: Querido Jesús, gracias porque puedo leer la Biblia cada día con libertad.

¿Sabías qué? El Antiguo Testamento está conformado por 39 libros.

7 de enero

Demos gracias por nuestra Biblia

“¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen!” (Luc. 11:28).

–¿Recuerdan dónde nos quedamos ayer en nuestra historia?

–Sí, cuando la mamá oró para que Jesús cuidara su Biblia –respondió rápidamente Mateo.

–Entonces se le ocurrió que podía esconder la Biblia en la masa que tenía lista para hornear. Tomó una parte de la masa, la extendió bien, agarró la Biblia con mucho cuidado, la colocó en el centro de la masa y la empezó a cubrir con ella, y así formó una enorme empanada. En ese momento se escucharon unos golpes fuertes en la puerta.

¡Eran los soldados! Con gritos, exigían que les abrieran. Rápidamente, los soldados entraron a la casa y empezaron a buscar la Biblia por todas partes. La mamá seguía en la cocina. El horno ya estaba caliente, así que empezó a colocar charolas de pan dentro de él y a hornearlo. Los soldados buscaron y buscaron por toda la casa, pero la Biblia no apareció y se tuvieron que ir con las manos vacías, pensando que probablemente les habían dado mal la información. Cuando la mamá sacó las charolas del pan, rápidamente abrió la que tenía la Biblia y estaba intacta, solamente un poco caliente. ¡Dios había protegido la Biblia!

–Dios sabía cuánto la necesitaban. Después de eso la madre llamó a toda la familia para contarles lo que había sucedido y darle gracias a Dios porque había conservado su preciosa Biblia.

–Si en aquella época cuidaban y apreciaban la Biblia, nosotros no debemos hacer menos –concluyó el papá–, debemos agradecer a Dios porque podemos leerla cada día con libertad.

Tu oración: hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? En el Antiguo Testamento podemos leer el primer pacto que Dios hizo con su pueblo.

8 de enero

La Biblia de Gutenberg

“La explicación de tus palabras ilumina, instruye a la gente sencilla” (Sal. 119:130).

–Me imagino que ustedes han oído hablar de Gutenberg, ¿verdad? –preguntó el padre.

–Sí, es el inventor de la imprenta –respondió Susana.

–Qué bueno que inventó la imprenta para que fuese más rápido producir los libros –dijo Mateo.

–Como habíamos hablado anteriormente, las Biblias se copiaban a mano; por eso, además de costosas, eran muy escasas –dijo el padre–, pero al inventar Johannes Gutenberg la imprenta, se pudieron imprimir los primeros ejemplares de la Biblia, de los cuales todavía existen algunos en las bibliotecas de diferentes países. Por cierto, se pagaron varios millones de dólares por la última Biblia de Gutenberg que se subastó.

–Seguro que Gutenberg se hizo rico con la venta de Biblias –comentó Mateo.

–No, no se hizo rico –dijo el padre–. Aunque no fue el primer libro que imprimió, sino el segundo, sí fue el más perfecto. Logró iniciar el proyecto para ciento cincuenta Biblias, pero no supo calcular el tiempo que le llevaría producirlas y se le acabó el dinero. Así que pidió prestado a Johann Fust y convirtió al prestamista en socio, pero al volver a acabarse el dinero su socio se quedó con el negocio. Es decir, Gutenberg se quedó sin nada y murió en la ruina.

–Qué pena –comentó la mamá–, pero qué bueno que un hombre como Gutenberg se dio a la tarea de iniciar el proyecto de imprimir Biblias. A partir de allí se ha ido perfeccionando la impresión y ahora millones de Biblias se venden cada año en el mundo.

–Sí, gracias a Dios porque tenemos la Biblia en nuestro idioma y la podemos leer cada día –concluyó el papá.

Tu oración: Querido Jesús, gracias porque tú permitiste que la Biblia se siguiera imprimiendo para que muchos puedan tenerla.

