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Emociones, la clave de la abundancia

© 2018, Luz Estela Berrio Ríos

© 2018, Intermedio Editores S.A.S.

Primera edición, septiembre 2017

Edición, diseño y diagramación

Equipo editorial Intermedio Editores

Diseño de portada

Alexánder Cuéllar Burgos

Foto de portada

Shutterstock

Intermedio Editores S.A.S.

Av. Jiménez No. 6A-29, piso sexto

www.eltiempo.com/intermedio

Bogotá, Colombia

Este libro no podrá ser reproducido,

ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor.

ISBN:

978-958-757-782-2

Impresión y encuadernación

A B C D E F G H I J

Diseño epub:
Hipertexto – Netizen Digital Solutions

Contenido

Agradecimientos

Mis motivos

Introducción

Capítulo 1

El poder es tuyo

Capítulo 2

Tus emociones, la clave de la abundancia

Capítulo 3

La energía del dinero

Capítulo 4

¿Qué atraemos?

Capítulo 5

Sé merecedor de la riqueza, ámate y valórate

Capítulo 6

En tu cuerpo está la llave de la riqueza y el dinero

Capítulo 7

Honrar nuestros padres

Capítulo 8

Apegos, duelos y dependencias: hay que cerrarlos

Capítulo 9

¿Atraes o saboteas tu éxito?

Capítulo 10

¿Cómo atraer el dinero?

Capítulo 11

Concreta y materializa tus proyectos

Epílogo

Fuentes consultadas

Agradecimientos

Gracias: a mi ser, a mi alma, a mi mágico cuerpo por la sabiduría expresada en este libro.

Gracias a mis padres Pedro Justo y Elvia por darme la vida, a mis hermanos, por haberme escogido como parte de su vida.

Gracias a mi hijo Juan Felipe por ser un gran maestro y a Gabriel, el papá de Juan Felipe, por darme este hijo y por mostrarme lo que no había visto de mi propio reflejo, a mis hijos que no nacieron.

A todos los que ya se fueron y a todos mis ancestros. Gracias.

Me siento orgullosa de pertenecer a esta familia y a esta tierra.

Gracias al planeta por acogerme y por el gran aprendizaje.

Me siento feliz y orgullosa de ser quien soy, me acepto, me valido y me respeto. Hoy me afirmo a través de este libro.

Gracias a todos los que me han acompañado en esta existencia, a mis maestros de escuela, de mi profesión contaduría, a mis maestros de PNL, guión mental, música, a Iván Mazo en la Escuela de la Riqueza, a Francisco Carmona, Margarita Herrera, Jhon Jairo Saldarriaga, a todos mis maestros de constelaciones familiares, a Aymaluz por ese amor espiritual que entregan siempre, a Roger Herrera por su apoyo inmenso.

Gracias a Ana María Guerrero en la corrección gramatical.

Gracias a la riqueza del dinero, por toda la sabiduría que me entregó.

Gracias a mi niña interna, por mostrarme el camino a la felicidad.

Gracias a Dios, la fuente del amor Divino.

Mis motivos

Un poco de mí. En este libro deseo compartir contigo experiencias vividas y aprendizajes recibidos. Como a muchos me ha tocado trascender, realizar un gran trabajo terapéutico, espiritual, elevar mi autoestima, aprender a disfrutar la vida sin cargas y culpas, sentirme merecedora de ir hacia mis sueños y poder concretarlos.

Nací en una familia, conformada por nueve hermanos por parte de mi mamá y diez por parte de mi papá, seis de ellos muertos, entre ellos mi hermana gemela, que murió durante la gestación, supe de su existencia hace poco. Algunos no maduraron en el vientre de mi madre, otros murieron pequeños, una hermana falleció en un accidente de tránsito; esto dejó una huella muy profunda de pérdida y dolor en el subconsciente familiar, especialmente en mis padres.

