Agradecimientos

El editor agradece a los autores, que se sumaron con alto profesionalismo a esta iniciativa, y aportaron con sus artículos para este libro.

Así también, a los asistentes de investigación, que hicieron un entusiasta trabajo de campo.

Finalmente, agradece a las universidades que participaron y, especialmente, a la Universidad de La Serena por su apoyo en la publicación de este libro.

ÍNDICE

PRÓLOGO

I PARTE: DEFINIENDO LOS DESAFÍOS

Responsabilidad Social: Los desafíos y sus limitaciones
Dr. Ryszard Piasecki, Universidad de Lodz, Polonia.

La Responsabilidad Social Corporativa de las empresas multinacionales en países de desarrollo medio: evidencia de multinacionales en Chile (AMC) y Polonia (KGHM)
Dr. Ryszard Piasecki, Universidad de Lodz, Polonia.
Dr. Erico Wulf B., Universidad de La Serena, Chile.

II PARTE: MODELOS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL Y LOS VALORES

Responsabilidades Empresariales: Análisis crítico a los Modelos de Gestión
Dr. Alex Medina Giacomozzi, Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad del Bío-Bío, Chile.
Mg. Pedro Severino González, Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad Católica del Maule, Chile.

Modelo de Gestión Integrado: responsabilidad empresarial y buen gobierno corporativo
Mg. Pedro Severino González, Universidad Católica del Maule, Chile.
Dr. Álex Medina Giacomozzi, Universidad del Bío-Bío, Chile.

Responsabilidad Social: Causas y soluciones para un mejor desempeño de la empresa, familia y la sociedad
Dr. Víctor M. Mercader, Universidad CETYS, México.

III PARTE: ESTRATEGIAS DE NEGOCIOS Y RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Análisis de las variables asociadas al fenómeno del emprendimiento y la RSE
MSc. Dennis Ruiz Almeida, Universidad de Guanajuato, México.
Dr. José Ángel López Sánchez, Universidad de Extremadura, España.
Dr. Rafael Espinosa Mosqueda, Universidad de Guanajuato, México.

Factores de posicionamiento de mercado según el modelo Delta y la aplicación de la RSE
Dr. Erico Wulf Betancourt, Universidad de La Serena, Chile.
Mg. Sebastián Rossel, Universidad de La Serena, Chile.

SOBRE LOS AUTORES

PRÓLOGO

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha sido una preocupación importante desde mediados del siglo pasado, con una constante ampliación y extensión de su alcance desde el ámbito interno de la empresa, hacia su entorno externo. En su origen, en la década del 20, enfatizaba un principio que no ha perdido vigencia en la actualidad y que indudablemente se ha hecho más relevante, sino tal vez -desde la perspectiva ética- más urgente, a saber: si la empresa utiliza recursos privados y públicos, éstos deben utilizarse de manera que los beneficios que generen no afecten negativamente, sino que favorezcan el bienestar de la sociedad. Desde la perspectiva de la economía, un complemento relevante a este argumento, es el hecho de que tales recursos son escasos. Es decir, tienen usos alternativos y, en consecuencia, no se trata solo de lograr beneficios privados, sino que éstos deben ser superiores a aquellos que se puedan lograr en otros usos. En otras palabras, la empresa también debe generar beneficios sociales sustentados en incrementos permanentes de valor.

Más aun, en el proceso de generación de valor, la empresa complementa los recursos privados que la sostienen (capital, talento, tecnología y gestión), con los recursos públicos (institucionalidad, infraestructura, reglas de política económica, conectividad, servicios públicos), y/o de propiedad común (medio ambiente). Sin embargo, en la medida que la empresa se guía solamente por sus costos privados, estos recursos no son parte de la ecuación de valor.-

En consecuencia, la primera vertiente de la Responsabilidad Social Empresarial, se relaciona con una visión de la empresa que utilizando recursos sociales y privados, se debe a una comunidad tanto como a sus dueños, para lo cual debe actuar con sentido de responsabilidad, tanto más que en un contexto de restricciones inherentes a tal comunidad, se generan relaciones de interdependencia, que para los fines del bienestar como un todo, se sostienen en base a estándares éticos más complejos.

El rol transformador de la empresa y su función insustituible para generar riqueza, no la exime de incorporar en sus modelos de gestión, compromisos relevantes de responsabilidad social para su vigencia como institución.