¿Sabías qué? El Nuevo Testamento está formado por 27 libros.

9 de enero

Una carta de amor

“Tú, Señor, eres todo lo que tengo; he prometido poner en práctica tus palabras” (Sal. 119:57).

–Ha sido interesante descubrir cómo la Biblia se conservó hasta nuestros tiempos. Después de la invención de la imprenta fue mucho más fácil conseguir Biblias, porque su producción fue más rápida y barata –habló el padre al iniciar el culto esa mañana–. Dios nos dejó su Palabra a través de este hermoso libro que nos habla acerca de cómo empezó el mundo y cómo fue creado. Nos da a conocer los Diez Mandamientos, que nos ayudan a tener una vida mejor y más feliz. Tristemente también nos cuenta cómo entró el pecado al mundo. La Biblia es como la carta de amor de Dios para nosotros, nos dice qué debemos hacer para que nos vaya bien. Dios quiere que seamos felices en este mundo, esperando el mundo mejor que nos ha prometido.

–Qué bueno que Dios nos dejó su Palabra para que seamos felices, aunque a veces no es fácil obedecerla –comentó Susana.

–La Biblia menciona qué sucedió con las personas que obedecieron a Dios y también con aquellas que se apartaron de su camino. Nos habla de su pueblo elegido, del nacimiento de Jesús, de su vida, sus milagros y su muerte en la cruz por nosotros –dijo el padre.

–También nos habla de qué va a suceder cuando Jesús regrese –interrumpió Mateo.

–Y de la iglesia después que Jesús resucitó, cómo se predicó el evangelio y cómo muchas personas aceptaron a Jesús. Pero lo más hermoso es saber que su promesa se cumplirá y estaremos de nuevo viviendo con Jesús. Hermosa promesa que espero que se cumpla muy pronto –concluyó el padre.

Tu oración: hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? En el Nuevo Testamento podemos leer el nuevo pacto que Dios hizo con su pueblo.

10 de enero

El libro del Génesis

“En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra”
(Gén. 1:1).

–Bueno, mis “Excavadores”, después de un poco de historia de cómo la Biblia se ha conservado hasta hoy, iniciemos su estudio para descubrir los tesoros que allí se encuentran. Será asombroso descubrir hermosas historias que nos conmoverán al leerlas, pues son tan reales como las que vivimos nosotros. En la Biblia tenemos mucha información que nos ayuda para nuestro diario vivir.

–Yo ya empecé hace unos días a leer el libro del Génesis –comentó Mateo.

–Yo también –replicó Susana.

–Pues los felicito, porque ya iniciaron el estudio del año bíblico –dijo satisfecho el padre–. El primer libro, Génesis, fue escrito por Moisés. “Génesis” significa “el principio” o “el comienzo”, y nos revela en los primeros capítulos cómo fue creado nuestro mundo.

–Dios habló y existió todo por su palabra –comentó Mateo.

–El mundo fue creado por la palabra de Dios. Él mandó que existiera cada cosa. Lo interesante fue cómo creó lo necesario para hacer el entorno ideal para el ser humano, que sería muy importante porque todo lo pondría bajo su administración.

–Sí, es cierto –comentó Susana–, no me había puesto a pensar en qué hubiera pasado si primero Dios hubiera creado a Adán y a Eva, y los hubiera puesto en medio del caos.

–Tienes razón –comentó el padre–. Dios sabía lo que iba a necesitar el ser humano y por eso creó un mundo hermoso donde viviera feliz siendo obediente.

–¡En efecto, maravilloso! Todavía vemos alrededor un mundo maravilloso a pesar del pecado, y debemos ayudar a conservarlo –concluyó el padre.

Tu oración: Querido Dios, creaste un mundo hermoso; ayúdame a conservarlo.

¿Sabías qué? La mayor parte del Antiguo Testamento fue escrita en hebreo.

11 de enero

Todo lo hizo hermoso

“Pues él habló, y todo fue hecho; él ordenó, y todo quedó firme” (Sal. 33:9).