Inconscientemente tantos muertos en una familia, te crean extraños sentimientos de pérdida, abandono, ansiedad, soledad, frustración, que sin saberlo te llevan a sabotear el éxito y la riqueza. Algunos miembros de la familia perciben esta herencia más fuerte que otros. En mi familia, particularmente, la recibí yo.

No se trata de quejarse; por fortuna, creo que fue la mejor herencia recibida, pues esto me llevó a indagar una y otra vez por qué me pasaba esto o aquello.

Ante tanta pregunta llegan las respuestas y estas vibran en cada una de tus células y en el subconsciente.

Una de las condiciones para que las emociones fluyan y puedas ir a la vida y disfrutarla, es sentirte libre de cargas, creer en ti mismo. Este no era precisamente mi estado natural, me sentía amarrada, con una molesta necesidad de no confiar en mí y de pedir aprobación, naturalmente muy ansiosa, e incluso llegué a sentir que estaba fuera de este planeta.

Durante muchos años me sentí excluida de la familia, me trataban como a una niña, no me sentía segura de lo que hacía. Recuerdo que cuando laboré como gerente financiera en una empresa y debía tomar decisiones en juntas o comités, solía mirar a uno de mis compañeros pidiendo aprobación.

Por más que me esforzaba, no lograba cambiar las cosas, llevaba en mi vida una fuerte inseguridad, una mirada fuerte que me perseguía «El Juececito», como lo llamaba, que permanentemente me recriminaba y bajaba mis niveles de autoestima.

Muchas veces me decía SÍ A LO BUENO, pero internamente sonaba el NO. Para llegar a escuchar internamente en mi corazón una voz que decía SÍ PUEDES, SÍ LO MERECES, tuve que caminar paso a paso mi propia autopista emocional, partiendo de emociones bajas como la depresión, la frustración y la culpa, hasta llegar a las más elevadas, como la paz, el amor y la serenidad.

De esta autopista emocional, como la he llamado, donde parecía un carro loco que se balancea de un lado a otro, aprendí mucho. Muchas veces escuché que se trataba de tener buena actitud, motivación para algo y eso es verdad, ¿pero qué hacer cuando emocionalmente pareces una montaña rusa?

Muchas veces amanecía en la cúspide de la montaña, motivada; pero al día siguiente sin ganas de nada, desmotivada, llena de miedos y negando los más profundos deseos de salir adelante. Estos momentos eran acompañados de mucha inseguridad. Cada vez que montaba un evento de mis talleres, inicialmente sentía la necesidad de hacerlo con alguien, de lo contrario me sentía sin fuerzas, con un tremendo vacío que no comprendía.

Los escalones emocionales los subí dándome cuenta de varias cosas, que compartiré en este libro. Por un lado traía inconscientemente El Juececito, que logré trascender cuando me di cuenta de que había llegado a este planeta con una gemela a bordo, que no sobrevivió.

Muchos de nosotros hemos recorrido la primera etapa de nuestro viaje en el útero materno acompañados de otros hermanos que desaparecieron antes de nacer. Algunos científicos hablan de que el diez por ciento de las gestaciones normalmente son de gemelos1 y solo uno vive, este fue mi caso, debido a eso se siente un vacío, una culpa muy grande y una necesidad de aprobación por parte del otro. Además hay unas «cargas ancestrales», a las que también me referiré.

Me bebí sorbo a sorbo muchas pruebas, luchas, desafíos, hasta que un día decidí convertirlas en acciones positivas, en un «arte». Algo así como «de la negación al éxito». La molesta energía negativa, podía transformarla en algo positivo, quizás en una ganancia a través del agradecimiento. El pasado no podía cambiarlo, pero sí debía aceptarlo.

Con el tiempo comprendí que para atraer el éxito y la prosperidad lo primero es creer en ti y compartir tus potenciales con seguridad y alegría.

Una de las principales condiciones para creer en ti mismo es liberarte de reclamar aquello que crees quedó faltando por recibir de tus padres –vacío–; en segundo lugar, disfrutar la familia, dejar de quejarte de ella, de los hermanos que tienes y liberarte de la comparación.