Los beneficios de la Responsabilidad Social Empresarial afectan positivamente los resultados de gestión que los directivos deben reportar a sus dueños. Tal es el caso de la mejor imagen y prestigio corporativo, mayor interés de los inversionistas, menor costo de financiamiento, disminución de la rotación de sus talentos humanos, mayor fidelidad de sus consumidores y una fuerza de trabajo más calificada que, finalmente, confluye en ventajas competitivas para la generación de valor y mayores niveles de productividad y competitividad.

Esta preocupación ha sido recogida por los organismos internacionales (OCDE, 1976). Posteriormente, desde 1987 y hasta 2004, la relación de la RSE y el desarrollo sostenible (ONU), que antecede al Pacto Global (1999) y la agenda 2030 respectivamente, cierra un primer ciclo con la norma ISO 26000.

La comunidad empresarial en Chile no ha sido indiferente a esta mayor atención con la responsabilidad social. En el año 2000, se realiza el primer seminario: "El compromiso con la sociedad como base del éxito de la empresa", que organiza el grupo Acción RSE, entidad sin fines de lucro, fundada en el año 1998. Posteriormente, en el año 2007 un grupo de empresas líderes, se integra al Pacto Global promovido por las Naciones Unidas, adhiriendo a sus cuatro valores (derechos humanos, normas laborales, medio ambiente y control de la corrupción) y a diez principios que, en su conjunto, contribuyen a la sustentabilidad local y global.

Este libro tiene por propósito articular una comprensión tanto de los factores conceptuales y normativos, que definen las fronteras de la RSE, como de aquellos que determinan e influyen su aplicación, no solo en entornos competitivos como respuesta a las demandas de sus consumidores o competidores, sino también considerando las preferencias y preocupaciones de una comunidad crecientemente empoderada, al igual que las instituciones y su normativa de referencia y grupos de interés (ONGs, medios de comunicación, universidades). Además, se busca identificar los criterios diferenciadores de las acciones efectivas de RSE, para evitar que se confundan con las prácticas de filantropía que realizan las empresas.

La filantropía es un loable objetivo que responde a una situación específica de interés empresarial (fomentar el arte, la cultura o la educación). La Responsabilidad Social Empresarial, en cambio, responde a un conjunto de principios y valores de gestión que identifican a la empresa tanto con su entorno interno (trabajadores, directivos y accionistas), como el externo (comunidad, consumidores/clientes, Estado y otras instituciones). Una encuesta aplicada en agosto del 2017 por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), registró que el 94% de los encuestados cree que el medio más efectivo para fortalecer la relación con el entorno externo y sus grupos de interés, es la profundización de la vinculación con los clientes, que constituyen el nexo con el tejido social de la cual la empresa forma parte, y en la que se fundamenta que sus resultados sean sostenibles.-

Los artículos que se incluyen en este trabajo tienen el propósito de contribuir a la discusión y reflexión respecto del tema, desde la perspectiva de las experiencias internacionales y nacionales, que sugieren los lineamientos conducentes a una aplicación de la RSE, enlazada con los objetivos organizacionales y estratégicos de empresas y multinacionales competitivas.

La secuencia temática esta ordenada desde lo general a lo particular. El artículo del profesor Piasecki, nos muestra los aspectos normativos de la RSE y sus implicancias sociales en el ámbito internacional y en la Unión Europea, en particular, tanto en las pequeñas y medianas empresas, como en las multinacionales.

A continuación, este primer análisis se complementa con la revisión de la experiencia en RSE, de dos multinacionales del rubro minero (Piasecki y Wulf), instaladas en las regiones de la zona centro norte y norte de Chile.

El siguiente grupo de artículos (Medina y Severino), se relacionan primero con los enfoques y modelos de gestión conocidos que ordenan las variables relevantes en la aplicación de la RSE y su rol en los procesos decisorios, desde la perspectiva de los diferentes niveles de responsabilidad que se identifican en una empresa (legal, laboral, económica, institucional), que como conjunto definen el ámbito de la RSE. En segundo lugar, proponen un modelo de gestión integrado para ser aplicado por las empresas, considerando distintos niveles de complejidad para crear valor económico y valor social.

