COLECCIÓN MENTE & CULTURA

DIRIGIDA POR:

› Juan Daniel Ramírez Garrido

VYGOTSKI REVISITADO
UNA HISTORIA CRÍTICA
DE SU CONTEXTO Y LEGADO

ANTON YASNITSKY,
RENÉ VAN DER VEER,
EFRAÍN AGUILAR,
LUCIANO NICOLÁS GARCÍA
(EDS.)

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Índice

Prólogo

(por Fernando González Rey)

— PARTE I. Contextos y personas —

Capítulo 1

El arquetipo de la psicología soviética: del estalinismo de los años 1930 a la “ciencia estalinista” de nuestros días (por Anton Yasnitsky)

Disciplinas psiconeurológicas en la Unión Soviética de los años 1920

La psicología soviética como una “ciencia estalinista” de los años 1930 a nuestros días

Arquetipo de la psicología rusa contemporánea (décadas de 1990-2010): un bosquejo de retrato

1. Centralización y control

2. Camarillas y mecenazgo

3. Ritualismo

4. Brecha entre la teoría y la práctica

5. Aislacionismo intelectual y lingüístico

6. Cultismo y hagiografías

Narrativa crítica vygotskiana reescrita contra el fondo de la historia de la “ciencia estalinista”

Capítulo 2

Unidad en la diversidad: el círculo de Vygotski-Luria como una red personal informal de académicos (por Anton Yasnitsky)

El relato de la “escuela de Vygotski-Leóntiev-Luria”

El círculo Vygotski-Luria como una red personal informal

Fase uno (1924-1927): Prehistoria del círculo Vygotski-Luria

Fase dos (1927-1931): Formación del círculo Vygotski-Luria

Fase tres (1931-1934): El círculo Vygotski-Luria y el inicio de la especialización y la separación (Moscú–Járkov–Leningrado)

Fase cuatro (1934-1936): Los círculos vygotskianos y desintegración del programa original de investigación

Fase cinco (1936-1941): Inicio de la “Escuela Vygotski-Leóntiev-Luria”

Capítulo 3

Deconstruir la narrativa de victimización a Vygotski: una revisión de la “prohibición estalinista” a la teoría vygotskiana (por Jennifer Fraser y Anton Yasnitsky)

Deconstruir la narrativa de la “prohibición a Vygotski”

Por qué la narrativa de la “prohibición a Vygotski” es problemática

Manejar las prohibiciones “oficiales”: los mecanismos de la censura soviética

Declinación de la tasa de publicaciones de Vygotski: ¿significados múltiples?

La paidología como posible culpable: el decreto de 1936.

Legado póstumo de Vygotski y los muchos significados de “prohibición”

— PARTE II. Textos y legado —

Capítulo 4

El Vygotski publicado: quién escribió a Vygotski y qué escribió en realidad (por René van der Veer y Anton Yasnitsky)

Historial de las publicaciones en inglés

Obras psicológicas de Vygotski publicadas de 1924 a 1936: aspectos generales .

El caso de Pensamiento y habla (1934)

Autoevaluación de Vygotski

Documentos oficiales y publicaciones autobiográficas de Vygotski

Documentos privados y correspondencia de Vygotski

“La obra perdida”

Conclusión: obras fundamentales de Vygotski .

Capítulo 5

El Vygotski no publicado: una visión general del archivo personal (1912-1934) (por Yekaterina Zavershneva)

Principales razones para estudiar el archivo familiar de Vygotski

Características generales de las notas personales

Los documentos de archivo más importantes: series de notas, cuadernos y libretas, notas aisladas y cartas

Notas de los años 1912 a 1930

Notas de 1930 a 1934

La última nota de Vygotski .

Capítulo 6

“El camino a la libertad”: Vygotski en 1932 (por Yekaterina Zavershneva)

Esquema del libro no escrito de Vygotski El problema de investigar la consciencia .