Hago una reflexión, todo lo que ves externamente es un espejo perfecto de lo que eres, y naturalmente un espejo de tu legado familiar. Así que lo aceptas y agradeces, o decides vivir con amargura.

Serás exitoso, cuando te reconozcas a ti mismo, creas en ti, dejes de sentirte excluido y no excluyas a otros, te liberes de la necesidad de ser el salvador del mundo, te ames incondicionalmente y abandones la necesidad de ser aprobado por la familia o por el mundo.

TUS EMOCIONES, LA CLAVE DE LA ABUNDANCIA surgió de un camino de automaestría, como lo llamo yo, de recorrer una autopista emocional paso a paso desde las emociones más bajas hasta las más elevadas, un camino desde la decepción, la depresión, hasta estar inmensamente agradecida con la vida, y sentir que al final ¡todo ha valido la pena! Reconocí que no hubo errores, todo es perfecto, lo del dinero surge porque he amado lo financiero y finalmente descubrí que todo estaba conectado.

Cuando amas vivir, el dinero es el premio que recibes a cambio, eso quiero compartir contigo, para que tu camino sea más fácil.

¿Cómo comenzó el cambio en mi vida?

Justo en el momento de mayor éxito en mi carrera profesional como contadora surgió en mí una intempestiva necesidad de cambiar de profesión… ¡Dedicarme a la música! Fue así como me retiré de mi exitosa carrera como contadora ejecutiva y me lancé al mundo de la música. Yo lo llamo «De contadora a cantadora», aparentemente era el cambio de una letra, pero en el fondo un recorrido de varios años.

Este abrupto cambio fue apoyado por varios maestros. Uno de ellos fue un compañero laboral, que literalmente se dedicó a hacerme la vida imposible y por otro lado mi hijo, que pasaba por una crisis adolescente muy fuerte. Aparentemente el universo conspiraba para que el cambio se diera.

El universo conspiró, pero las lealtades con mis ancestros, las cargas y vacíos que traía de ellos, el vacío del gemelo solitario, contribuyeron con este salto cuántico en mi vida, aunque si hubiera estado más atenta, tal vez hubiese repetido los eventos de una forma más tranquila. Esta experiencia fue la que me llevó a escribir este libro.

Con el tiempo comprendí que mi sistema familiar traía una creencia oculta e inconsciente que decía que para ser exitosos debíamos ser contadores y depender laboralmente de una empresa, entonces retirarse de la empresa para ser independiente y además ser cantante, representaba una verdadera locura en ese momento, máxime que las familias de contadores crecemos en ambientes muy rígidos, en cambio la música, como una de las expresiones del arte, requiere más flexibilidad.

¡De contadora a cantadora y luego a escritora!

La necesidad de ser reconocida, valorada, amada, me llevó a sumergirme en el mundo de la música, en los estudios de grabación, de la radio, televisión, conciertos, composiciones musicales, videos y muchos otros medios. Sin embargo, mientras más avanzaba en este campo, más vacía me sentía, llegué a sentir la música como una terrible carga.

¿Para qué me sirvió la música en este camino?

La música me sirvió como un medio para comenzar a sentirme más segura, interioricé que ella no era la felicidad sino un medio para relajarse y un camino para comprender quién soy yo. En algunas ocasiones representaba para mí una carga y no disfrute. Normalmente la música ha sido manejada por los artistas como un espectáculo, una necesidad de hacer feliz a los otros, pero no a sí mismo.

Finalmente, cuando descubrí el propósito en mi vida y vi que no tenía que ver con la música del espectáculo, me sentí agradecida.

¡A la escritura¡

Escribir me devolvió el alma al cuerpo, era un camino para mí ser de mayor creatividad. A través de la escritura pude desahogarme, literalmente, y expresar muchos aprendizajes, caminos, sabiduría guardada en mi alma.

«La rebeldía el doble esfuerzo que la razón hace para escuchar el corazón».