A continuación, se analiza el rol de aspectos específicos en la aplicación de la RSE. La importancia de los valores (Mercader), el emprendimiento (Espinosa) y el posicionamiento estratégico (Wulf y Rossel), como determinantes del nivel de densidad de las prácticas corporativas de RSE. Estos trabajos dejan en evidencia que las prácticas de RSE no se pueden concebir, sino existen desde los niveles directivos superiores de la empresa, definiciones valóricas que se aplican y validan internamente antes de proyectarse hacia el entorno externo y que, debido a su impacto, son relevantes de considerar incluso en el ámbito de la familia y la sociedad.

Igualmente, fomentar el emprendimiento no es ajeno de las orientaciones de RSE, aunque en menor grado de importancia en relación a los aspectos relacionados con los modelos de negocios que apliquen los emprendedores.

Finalmente, el último artículo (Wulf y Rossel), corresponde a una secuencia de investigación realizada en la Universidad de La Serena, que en base a una dotación de valores y principios iniciales, ha permitido identificar que la RSE tendría un ciclo de vida que se relaciona con el posicionamiento estratégico que propone la aplicación del modelo Delta, basado en la vinculación con los clientes. Además, se detectan niveles crecientes de aplicación de la RSE, según se avanza en la complejidad de aplicación de este modelo. Para medir los rangos de aplicación de RSE, se presenta un indicador (INRSE), que identifica valores entre 0 y 1. Estos resultados, aunque con limitaciones, sugieren que no todas las empresas tiene la misma capacidad de aplicar RSE. Esta depende de sus valores y principios, sus competencias organizacionales y del nivel de posicionamiento estratégico respecto de los clientes.

El texto en su conjunto, delimita el ámbito de aplicación de la RSE, asumiendo como dadas las restricciones legales, sociales, económicas, institucionales y de gestión estratégica, aunque con un rol central de los principios y valores corporativos, que deben ser definidos por los máximos niveles directivos de una organización. Toma en cuenta, además, el amplio consenso que existe respecto de que una de las competencias fundamentales de las organizaciones modernas, es su capacidad de construir relaciones estables y de mutua confianza con su entorno interno y externo, como condición previa para el logro de objetivos sostenibles.

Dr. Erico Wulf B.

Editor

La Serena, marzo 2018.

I PARTE: DEFINIENDO LOS DESAFÍOS

Responsabilidad Social:
Los desafíos y sus limitaciones

Dr. Ryszard Piasecki

Univesidad de Lodz, Polonia

RESUMEN

El autor analiza las posibilidades y vulnerabilidades de la responsabilidad social empresarial (RSE) en los dos niveles principales: pequeñas y medianas del sector local y, en segundo lugar, las grandes corporaciones en el ámbito internacional. También se analiza la comprensión moderna de la definición de la RSE. Este concepto en las Ciencias de gestión, a menudo es mal entendido porque generalmente es visto como uno de los medios de la lucha para lograr una mejor posición competitiva. Por otro lado, para las Ciencias del Desarrollo, RSE es un instrumento eficaz de redistribución del ingreso y un sustento adicional al rol del Estado para apoyar a los grupos sociales más vulnerables.

1. INTRODUCCIÓN

Por muchas décadas, las empresas tenían como objetivo principalmente la maximización de beneficios, sin importar el impacto social y ambiental ligado a sus actividades. Esto comenzó a cambiar a finales del siglo XIX. Andrew Carnegie popularizó los principios de caridad en 1899, cuando publicó El evangelio de la riqueza. No obstante en esa época, las ideas de Carnegie fueron más la excepción que la regla.

La noción de que una empresa no es sólo responsable de sus finanzas había evolucionado y eventualmente consiguió el nombre: Responsabilidad Social Corporativa, que significa que una organización empresarial asume la responsabilidad por el impacto de sus actividades en sus empleados, clientes, la comunidad y el medio ambiente.

2. RSE EN LAS CIENCIAS DE LA ADMINISTRACIÓN

La Responsabilidad Social Corporativa (o RSE) se ha convertido en uno de los conceptos más importantes y significativos de la gestión moderna. La literatura sobre este tema, ofrece una variedad de definiciones de este fenómeno, pero ha sido generalmente considerado como un constructo amplio que comprende acciones dirigidas a los actores y problemas sociales. [1] Esto significa que los gerentes de la empresa y los propietarios no sólo son responsables de la gestión de las finanzas y aspectos legales de su actividad, sino que en algunos aspectos, también son responsables de la sociedad como un todo (McGuire, 1963, p. 144).