Notas sobre el problema “psicofísico” (el problema cuerpo-mente)

Propuestas para las ponencias de los colaboradores de Vygotski

— PARTE III. Holismo y trasnacionalismo —

Capítulo 7

Traducir a Vygotski: algunos problemas de la ciencia trasnacional vygotskiana (por René van der Veer y Anton Yasnitsky)

Una historia trasnacional de Vygotski en contexto

Contacto en Francia

Vínculos anglosajones: una historia de la Guerra Fría

La red trasnacional vygotskiana en acción

Tipología de los textos de Vygotski y fuentes de error

Tipos de error

Inexactitudes

Supresión de términos o pasajes

Supresión de nombres

Referencias no identificadas o suprimidas

Inserciones

Múltiples retraducciones

Conclusión: los Seis Mandamientos para el traductor.

Capítulo 8

¿Tenían ilusiones los uzbekos? La controversia Luria-Koffka de 1932 (por Eli Lamdan y Anton Yasnitsky)

Aleksandr Luria: “¡Los uzbekos no tienen ilusiones!”

La historiografía del problema

Las expediciones al Asia Central de 1931 y 1932

Kurt Koffka: “¡Los uzbekos sí tienen ilusiones!”

¿Por qué no fue publicado el estudio de Luria? La recepción de la investigación del Asia Central en la URSS en los años 1930

¿Por qué Luria interpretó los datos de ese modo? El caso del marxismo vulgar de Vygotski y Luria

¿En realidad qué (no) vio Luria en Asia Central en 1931-1932? La psicología histórico-cultural de Wertheimer y Koffka

Capítulo 9

Una historia trasnacional de El inicio de una hermosa amistad: nacimiento de la psicología Gestalt histórico-cultural de Aleksandr Luria, Kurt Lewin, Liev Vygotski, y otros (por Anton Yasnitsky)

1925-1929: Los viajes a Europa de Vygotski y Luria y sus consecuencias

1929-1930: El IX Congreso Internacional de Psicología y la “Revolución holística”

1930-1931 y después: Las migraciones de los gestaltistas alemanes

Década de 1930: “Revolución holística” en clave lewiniana

1934-1936: El Festschrift a Vygotski nunca realizado

1936: “Topologische Meeting, Moskau/Charkow”.

Epílogo: La “ciencia estalinista” en acción

— PARTE IV. Vygotski en castellano: lecturas y usos —

Capítulo 10

Versiones tempranas de Vygotski: su recepción en la Argentina (1935-1974) (por Luciano Nicolás García)

Vygotski y la psicofisiología de la conciencia: Emilio Troise y Konstantín Gavrílov (1935-1960)

Vygotski, la dislexia y el aprendizaje infantil: Berta Braslavsky, Julio Bernaldo de Quirós y Juan Azcoaga (1942-1971)

Vygotski según la psiquiatría comunista (1962-1974): José Itzigsohn, Jorge Thénon y Adolfo Lértora

Conclusiones

Capítulo 11

Hacia el canon: Vygotski en España y Argentina (1978-1991) (por Luciano Nicolás García)

Vygotski trasnacional: de la URSS a Occidente vía EE.UU.

Vygotski en la España de la transición democrática.

Vygotski y los comunistas argentinos

Vygotski en castellano luego de 1985

Conclusiones

Capítulo 12

Vygotski en México: una travesía bibliográfica y otros temas breves (por Efraín Aguilar)

Años 1970

Años 1980

Años 1990

Años 2000

Recepción de las ideas de Vygotski

Su apropiación

Su distorsión

El blog “Vygotski traducido al español”

Conclusiones

— EPÍLOGO —

Capítulo 13

“Perdido en la traducción”: hablar de sentido, significado y consciencia (por Anton Yasnitsky y René van der Veer)

— APÉNDICES —

Apéndice A

Bibliografía de las obras publicadas de Vygotski Obras publicadas de Vygotski: una (casi) definitiva bibliografía (por René van der Veer y Anton Yasnitsky)

Publicaciones de 1916 a 1923

Publicaciones de 1924 a 1933

Publicaciones póstumas (es decir, 1934 y después) y publicaciones extranjeras .