ZYNTYA

Introducción

TUS EMOCIONES, LA CLAVE DE LA ABUNDANCIA, es un libro donde podrás reconocer que la fluidez de tus emociones determina la cantidad de dinero que tienes en tu bolsillo. Para ello deberás aprender a centrarte emocionalmente y amarte a ti mismo.

Para llegar al amor propio, recorremos la senda de las emociones: temor, depresión, impotencia, inseguridad, remordimientos, celos, odio, venganza, ira, desilusión, culpa, incertidumbre, decepción, agobio, pesimismo, aburrimiento; de aquí elevamos un poco la emoción y comenzamos a sentir satisfacción, optimismo, expectativas, entusiasmo, ilusión, pasión, alegría, libertad hasta llegar al amor propio.

Los propósitos

Lo primero que deseo que reconozcas es que el dinero es una energía, como cualquier otra, uno de los tantos medios de comunicación. Como fluya tu relación con las demás personas, fluye todo en tu vida.

Si mantienes una relación de amor, gratitud, paz con los demás, con la vida, con tus padres, así mismo es la relación con el dinero. Si por el contrario tus relaciones externas están revestidas de temor, rigidez, queja, ingratitud, soberbia, dolor, venganza, duelos ocultos sin resolver, en igual forma atraerás más de lo mismo, a través del dinero y todo en tu vida. El dinero es sencillamente la consecuencia, la materialización de una de las emociones más elevadas que es el amor.

El segundo propósito que tiene este libro es descubrir que si te valoras, si te amas, el dinero llega a ti como un imán.

No significa que las personas que tienen mucho dinero se amen profundamente, pero sí te garantizo que si te amas de verdad, atraerás mucho dinero.

Otro propósito muy importante es que comprendas que el universo es inclusivo, el universo no excluye nada. Todo lo que digas y sientas, lo atraerás. Para el universo los NO, no hacen parte de su creación. Cada célula del universo es dual, contiene lo que deseas atraer realmente, como también la carencia de lo que deseas. Esto último lo digo porque las personas cuando quieren algo y no lo atraen, normalmente es porque se enfocan en lo que desean pero desde la carencia, repiten frases como «No me alcanza el dinero».

Todo depende en lo que enfoques tu atención. La idea es que comiences a familiarizarte con el dinero como un objeto más, un objeto de intercambio de energías, no como un artículo de lujo.

Otro punto muy importante que se abordará es el amor propio, tu autovaloración, el agradecimiento para atraer, multiplicar, preservar e invertir tus recursos con sabiduría.

Al final te daremos unos tips eficaces para que materialices más fácilmente y puedas pasar a la acción de inmediato.

Capítulo 1

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El poder es tuyo

Eres fuente divina, eres infinitamente amado.

ZYNTYA

Te recuerdo qué es la riqueza

La riqueza es provocativa, mágica, seductora, hechiza, envuelve, embruja, podríamos decir casi que excita. Por muchos años la humanidad la ha perseguido y también la ha rechazado. A la riqueza no le importa si la aceptas o no, ella siempre está allí dispuesta, como una amante ansiosa o como un niño que espera su regalo de Navidad. Podemos ver riqueza, abundancia siempre: en las nubes del cielo, en la naturaleza, en la paz de un niño cuando duerme, en la inocencia de los ojos de un perro, en el canto despreocupado de los pájaros en la mañana, en la cantidad de obras que observas a tu alrededor.

Todo depende única y exclusivamente de los niveles emocional y de percepción que tengas en cada momento. Posiblemente has sentido en el recorrido de la autopista de tus emociones momentos de elevación, de euforia energética, sientes que todo es posible y te convences de que eres rico, pero hay otros momentos en que estás molesto, bajo de energía y observas el mundo limitado, mas no su abundancia. Podría decirse que has pasado del cielo al infierno, o de un nivel emocional alto a un nivel emocional bajo.