Responsabilidad Social Empresarial se define a menudo como un concepto en que las empresas integran elementos sociales y ambientales con las operaciones del negocio, gestión y relaciones con las partes interesadas. Ese tipo de comprensión de la RSE, ha sido reconocido por la Unión Europea. La Comisión Europea (2011), define la responsabilidad Social como "la responsabilidad de las empresas por sus impactos en la sociedad". Para cumplir plenamente con su responsabilidad social, las empresas "deben tener implementado en sus operaciones y estrategias claves, un proceso de integración social, ambiental, ética; derechos humanos y preocupaciones de los consumidores, en estrecha colaboración con sus grupos de interés.

El Consejo Empresarial Mundial para el desarrollo sostenible, destacó que aunque el objetivo principal de negocio es la rentabilidad y el desarrollo económico, no debe descuidar su impacto en la sociedad. Define la Responsabilidad Social Corporativa como "compromiso continuo de los negocios por comportarse éticamente y contribuir al desarrollo económico; mejorando la calidad de vida de los trabajadores y sus familias así como; de la comunidad local y de la sociedad"(Kotler; Lee, 2005, p. 3).

Philip Kotler, uno de los más importantes profesores de gestión moderna, hizo hincapié en el carácter discrecional de estas actividades. Según él, "responsabilidad social corporativa, es un compromiso de bienestar comunitario, a través de prácticas empresariales discrecionales; y aportes de recursos de la empresa"(Holme; Watts, 2000, p. 6).

Existen dos enfoques principales y sustancialmente diferentes a este concepto. Estos son el enfoque de autorregulación y el de regulación legal. [2]

Por supuesto, entre esos dos extremos, puede haber muchas alternativas. Todas estas dimensiones se definen y caracterizan como sigue:

1. Enfoque de la autorregulación, en el que empresas de decidan por sí mismos hasta qué punto participan en RSE, y cuales actividades de RSE quieren implementar. El papel del Estado es limitado;

2. Regulación legal, en que el gobierno juega el papel más importante. Esto se refleja en iniciativas multinacionales, que se basan en compromisos legales vinculantes.

3. Enfoques de la regulación, en que las partes interesadas participan en el proceso de formulación de políticas de RSE de la empresa. En esta "tercera vía" las organizaciones no gubernamentales, asociaciones empresariales, organizaciones gubernamentales e instituciones multilaterales, trabajar juntos en un marco constructivo para lograr objetivos complementarios en el proceso de la RSE.

La creciente complejidad, hace que sea imposible extraer un único modelo coherente de la RSE. En la investigación sobre Responsabilidad Social Corporativa, existen dos modelos principales: el primero es un modelo de las Obligaciones después de los beneficios, refiriéndose a la pirámide de Maslow de necesidades y, descrito por el economista estadounidense A. B. Carroll (1993). Este modelo divide la responsabilidad de la empresa en cuatro niveles (responsabilidades): económicas, jurídicas, éticas y filantrópicas. El nivel económico, se encuentra en el ámbito elemental, y es el más importante para la empresa; las actividades filantrópicas en cambio, son consideradas como responsabilidad de orden superior (Carroll, 1993, p. 28).

El objetivo primario y fundamental de la sociedad es lograr un beneficio que permite implementar otros objetivos. En el caso de incurrir en pérdidas o cero ganancias, la sociedad obviamente no puede exigir de la compañía a incurrir en responsabilidad en otras áreas. Estas son otras áreas de responsabilidad, que puede aplicarse sólo cuando una organización alcanza un nivel satisfactorio de rentabilidad.

Este modelo supone que en el ámbito de la responsabilidad económica hay una elección entre beneficio y riesgo. Los proponentes de este enfoque reconocen condiciones de mercado difíciles, condicionan a los empresarios a preocuparse en primer lugar por sus propios intereses, lo que también maximiza la riqueza social. Milton Friedman consideraba que la contribución de la empresa para el bienestar general se encuentra en la producción eficiente y eficaz de bienes y servicios, siempre y cuando la sociedad los encuentre útiles, y deja al Estado las cuestiones de la responsabilidad social (Grzegorzewska-Ramocka, 2009, p. 63).