Apéndice B

Publicaciones de Vygotski y publicaciones paidológicas soviéticas en 1924-1936

Apéndice C

El Círculo Vygotski-Luria: protagonistas clave

Apéndice D

Fuentes de archivo y documentales

Referencias

Los autores y autoras

Efraín Aguilar, psiquiatra por la Universidad Nacional Autónoma de México y por el Instituto Nacional de Neurología, con estudios de neurofisiología en el Instituto P. K. Anojin de la Academia de Ciencias Médicas de la ex URSS, Moscú. Docente en la Universidad Intercultural de Chiapas.

Jennifer Fraser, estudiante de doctorado en el Instituto de Historia y Filosofía de la Ciencia y la Tecnología, Universidad de Toronto, Canadá. Se interesa en historia de las ciencias de la salud.

Luciano Nicolás García, doctor en Historia por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Realiza tareas de docencia e investigación en la Facultad de Psicología, UBA y en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Sus estudios se centran en el cruce entre cultura de izquierda e historia de la psicología.

Fernando González Rey, posdoctorado en el Instituto de Psicología de la Academia de Ciencias de la ex URSS, en Moscú. Ha escrito los libros Epistemología cualitativa y subjetividad (Pueblo y Educación, 1997), Sujeto y subjetividad: Una aproximación histórico-cultural (Thomson Learning, 2002) y O pensamento de Vigotsky. Contradições, desdobramentos e desenvolvimento (Hucitec, 2013) entre otros. Es profesor en la Universidad de Brasilia.

Eli Lamdan, estudiante de doctorado en el Programa de Historia, Filosofía y Sociología de la Ciencia, Universidad Hebrea de Jerusalén y Miembro de la Sociedad Académica Inter-Universitaria Israelí de Estudios sobre Rusia y Europa del Este.

René van der Veer, profesor en el Instituto de Ciencias de la Educación y Estudios de la Familia, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Leiden, Holanda. Coautor con Jaan Valsiner de Understanding Vygotsky: A Quest for Synthesis (Wiley-Blackwell, 1991) y de The Social Mind. Construction of the Idea (Cambridge University Press, 2000), así como autor de la biografía intelectual Lev Vygotsky (Continuum International Publishing Group, 2007). Tiene varias coediciones y proyectos de libros con Yasnitsky.

Anton Yasnitsky, doctor por la Universidad de Toronto, especializado en el Círculo Vygotski-Luria. Coeditor con René van der Veer de The Cambridge Handbook of Cultural-Historical Psychology (Cambridge University Press, 2014) y de Revisionist Revolution in Vygotsky Studies (Routledge, 2016). Otro proyecto en curso es una nueva biografía intelectual sobre Vygotski, programada para salir en 2017 a través de Routledge.

Yekaterina Zavershneva, doctora en Psicología, docente en la Universidad Estatal de Medicina y Odontología de Moscú. Ha llevado a cabo investigaciones importantes en los archivos personales de Vygotski.

Gott ist tot.
Friedrich Nietzsche

No te harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas, ni las honrarás…
Éxodo 20:4-5

La ciencia está arraigada en el deseo a la verdad. Con el deseo a la verdad se mantiene o se cae. Si reducimos los estándares incluso ligeramente, la ciencia enferma en su núcleo. No solo ella, también el hombre. El deseo a la verdad, puro e inalterado, está entre las condiciones esenciales de su existencia; si su estándar se ve comprometido, él deviene con facilidad una especie de caricatura trágica de sí mismo.
Max Wertheimer

Nota sobre la traducción y transliteración

Salvo la parte IV, este libro es una traducción con revisiones y actualizaciones de Revisionist Revolution in Vygotsky Studies, de Anton Yasnitsky y René Van der Veer (Eds.), New York, Routledge, 2015. La traducción de los capítulos fue realizada por Efraín Aguilar, con excepción del capítulo 7, realizada por Luciano Nicolás García. Toda traducción del ruso, inglés, francés, alemán e italiano ha corrido por cuenta de ambos.