Sin embargo, cuando comienzas a reconocer la riqueza en todo lo que observas, cuando transformas tu percepción y la aceptas, la sola intención de ello, no te permite dar marcha atrás. ¡Es imposible! La riqueza se adhiere a ti, como un tatuaje, su brillo incandescente te envuelve, te atrapa, te sumerge en un estado total de éxtasis y alegría. Así la verdadera riqueza es permanecer en un estado de equilibrio emocional, en perfecta atención de la magia de la vida, evitar caer al submundo de las bajas emociones que te restan fuerza, ni pretender estar todo el tiempo en estados de «euforia», que a veces no son más que falsas alegrías.

Amo contarte que el atuendo perfecto de tu alma es la ¡riqueza, la prosperidad, el dinero! La riqueza incluye todo lo material, joyas, viajes, negocios prósperos. Solo tienes que pedir. El problema es que muchos la rechazan, mentalmente hacen una división entre lo espiritual y lo material. Podría decirse que no hay nada material, ni espiritual. Lo que tus ojos observan como material, no es otra cosa que las imágenes que proyectas desde adentro, desde tu cuerpo y desde tu alma.

La riqueza no es un poder suministrado gota a gota. Pero sí puede ser una gota que se convierte en un océano. Es un poder que todos los seres humanos sin excepción poseemos y nos corresponde; solo hay que comenzar por tocar a su puerta, reconquistarla; volver a enamorarnos de ella.

La riqueza tiene cuerpo de mujer. Algunos la llaman la kundalini del alma, poder creador, magia sexual de la vida, es la forma material como el alma se expresa en la tierra. Dicho en otras palabras, el alma fluye, camina a través de la autopista de las emociones, este es el recorrido realizado en pos de su plenitud a través de nuestro maravilloso cuerpo. La plenitud no es otra cosa que alcanzar la libertad en todos los sentidos, inclusive la libertad financiera.

Cuando reconozcas la riqueza en ti y comiences a sentirla, sabrás que el dinero, los bienes materiales, eso que has observado lejano, escaso, distante, o difícil, siempre ha estado al alcance de tus manos, no serás tú el que los busques, ellos –riqueza y dinero– te buscarán a ti. Este es el momento en que te conviertes en un imán poderoso para crear lo que te hace feliz.

¿Atraes fácilmente la riqueza a tu vida?

La pregunta es ¿por qué algunos la atraen en su totalidad: riqueza, éxito y felicidad? y ¿por qué otros se resisten a atraerla o están ausentes de ella? o ¿por qué otros creen que son los demás quienes solucionan ese vacío?

El poder para atraer todo aquello que deseamos está en nosotros, en nuestra inteligencia corporal, en el reconocimiento de la vibración de nuestras emociones, «como fluyen tus emociones, fluye todo en tu vida». También en el reconocimiento y honra de nuestros antepasados, en el vínculo que tenemos con nuestra madre y con nuestro padre biológico.

La vida comienza con tus padres, si amas tus raíces, te valoras, te alegras de estar vivo, disfrutas la vida en plenitud, mantienes un estado total de éxtasis, la sola intención y vibración atraerá la riqueza a tu vida. Puedes estar seguro de que serán muchas las señales que el universo se empeñará en enviarte, para expresarte que eres rico y que tienes todo el derecho a serlo.

Funciona exactamente igual que cuando estás enamorado de alguien, lo atraes por magnetismo; entonces el camino es re-enamorarse, disfrutarse, porque así el mundo te abre las puertas de par en par, te vuelves un imán para los otros y la riqueza es uno de los tantos regalos que recibirás.

Muchos de los bloqueos que se tienen para no atraer la riqueza yacen en lo profundo de la mente subconsciente, de momentos de limitación, guerras, supervivencia de la humanidad e infortunadamente muchas personas se quedan repitiendo estos esquemas. Estas cargas son las que se manifiestan a través de energías densas como el miedo, entre otras. Sin embargo, podrás reconocer que no es necesario repetir estas historias, se trata de tomar fuerza y comenzar a dejar fluir ese nivel emocional contenido. Solo queda agradecer y honrar a quienes nos antecedieron y a su manera abrieron el camino.