El segundo modelo, popularizado principalmente en el trabajo de Y. Ch. Kang y D. J. Wood (1991), se llama Obligaciones antes de los beneficios. Este modelo es, en algunos aspectos, una jerarquía invertida. Se considera que los valores más altos y más importantes son los valores morales y que están subordinadas a todos los demás valores. Así, la base de la pirámide es la responsabilidad moral, que se toma sin importar las condiciones en que opera la organización. [3]

Según este modelo, la actitud moral de los propietarios, gerentes y empleados ordinarios crea valor agregado, que afecta las fases y profundidad de las relaciones con los grupos de interés y, da a la empresa una ventaja competitiva. Se sustenta en el supuesto que la empresa es un componente de una entidad más diferenciada como un todo, consistente en estructuras funcionalmente interdependientes y flexibles. El propósito principal de una empresa que pertenece a esta estructura, por lo tanto y, en cumplimiento de la normativa vigente, es apoyar el orden socio-económico, reconocer ciertos valores de un marco común y aplicar los objetivos básicos del desarrollo económico. La idea de solidaridad mutua, significa que una empresa, en busca de beneficios, no debe dañar a la sociedad.

3. RSE COMO ÁREA DE ESTUDIO EN DESARROLLO

La Responsabilidad Social Corporativa, puede ser considerada como un elemento de un área más amplia de las Ciencias económicas de la llamada economía social y, en algunos casos, de la empresa social. Hay una estrecha relación entre la RSE dirigida a apoyar a destinatarios seleccionados (desempleados, pobres, discapacitados, excluidos socialmente), y la economía social que contiene idénticos objetivos políticos.

También existe el concepto de la economía social de mercado, ampliamente utilizado en la Unión Europea, introducido en la Constitución (artículo 20), donde dice: "una economía social de mercado, basada en la libertad de actividad económica, propiedad privada y la solidaridad, diálogo y cooperación entre los interlocutores sociales, será la base del sistema económico de la República de Polonia". [4] Este concepto es una herencia de la escuela de Friburgo, definida como liberal por los defensores de este enfoque (la no intervención del Estado es parte de su rol "social"). G. W. Kołdko (2000) caracterizó uno de los principios de una economía social de mercado como la necesidad de conciliar eficiencia con equidad. Sin importar la diferencia entre los partidarios del estado del bienestar y el enfoque liberal, el elemento común es el tema de la sensibilidad a los problemas que afectan a las sociedades contemporáneas: desempleo, pobreza, exclusión. Por esta razón, el mencionado artículo 20 se refiere al diálogo de solidaridad y cooperación de los interlocutores sociales. RSE y economía social calza con la filosofía más amplia de la economía social de mercado y debe ser tratado como un valor superior.

La Economía social, también puede ser tratada como la respuesta a las irregularidades en el funcionamiento de la economía nacional, y los fallos del modelo neoliberal. Hay varias interpretaciones de la RSE, aunque es difícil identificar claramente sus estándares. Un relativismo aparente es la determinación del alcance de las actividades de RSE, que depende de las normas sociales, factores culturales y el nivel de progreso económico. Sin embargo, se debe señalar que una determinante importante de la RSE, es un intento de alejarse de una prioridad exclusiva a maximizar las ganancias.

La popularidad de la RSE aumenta, especialmente en las economías avanzadas, en parte, porque se trata como un incentivo adicional para ampliar el mercado, o como medios de aprobación, De todos modos, en el largo plazo las actividades de RSE contribuyen a obtener ventaja competitiva.

También se debe enfatizar la relación entre la RSE y la idea del desarrollo sostenible. Aunque este concepto se desarrolló más tarde, la RSE aborda la filosofía del desarrollo sostenible, especialmente con la inclusión del tercer pilar: la justicia social. La empresa que quiere poner en práctica los principios del desarrollo sostenible, debe respetar las expectativas de la RSE. Esto se popularizó por el Banco Mundial, que trata la RSE como un compromiso de negocio para contribuir al desarrollo sostenible en colaboración con los empleados, sus familias y las comunidades locales, con el fin de mejorar la calidad de vida, tanto para las empresas, como para fines del desarrollo social (Zapała; Kazimierczak, 2011, p. 165).

4. ASPECTOS NEGATIVOS DE LA RSE

Las explicaciones y críticas a la Responsabilidad Social aparecen regularmente en los medios y la literatura académica. Muchas de estas discusiones son repetitivas, pero una que agregó nuevos elementos al análisis del concepto, fue una sección especial en The Economist, en el artículo "La buena Empresa: un estudio de la responsabilidad corporativa." [5]

La tesis de la sección era que el movimiento de responsabilidad social corporativa domina el pensamiento de los modelos de gestión, lo cual es desafortunado, ya que no es necesario si se entiende correctamente el funcionamiento del capitalismo. Además, RSE se practica de muchas maneras diferentes, creando confusión con respecto a lo que realmente significa.