La transliteración de los nombres rusos constituye una dificultad sustancial al traducir y rastrear referencias y bibliografía en ese idioma. Un caso prototípico es el de la figura central de este volumen, Liev Semiónovich Vygotski (Лев Семёнович Выготский), el cual ha merecido las más diversas transliteraciones. Sobre este punto los traductores han decidido lo siguiente: para el caso específico de “Выготский” se ha optado por la transliteración “Vygotski”, en tanto es la transliteración más recurrente en la bibliografía hispanoparlante que mantiene la diferencia gráfica entre “ы” e “и”.

Para c términos específicos se ha decidido transliterar las palabras y los nombres tal como deberían ser escritos y pronunciados en lengua castellana, basado parcialmente en las normas de transliteración de la Asociación Española de Profesores de Lengua Rusa. Por ejemplo, las vocales rusas “e” y “ë”, pronunciadas respectivamente como “ie” e “io”, suelen transliterarse al castellano como “e”. Aquí, en lugar de “Lev” o “Artemov”, se utiliza “Liev” y “Artiómov”. El sonido de la vocal rusa “ы” es semejante a “ui” gutural en castellano, por lo que se utilizó esta grafía en los términos como muislenie (habla) y smuisl (sentido), y los apellidos Razmuislov y Davuídov. Se han agregado acentos para seguir la pronunciación rusa de los términos y nombres.

Sumado a esto, se mantuvo la forma en que se han transliterado los nombres y apellidos de los autores en las citas y referencias utilizadas. Por consiguiente, se encontrarán diversas variantes en el cuerpo del texto y en las referencias. Ello, sin embargo, resulta necesario para que las fuentes y bibliografía referidas puedan ser localizadas sin problemas.

Prólogo

Es con especial placer que asumo presentar a los lectores este libro. Su lectura me ha sumergido en una particular aventura intelectual, que me ha llevado por caminos diversos, interpretaciones contradictorias que han coexistido en su curso hasta el momento en que una de ellas pasó a ser más consistente durante la propia lectura. Un libro de esta riqueza y complejidad transforma necesariamente al prologuista en un investigador que debe hacer justicia a los lectores y a los autores, facilitando una presentación atractiva y crítica del texto, tarea nada fácil cuando el prologuista tiene también una historia de trabajo en el campo que le induce constantemente a diálogos con los autores, muchos de los cuales no pueden ser parte del prólogo.

Un aspecto muy especial de este libro es que, aunque se integran como parte de él textos de autores diferentes escritos en momentos también diferentes, la complementación entre ellos es excelente, exigiendo del prologuista un constante movimiento hacia adelante y hacia atrás en el curso de su escrito. El libro se integra en dos momentos diferentes: el primero, que es su aspecto esencial, expresa una nueva interpretación del legado de Vygotski e integra innumerables fuentes antes desconocidas sobre ese legado. Como los autores expresan, las fuentes no publicadas que forman parte del archivo de Vygotski son esenciales para desvendar los nuevos caminos que el libro nos abre. El segundo momento del libro es en sí mismo otro libro, y está orientado a presentarnos la historia sobre cómo el pensamiento de Vygotski entró y se desarrolló en tres países: Argentina, México y España. Estos dos momentos del libro se relacionan de forma espontánea en algunas de sus consideraciones esenciales.