Por lo tanto, viniste al mundo a disfrutar de todo en plenitud, de tu inteligencia corporal, de los grandes potenciales y talentos que ya posees. Nuestros antepasados, se focalizaron solo en el poder del pensamiento y muchos excluyeron el sentir. Focalizarse solo en los pensamientos lleva a repetir y repetir patrones ancestrales que ya no aplican, se desplaza el poder creador, la imaginación, la alegría del niño interno y muy especialmente las emociones se contienen, no fluyen.

Así, las emociones son energía en movimiento que vibra. Entonces si todo el tiempo te enfocas solo en lo que piensas, te estás olvidando del resto de tu cuerpo, estás dejando de sentir.

Por esto, sentir y reconocer las emociones en cada momento es la clave perfecta para que fluya la riqueza. El sentir conecta la creatividad, el pensar repite lo aprendido en el pasado. Haz de cuenta que eres un río que, cuando está tranquilo, puede fluir sin inconvenientes y desembocar en la riqueza del océano, pero si es un río intranquilo, con muchas piedras, su fluidez se retardará, o incluso puede desbordarse.

Muchos de nuestros antepasados se enfocaron en cómo sobrevivir y naturalmente en conseguir la riqueza y el dinero, fue un pensamiento muy pobre en relación a estos dos potenciales. Es así como muchas personas se encaminan en atraer todo el tiempo la carencia de lo que desean.

Una de las creencias más primitivas en la tierra fue precisamente «gana el más veloz», de allí se deriva también «la lucha por la supervivencia y la comparación», es decir la necesidad de enfocarse en la carencia, en lo que aparentemente me falta y no en atraer la abundancia o la riqueza.

Algunas etapas de la historia, se caracterizaron por una «falsa percepción mental» de separación, dualidad, división; la creencia mental de división entre el placer y el deber; la división de valor entre las personas: ricos y pobres. Esta creencia se grabó en los genes de las personas; nuestra autoestima se elevaba o disminuía por la cantidad de bienes y dinero que poseíamos, es decir se frenaba la riqueza.

La religión, buscando alcanzar el cielo a expensas de lo material, aportó su grano de arena; calificó el cuerpo, lo material y la riqueza como algo pecaminoso, abriendo más la brecha entre unos y otros; creencias que se dirigieron al conocimiento, al pensamiento, a la razón y al autorechazo del cuerpo. Esta falsa creencia nos alejó de la riqueza, nos desconectó del sentir y nos sumergió en el oscuro laberinto de la rigidez; supuestamente en el pensar.

Es así como el gusto por hacer las cosas, el disfrute, la alegría, se quedó en el olvido, en el rincón donde un niño llora. La educación ya no fue el proceso del conocimiento, ni la pelota, ni el juego, ni la innovación; la educación se sumergió en el gastado paradigma: «Tienes que estudiar para que seas importante y salgas adelante».

Incluso la valoración de lo que somos en esencia, nuestros potenciales, pasaron a un segundo plano. El dinero se volvió la nota, la calificación académica de nuestra valoración, el símbolo de los títulos de propiedad, ¿cuánto tienes, cuánto vales?

El dinero es nuestro maestro de comunicación con los otros y ha representado por excelencia el símbolo de la riqueza. Muchos lo han sentido como algo bueno, otros creen que es el cimiento de sus vidas; algunos lo sienten como algo lejano, escaso o difícil; otros, creen que es un fantasma que desean ver, pero le temen; otros en cambio lo sienten como una gran pesadilla; muchos han grabado en sus mentes la creencia de que «necesitan dinero para vivir»; muy pocos sienten que el dinero es solo un medio de pago, el instrumento que en algún momento nuestros antepasados, crearon para facilitar el intercambio de bienes y servicios, para reemplazar «el trueque».