–Cuando pensamos en cómo estaba el mundo de desordenado y vacío, ni siquiera podemos imaginarnos el caos que era antes de alcanzar la perfección al término de la creación –empezó el padre–. Cuando Dios habló cada día de aquella semana, todo comenzó a existir en perfecto estado. Por más belleza que podamos contemplar ahora, no hay nada que pueda compararse con aquel principio. La superficie era armoniosa, las colinas y las montañas revestidas de hermosa vegetación, hermosas flores, árboles frondosos e imponentes por su altura, con ríos y lagos que deleitaban la vista. El aire era limpio y saludable, nada comparado al que respiramos ahora.

–Me imagino que había lindas flores de todos los colores, las formas y los perfumes –comentó Susana–. A mí me encantan las flores.

–Yo me imagino a los hermosos animales viviendo juntos sin dañarse. Por ejemplo, un león comiendo al lado de un ciervo –habló Mateo.

–¡Y qué decir de los árboles cargados de sabrosos y jugosos frutos, de forma y color impresionantes! –añadió el papá.

–¡Qué hermoso ha de haber sido el mundo recién creado! Por eso la Biblia nos dice que, cuando terminó la semana de la creación, Dios vio que todo lo que había hecho era bueno, pero no solamente bueno, sino en gran medida bueno. Solamente un Dios de amor podría haber creado un mundo así de hermoso y perfecto para el ser humano.

–¡Qué bueno es Dios! –comentó Mateo.

–Así es, ¡Dios es bueno! –concluyó el padre.

Tu oración: Hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? En el Jardín del Edén había un río que se dividía en cuatro.

12 de enero

La pareja perfecta

“Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente” (Gén. 2:7).

–Dios creó nuestro hermoso mundo con un fin, que se vio manifestado al sexto día cuando creó al hombre. Se tomó el tiempo de formarlo y darle su soplo de vida. Así fue como Adán llegó a convertirse en un ser viviente.

–¿Qué pensaría Adán cuando se vio en ese bello mundo rodeado de tantos animales? –preguntó Mateo.

–Dios le pidió que pusiera nombre a cada animal –continuó el padre–, fue entonces cuando se dio cuenta de que todos los animales tenían un compañero, ¡pero él estaba solo! Así que Dios decidió dormirlo para formar una mujer de una de sus costillas. Cuando Adán despertó, vio a su lado a la bellísima Eva. Los dos formaron la primera y la única pareja perfecta que ha habido en este mundo, porque fueron creados antes de que entrara el pecado.

–La Biblia dice que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza –comentó Susana–. ¿No es maravilloso?

–Esa es la mejor evidencia de que fuimos hechos por Dios, no somos el resultado de la evolución, como dicen algunas personas –respondió el papá–. La Biblia dice claramente cómo fuimos creados.

–Eso es lo que también me han enseñado en la escuela, que Dios creó el mundo y todo lo que hay en él –volvió a hablar Susana.

–Gracias a Dios que no procedemos del mono, como algunos creen, ni de ningún otro animal –afirmó Mateo.

–Debemos agradecerle a Dios por la forma en que nos creó –finalizó el papá.

Tu oración: Querido Dios, gracias por habernos creado a tu imagen.

¿Sabías qué? Adán y Eva son los únicos seres humanos que nunca fueron niños.

13 de enero

Los dos árboles

“En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal” (Gén. 2:9).

–Nuestros primeros padres tuvieron el lugar más hermoso para vivir. En medio del huerto del Edén estaba el árbol de la vida. Por su forma, tamaño y hermosura, no había ninguno que se comparara con él. Su fruto era espectacular –dijo la madre–, su propósito era perpetuar la vida de todo el que lo comiera.

–¡Qué agradable habrá sido! ¡No me lo puedo imaginar! –exclamó Susana.

–Pero eso no era todo –continuó la madre–. Cerca del árbol de la vida estaba otro, el árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios les había dicho a Adán y a Eva que no lo tocaran ni comieran de su fruto, pues era una prueba para demostrar que lo amaban.