El artículo argumenta que no es necesario imponer la RSE en las empresas, porque ya están actuando de manera responsable. El punto clave es que el capitalismo ha sido la fuerza impulsora detrás de un progreso económico y social sin precedentes, pero desafortunadamente todavía genera sospecha, temor y es devaluado. Dos razones se dan para este temor del capitalismo: la idea de que el beneficio empresarial es incompatible con el bien público o social, y la creencia de que, en la búsqueda del beneficio privado, las corporaciones están imponiendo una carga paralizante que afecta la sociedad y el medio ambiente. No obstante, el artículo de The Economist no considera adecuadas a ninguna de estas razones. [6]

El artículo plantea que un interés propio inspirado y una conducta ética, trabajan muy bien juntos. Pero, estos dos valores deben entenderse en relación con el adecuado bienestar de la empresa y sin estos dos valores el negocio no es posible. El primer valor es la decencia, es decir, comportarse de forma honesta y justa. El otro implica la justicia distributiva, en la cual los beneficios de de la Corporación, se alinean con la aportación de sus trabajadores en adhesión a los objetivos de la Corporación. Por ejemplo, la compensación está vinculada al desempeño y la promoción al mérito. Con respecto a los grupos de interés, las empresas deben tenerlos en consideración, pero sin obligaciones de responsabilidad ante ellos. [7]

Este artículo generó bastante polémica, incluyendo varias cartas al editor en sucesivas ediciones, la mayoría de las cuales estaba en desacuerdo con la tesis propuesta. De hecho, un colaborador invitado de The Economist, respondió con una contra propuesta. Ian Davis, director general mundial de McKinsey & Company, dijo que los líderes de negocios, no deberían temer una mayor promoción del contrato entre empresa y sociedad; y que el papel de los negocios está cambiando (Davis, 2005, p. 69-71).

The Economist hizo un reporte complementario en enero del 2008, "Solo buenos negocios: Un reporte especial acerca de la responsabilidad social empresarial."[8] Adicionalmente, dedicó una página editorial titulando "Capitalismo ético: que tan buenos deberían ser sus negocios".[9] El tono de este segundo artículo fue diferente del primero (en el que se cuestionaba la legitimidad de la RSE), y se enfocó en como pueden lograrse los objetivos de la RSE.

Algunas observaciones en este segundo artículo fueron: La RSE ha logrado considerable momentum y más que ser una opción secundaria, es parte de la corriente central, aunque pocas empresas la están aplicando bien y tiene algunas limitaciones. No obstante, el reporte concluyó que la RSE es parte de los buenos negocios. Actualmente existe un nuevo y serio dilema: ¿Cuáles son los límites esperados de la RSE? o ¿Qué tan lejos pueden llegar las comunidades locales en sus demandas? Hay muchos y bien conocidos casos, en el que las comunidades locales se exceden en sus expectativas amenazando bloquear la producción si las demandas no son satisfechas.

Aunque hay varios argumentos para que las empresas se involucren en temas sociales, también hay muchos en contra, incluyendo los siguientes (Sexty, 2011, pp. 143-144):

• Maximización del beneficio es el propósito principal del negocio y cualquier otro propósito no es socialmente responsable. Tener como objetivo cualquier alternativa distinta a la meta de maximizar los beneficios, es sabotear el mecanismo de mercado y distorsionar la asignación de recursos. En general, entonces, es contrario a la función básica del negocio, que se involucren en asuntos sociales. No hay que olvidar que es una institución económica, y no social, y su única responsabilidad es operar de forma eficiente dentro de la ley. La Corporación sería irresponsable si no se orientara a lograr beneficios y a actuar dentro de mercados eficientes.

• Las corporaciones de negocios son responsables ante los accionistas y, en efecto, no tienen ninguna autoridad para operar en el área social. Cuando una empresa se involucra en asuntos sociales, hay una cuestión de legitimidad. Incluso si las empresas son lo suficientemente competentes y de gran alcance, para lograr cambios sociales en asuntos considerados fuera del alcance de su participación inmediata, hay una pregunta en cuanto a si tales esfuerzos son apropiados. Los administradores, deben dejar que los accionistas decidan si desean o no involucrarse en temas sociales.