Esta desconexión corporal creó un vacío de autoestima y ha llevado a muchos a creer que el dinero es el responsable de sus frustraciones y vacíos emocionales, sinónimo de la vida; pero en realidad, la escasez, la pobreza, las frustraciones, obedecen más a un debilitamiento y fragmentación de la autoestima y el disfrute en las personas; el no creer en ellas, hace ver como una apremiante necesidad de mirar en el otro lo que se cree no poseer, o una excesiva necesidad de complacencia con los otros.

Muchas personas que se creen frágiles culpan al dinero «supuestamente» de ello, recurriendo a las dependencias y a la aprobación externa, ahondando más su vacío; otras se conforman con creerse y ser pobres, optando por «sobrevivir», trasladando a otros la responsabilidad de lo que ellos llaman «mala racha», culpando al gobierno por la falta de oportunidades de crecimiento y expansión; otros lastimosamente se quedan en el rincón de los lamentos, culpando también al dinero por sus fracasos.

La dualidad establecida entre abundancia y pobreza generó mentes ricas y mentes pobres; de allí surgen las víctimas, que buscan ser subsidiadas, su falta de valoración, el sentido de pobreza y el nivel de no merecimiento que no les permite reconocer la importancia del mágico poder de la riqueza y el dinero, creen que deben ser sostenidos por otros, precisamente de allí surge un nivel emocional ancestral sin fuerza.

Lo que llamamos fracaso y pobreza, no es más que una resistencia a honrar nuestro pasado, aceptarlo tal como fue, admitir los ancestros y darles un lugar en el corazón, liberarnos de repetir sus patrones de pensamiento, esa fue la forma como ellos vivieron su vida y de nada vale seguir juzgándolos.

La reconciliación con nuestros cuerpos, con nuestro pasado, con nuestra alegría, nuestro amor propio, despierta esa mágica capacidad de ser ricos, nos lleva a vibrar en esa maravillosa capacidad del águila, que en su poder de libertad, puede remontarse, ver desde las alturas, con otra perspectiva, focalizar, materializar y concretar cada proyecto, cada sueño.

El llamado entonces es volver a valorarse y disfrutar de la vida en plenitud, reconociendo que son nuestros potenciales internos, los que expresan la riqueza externa, no al contrario. El llamado es a reaprender, aceptarse a sí mismo, al todo y escuchar, sentir nuestro cuerpo, para que pueda volver a expresar riqueza y abundancia, atraer el dinero en cantidades inimaginables; dejar la costumbre de estar mirando en la viga en el ojo ajeno, pues esto es una competencia poco sana que nos empuja a no creer en nosotros.

El propósito es cambiar nuestro lenguaje desde adentro, por una palabra de amor, de aceptación hacia nosotros, un lenguaje de merecimiento a la riqueza, una palabra que comparta, un lenguaje que en su totalidad nos lleve a crecer, expandirnos y ser ricos como humanidad. El cuerpo siente, la mente imagina, crea y luego atrae.

A medida que permitas que fluyan tus emociones y se armonicen, el dinero también lo hará. Observarás, sentirás que el juego de la pobreza, el miedo al dinero ya no irá más. La pobreza, como bien sabes, es limitación, lo que quiere decir emociones detenidas, estancadas.

Te invitamos a visitar nuestra web: www.zyntyafelicidad.com, la cual alimentaremos con mensajes que fortalecen tu conocimiento y recuerdan que tu esencia es la fortuna, eres merecedor de ser rico.

Capítulo 2

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Tus emociones, la clave de la abundancia

El mayor obstáculo a la riqueza es el miedo. La gente tiene miedo de pensar en grande, pero si usted piensa pequeño, solo va a lograr cosas pequeñas.

HARV EKER

¿Cómo se mueven las emociones?

Etimológicamente, la palabra «emoción» viene del latín emotïo, que significa «movimiento o impulso», «aquello que te mueve hacia»2. El cuerpo es la manifestación, la expresión de la energía que fluye del cosmos, la condensación física de la energía divina.