–¡Qué pena que Eva haya tomado del fruto! –lamentó Mateo.

–Sí, qué pena –dijo la madre–. Dios los creó libres para tomar decisiones y deseaba que lo obedecieran por amor. Previamente, los ángeles habían advertido a Adán y a Eva que tuvieran cuidado, porque Satanás podría tentarlos y hacerlos pecar, por lo tanto, debían permanecer juntos. Sin embargo, Eva se separó de Adán, y pronto se encontró frente al árbol prohibido, le pareció muy hermoso y se preguntaba por qué Dios no quería que comieran de su fruto. Entonces Satanás, disfrazado de una bella serpiente, le habló y le ofreció el fruto. Ella lo tomó y lo probó, le supo delicioso. Rápidamente fue junto a Adán para ofrecérselo, y él con tristeza vio lo que su compañera había hecho. Sabiendo que ella había pecado, él también comió. ¡Qué tristeza que Adán no se haya mantenido fiel a Dios, sino que prefirió seguir el camino de Eva!

Tu oración: Hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? Antes de pecar, Adán tuvo acceso al fruto del árbol de la vida.

14 de enero

Adiós al Jardín del Edén

“Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón” (Gén. 3:15).

–Cuando Dios fue a buscarlos, Adán y Eva tuvieron miedo y se escondieron –comenzó el papá–. La relación tan hermosa que habían tenido se había roto, ya no podían hablar cara a cara con el Creador. El pecado los había separado. Sin embargo, Dios no los dejó solos; les dijo que les enviaría a un Salvador para que los rescatara y volvieran a vivir con él.

–¡Qué triste tuvo que ser para Adán y Eva salir del Edén! –comentó Mateo.

–Sí, lo fue –confirmó el padre–. Hubo tristeza en el cielo a causa de la desobediencia de Adán y de Eva, pero estaban contentos porque había un plan para salvarlos. Inmediatamente, el árbol de la vida fue custodiado por ángeles para que Adán y Eva no tuvieran acceso a él. Y todo cambió a causa del pecado: nacieron espinas en las hermosas plantas, los animales le tuvieron miedo al ser humano y algunos incluso se volvieron feroces. Todo se trastornó. El mundo ya no sería igual.

–¡Qué cambio tan grande! –exclamó Susana.

–Adán y Eva pudieron ver la diferencia entre el mundo sin pecado y el mundo después del pecado. Adán aconsejó a sus descendientes que obedecieran la Ley de Dios, contándoles el alto precio que habían pagado ellos por no obedecerla. Tristemente, algunos le echaban la culpa a él de la situación en que se encontraban. Adán vio cómo su descendencia se portaba cada vez peor, y eso lo llenaba de tristeza. Él logró conocer a varias generaciones, pues vivió más de novecientos años, tiempo en el que albergó la esperanza de la promesa de la venida de Jesús –concluyó el papá.

Tu oración: Querido Dios, gracias porque Jesús vendrá y todo volverá a ser hermoso y feliz como al principio.

¿Sabías qué? La alimentación original se componía de frutas y semillas.

15 de enero

Dos hermanos muy diferentes

“El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda” (Gén. 4:4, 5).

–Adán y Eva tuvieron una familia muy numerosa. No sabemos cuántos hijos e hijas tuvieron –dijo la mamá para iniciar el culto–. Hoy hablaremos de dos en especial: Caín y Abel.

–Caín fue el primer bebé –comentó, sonriente, Susana.

–Sí, Caín fue el primer hijo de Adán y Eva, y después nació Abel. Los dos hermanos crecieron juntos, pero eran muy diferentes –comentó la mamá–. Mientras que Abel amaba a Dios, era obediente y se daba cuenta de que su Creador era misericordioso, Caín se rebelaba contra el Señor, y creía que era injusto el castigo que había dado a la humanidad. A los dos hijos se les había enseñado de la misma manera, pero cada quien tomó sus propias decisiones. Un día, cada uno de ellos hizo un altar frente al Jardín del Edén, donde tantas veces habían ido con sus padres para que les contaran lo que allí habían vivido. Al realizar el sacrificio, Abel siguió correctamente las instrucciones que Dios había dado: presentó un cordero sin defecto, pues sabía que representaba a Jesús, el Cordero de Dios, y su ofrenda fue aceptada por Dios. Pero la decisión de Caín no fue la correcta: en vez de llevar un cordero como se le había enseñado, llevó frutos de la tierra. No sentía agradecimiento a Dios ni arrepentimiento por su pecado, por eso Dios no pudo aceptar la ofrenda de Caín. Así que los dos hermanos tomaron dos decisiones muy diferentes: Abel escogió la fe y la obediencia; Caín escogió la rebelión y la desobediencia.

¡Qué importante, hijos, es obedecer la Palabra de Dios y confiar en sus promesas! ¡Vale la pena! –concluyó la mamá.

Tu oración: Hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? Set fue el tercer hijo de Adán y Eva. No se menciona por nombre a ningún otro hijo de ellos.

16 de enero

La historia de Noé

“Noé era un hombre muy bueno, que siempre obedecía a Dios” (Gén. 6:9).

“Hola. A pesar de que unos siglos antes había entrado el pecado al mundo, la tierra seguía siendo bella; estábamos rodeados por verdes colinas adornadas con imponentes árboles, había flores de diferentes colores... ¡Y qué decirles de la variedad de frutas que podíamos comer!

“Luego la maldad de los seres humanos aumentó, así que, un día Dios habló conmigo y me dijo que construyera un barco muy grande, porque pensaba enviar lluvia sobre la tierra. Él iba a enviar un diluvio que destruiría a todos los habitantes del planeta excepto a quienes decidieran entrar en el gran barco.

“Cuando empecé a hacer los preparativos para la construcción del gran barco, la gente se burlaba de mí. Se preguntaban qué era llover, pues nadie lo había visto antes. Muchos vinieron desde lejos para escuchar mi mensaje y ver cómo estaba construyendo el barco; algunos incluso me ayudaron. Al principio creyeron en lo que yo les decía, pero dejaron de creer al ver que pasaba el tiempo y no sucedía nada.

“Después de 120 años terminamos la construcción del barco, e hice la última invitación a la gente a entrar en él. Pero solamente mi familia quiso entrar en el arca. ¡Ciento veinte años predicando para que se salvaran, y no quisieron! Habían visto llegar en perfecto orden a parejas de animales de toda clase, habían visto los cielos llenarse de aves que entraron en el barco... Pero nada de eso los convenció de entrar.

“Ya dentro del arca mi familia y yo, un ángel cerró la puerta y por siete días no llovió. Imagínense cómo nos sentíamos al escuchar a las personas afuera burlándose de nosotros. Pero en el octavo día el cielo se oscureció y gruesas gotas de lluvia empezaron a caer. Para esas personas era la primera vez que lo veían... y la última. Llovió durante cuarenta días y solamente por el poder de Dios fuimos salvados. ¡Valió la pena obedecer!”

Tu oración: Querido Dios, quiero ser fiel como Noé.

¿Sabías qué? “Noé” significa “el que es consolado”.

17 de enero

Un arco iris en el cielo

“He puesto mi arco iris en las nubes, y servirá como señal de la alianza que hago con la tierra” (Gén. 9:13).

–Hoy continuaremos con el relato de Noé –dijo el padre–.

“Como les contaba ayer, el Diluvio fue una experiencia terrible: las sacudidas constantes de un lado al otro debido a la intensidad del viento y la ferocidad de las aguas nos daban miedo; sobrevivimos porque Dios nos protegió. Cuando por fin logramos ver las primeras cúspides de las montañas envié un cuervo para que inspeccionara. Anduvo sobrevolando y, al no encontrar un lugar donde posarse, regresó al arca. Entonces esperé otros siete días y envié una paloma, que también regresó. Dejé pasar otros siete días más y de nuevo envié a la paloma, que volvió esta vez con una rama de olivo en el pico. Nos sentimos muy felices.