Las emociones son energías que se movilizan, creando formas, colores, sonidos, energías dentro del cuerpo, que se mueven hacia algo, y de acuerdo con cada evento que sucede en nuestra vida, se movilizan lenta o rápidamente.

Cuando se viven experiencias fuertes, normalmente el ser humano prefiere no repetirlas, las reprime, opta por no recordarlas, las deja en el olvido. Sin embargo, la mente subconsciente guarda todos estos registros perfectos de nuestro camino y evolución, especialmente las impresiones fuertes. Registra todo, al igual que la grabación de una película de cine.

«La subconsciencia, es como una gran computadora que conecta esos niveles de pensamiento de las personas y los almacena con base en ciertos parámetros y pautas, no hace juicios, no discrimina entre bueno y malo, entre correcto o incorrecto, es totalmente receptiva, es como esa tierra y esa agua donde se puede sembrar y ese nivel perdura, es una memoria perfecta».3 Cada pensamiento repetitivo, conclusión, evento y encuentro se registra a través de la subconsciencia; todas las generaciones, con sus aprendizajes, códigos genéticos, registros ancestrales y del aprendizaje planetario, están en cada uno de nosotros.

Los registros y películas de cada acto del ser humano se guardan en la mente, son energías, que cuando se repiten salen al exterior en forma de emociones, experiencias y vivencias.

Cada generación que nos antecedió evolucionó creando diferentes esquemas de supervivencia, a través de normas, dogmas, creencias de acuerdo a como se vivió en cada época. Se vivieron situaciones complejas de guerras, despojos, violencia, que los llevaron a crear esquemas de pensamiento limitados, competencia, esquemas duales, esquemas de separación, donde nos distanciamos unos de otros, nos alejamos de nuestra verdadera esencia, es decir de nuestro brillo interior.

Muchas experiencias registradas son tomadas por la subconsciencia, las asume como una verdad y las sigue proyectando en la pantalla mental y repitiendo en todas las generaciones. La vibración lenta o rápida de las emociones es sencillamente la expresión de estas experiencias vividas.

Por ejemplo, si en una familia se vivieron esquemas de despojo, atropellos, robos, sometimiento y no se tiene el conocimiento para interpretar esa experiencia más allá del ego, esta familia asumirá que el dinero está asociado a esa condición y las generaciones subsiguientes creerán que el dinero es dolor.

Esta creencia limitante y repetitiva de los pensamientos está conectada a los niveles emocionales. Como mencioné antes las emociones son energías vibrando en movimiento, la subconsciencia funciona de igual manera, es la energía que se mueve, está en profunda conexión con las emociones, los deseos y los sentimientos.

Seguramente la generación subsiguiente va a asumir una condición de miedo ante el dinero, ante el dolor que ha asumido, va a conectar el deseo de evadir y asumir un sentimiento de rechazo, e inconscientemente las generaciones subsiguientes rechazarán el dinero, o simplemente lo justificaran a través de quiebras económicas, pérdidas, robos entre otros.

Cuando te sientas agotado, cansado, sin fuerzas, es precisamente porque llevas cargas ancestrales de vivencias que tus antepasados reprimieron.

La falta de fuerza y pasión para vivir, junto con el desánimo, se manifiesta a través de la represión y la no atracción de los recursos. Reafirmo, el dinero es el medio por el que nos comunicamos como seres humanos.

El dinero es una energía y se moviliza exactamente de acuerdo a como se movilizan las emociones, si llevas demasiadas cargas ancestrales, te movilizarás lentamente hacia la vida y hacia las demás personas.

Las emociones que no se expresan, que no fluyen en cada uno y en nuestros antepasados, se convierten en estructuras densas que se cargan y se siguen transmitiendo por generaciones. Esas estructuras, emociones densas, se vuelven pensamientos repetitivos que la mente materializa y crea permanentemente.

Los pensamientos habituales que cada día conectamos a una fuerte emoción, deseo o sentimiento, estructuran nuestra memoria y subconsciencia. La subconsciencia se establece a través del hábito, la costumbre y la automatización de los actos.