“Por fin, un día un ángel llegó a abrir la puerta del arca, salimos y pudimos ver que el paisaje era muy diferente a como era antes del Diluvio. La belleza del lugar donde habíamos vivido había desaparecido. El espectáculo era desolador comparado a lo que conocíamos. Sin embargo, estábamos confiados en que Dios seguiría con nosotros, así que lo primero que hice fue construir un altar para realizar un sacrificio. Eran pocos los animales que habíamos conservado, pero dimos una ofrenda a Dios con nuestro corazón rebosante de gratitud porque nos había salvado la vida.

“Dios aceptó nuestro sacrificio y nos hizo la promesa de que no volvería a haber otro diluvio. Un arco iris hermoso apareció en cielo. Era la señal para las siguientes generaciones. Cuando los niños lo vieran y preguntaran qué era, debíamos recordarles la promesa de Dios de que nunca más destruiría la tierra con agua. Dios cuidó de nosotros y también cuida de ti. Te animo a ser fiel y obediente”.

Tu oración: Hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? Sem, Cam y Jafet nacieron cuando Noé tenía quinientos años.

18 de enero

La torre de Babel

“Después dijeron: ‘Vengan, vamos a construir una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo’ ” (Gén. 11:4).

–Dios escogió a Noé para una misión que cumplió fielmente – inició el padre–. Cuando pasó el Diluvio decidieron establecerse cerca del arca. Pero los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet, poco a poco se fueron multiplicando y, lamentablemente, de nuevo la gente empezó a desobedecer a Dios. Los descendientes de Cam se apartaron de Dios y les molestaba vivir cerca de los que sí lo amaban, así que decidieron irse a otro lugar; escogieron la llanura de Sinar, una tierra hermosa y muy fértil que era regada por el río Éufrates. Al llegar allí, decidieron construir una torre tan alta que pudiera llegar hasta el cielo. Hicieron los planos e iniciaron el desafiante proyecto. La torre empezó a construirse e iba creciendo rápidamente; las partes terminadas fueron habitadas por los mismos constructores y había habitaciones dedicadas y adornadas para sus dioses. El proyecto era un monumento para que se recordara su fama en las siguientes generaciones.

–No me imagino lo hermosa que era la torre que deseaban construir –comentó Mateo.

–Era muy imponente porque era la manifestación de su orgullo y de su desafío a Dios –dijo el padre–. En ese tiempo todavía se hablaba el mismo idioma, pero un día, la construcción se detuvo de repente. Sucedió que no se entendían unos a otros. Unos pedían una cosa y les daban otra; terminaron discutiendo, peleando y decidieron separarse. Fueron haciendo grupos entre los que hablaban el mismo idioma. Y no fue casualidad, sino la intervención de Dios. Fue Dios quien confundió su lengua, para que se separaran y se establecieran en diferentes lugares. El problema es que, cuando nos alejamos de Dios, pensamos en cosas malas. En cambio, cuando leemos la Biblia y hablamos con Dios todos los días, él nos ayuda a pensar en lo bueno –concluyó el papá.

Tu oración: Querido Dios, ayúdame a no alejarme nunca de ti.

¿Sabías qué? La Biblia está traducida a más de dos mil idiomas y dialectos.

19 de enero

Abraham

“Un día el Señor le dijo a Abram: ‘Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar’ ” (Gén. 12:1).

“¡Hola! Soy Abraham, aunque originalmente mi nombre era Abram. Quiero contarles mi historia. Una vez, escuché la voz de Dios, que me dijo que debía salir de mi ciudad y dejar a mi familia para ir a una tierra a la que él me llevaría porque deseaba formar un pueblo escogido. Me quedé sorprendido ante tal indicación, pero obedecí.

“Cuando le conté a mi esposa, Sara, lo que Dios me había dicho, se dio cuenta de que su vida iba a cambiar por completo. Debía dejar su hermosa casa y llevar solamente algunas pertenencias. Sin embargo, lo más difícil era dejar a la familia. Aun así, ella estuvo dispuesta a obedecer el llamado. Nuestros nos preguntaban a dónde íbamos, pero como no teníamos respuesta a su pregunta no entendían cómo íbamos a dejar todas las comodidades de la bella ciudad donde habíamos crecido.

“Salimos de Ur con mi padre, Taré, y mi sobrino Lot, además de muchos siervos y animales. Todos nuestros amigos y familiares decían que habíamos perdido la razón. Nuestra primera parada fue en Harán, donde permanecimos hasta que murió mi padre. Cuando emprendimos de nuevo el viaje, nos acompañaban un grupo de personas que habían aprendido a amar a Dios.

“Tras varios días de viaje, llegamos a Canaán, y Dios me dijo que esa tierra sería de mis descendientes y que mi familia sería tan numerosa como las estrellas del cielo. Creí en su promesa, aunque no teníamos ningún hijo. Acampamos en el agradable encinar de Mamre y luego construimos un altar para adorar a Dios. Hicimos eso mismo en cada lugar donde vivimos. Siempre le dimos el primer lugar a Dios?”

Tu oración: Hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? “Abraham” quiere decir “padre de multitudes”.

20 de enero

Que nada me aparte de Dios

“El Señor hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra” (Gén. 19:24).

“¡Hola! Soy Abraham otra vez. Verán, Lot, el hijo de mi hermano Harán, nos acompañó en nuestro viaje hacia la tierra que el Señor me indicó. Con el tiempo, su ganado y el mío aumentaron tanto que un día nuestros siervos discutieron por el agua y tuve que tomar la decisión de separarnos. Lot escogió ir a vivir a una preciosa llanura cerca de las ciudades de Sodoma y Gomorra, pero yo me fui al lado contrario. Lot terminó viviendo en Sodoma y la influencia de ese lugar no fue buena para su familia.

“Cierto día, pasaron cerca de mi campamento tres viajeros y yo salí a invitarlos a comer y descansar en mi tienda. No sabía que se trataba de visitantes celestiales. Fue entonces cuando Dios me dijo que pronto Sara tendría un hijo. ¿Se imaginan mi emoción? ¡Nosotros ya éramos demasiado mayores para ser padres! Mi esposa se rio al oír el comentario, por eso Dios dijo que nuestro hijo se llamaría “Isaac”, que significa “risa”. Además, me habló sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra. Como yo sabía que mi sobrino vivía allá con su familia, intercedí por ellos. Pero no había siquiera diez personas justas en aquellas ciudades, por eso Dios decidió destruirlas. Sin embargo, quiso salvar a Lot y a su familia.

“Lot tardó en decidirse a abandonar Sodoma, porque no quería perder todo lo que tenía. Pensó que quizá Dios estaba pidiendo demasiado. Y los ángeles tuvieron que tomarlos de la mano a él y a su familia, y sacarlos de allí a toda prisa. Ellos les dieron las instrucciones de que no debían mirar atrás, pero la esposa de Lot desobedeció, entonces se convirtió en estatua de sal.

“Dios desea que lo amemos de todo corazón, porque él quiere salvarnos y vivir algún día con todos nosotros”.

Tu oración: Querido Dios, ayúdame a que nada me aparte de ti.

¿Sabías qué? Los moabitas y los amonitas fueron descendientes de Lot.

21 de enero

Isaac, hijo de Abraham

“Abraham tenía cien años cuando Isaac nació” (Gén. 21:5),

–¿Qué les parece si hoy escuchamos la historia de Isaac? –preguntó el padre.

Hacé una oración en voz alta.

¿Sabías qué? Abraham hacía un altar en cada lugar donde vivía.