La lectura de este libro llevará al lector a ricas reflexiones que marcarán una nueva forma de trabajar a Vygotski en los países de habla hispana, donde ha predominado una aproximación definida por la representación dominante producida en la psicología norteamericana, que ha sido en gran parte coincidente con la forma en que los psicólogos unidos en torno a Leóntiev monopolizaron el legado vygotskiano en la antigua Unión Soviética. Este hecho de ninguna forma niega la enorme contribución de autores como Cole y Werscht para integrar a Vygotski a la psicología mundial, sin embargo, ese aporte hay que analizarlo en su momento histórico. A pesar del carácter cultural histórico declarado por muchos de los autores que trabajan con Vygotski, tanto rusos como occidentales, lo cierto es que este autor ha sido estudiado fuera del contexto en que su obra se desarrolló y desconociendo los diferentes contextos históricos por los que transitó Vygotski en su corta vida dentro del convulsionado periodo soviético.

Las interpretaciones que se presentan en este libro son provocativas e innovadoras, y están marcadas por lo que uno de sus autores, Yasnitsky, ha definido como la “revolución archivística” de los estudios sobre Vygotski, en la cual él y los otros autores del libro han tenido un papel esencial. La cantidad de informaciones que el libro presenta facilitan el cuestionamiento de muchos de los “mitos” que se han desarrollado en relación con este autor. Unido a eso, la fuerza y coherencia que caracterizan la relación entre los diferentes capítulos del libro, todos llenos de ideas y datos novedosos de principio a fin, constituyen un recurso importante para salir de los caminos trillados que han definido “un Vygotski” asociado básicamente a los principios dominantes del momento instrumental de su obra.

La idea de un Vygotsky contradictorio, con momentos diferentes en una obra que nos dejó más cuestiones abiertas que resueltas, ha sido destacada por pocos autores, cuyos aportes en este sentido no han encontrado mucho eco en la comunidad de “estudios vygotskianos”, siendo una muestra de ello la forma en que se popularizó y se consolidó en Occidente la falsa integración entre las obras de Vygotski y las de Leóntiev y su grupo, unión que ha sido designada con la sigla CHAT (Cultural Historical Activity Theory). La crítica a esa construcción ha sido desarrollada en múltiples trabajos, tanto de autores occidentales como soviéticos y rusos (Leóntiev, A. A., 1992; Kozulin, 1994; Zinchenko, 1995, 2003; Mijáilov, 2002; Orlov, 2003; Yasnitsky, 2009, 2010, 2012; González Rey, 1999, 2011, 2012; Miller, 2011, entre otros).

Este libro nos trae a un Vygotski desconocido en muchas de sus facetas y muy poco conocido en el último momento de su obra, entre 1930 y 1934, quizás el período más fecundo de su pensamiento. Zavershneva en uno de sus capítulos expresa con especial claridad una novedad indiscutible de este libro:

Sin duda el valor científico de los documentos del archivo consiste no solo en que ahí están expuestos las ideas y planes de L. S. Vygotski no realizados, sino que ayudan a trazar el proceso de su pensamiento. Lo más interesante no solo son las cadenas de su razonamiento, sino los saltos del pensamiento, los destellos repentinos de su agudeza, las rupturas en la argumentación. (Cap. 5, p. 142).

El argumento anterior por sí solo podría garantizar el éxito de este libro, sin embargo, todos sabemos que la ciencia es una institución que expresa todos los procesos subjetivos propios del funcionamiento de la sociedad: relaciones de poder, grupos dominantes, lucha por la hegemonía, mitos establecidos, etc., los cuales son parte de las representaciones y discursos dominantes dentro de la ciencia en cada momento histórico concreto. Esta realidad podría llevar a ignorar el libro a pesar de su novedad y carácter creativo, como fueron ignorados por décadas muchos de los trabajos esenciales de Vygotski. Sin embargo, el éxito que auguro a esta publicación se apoya en los siguientes aspectos: los antecedentes ya existentes sobre nuevas interpretaciones de la obra de Vygotski; las excelentes, osadas, originales y bien fundamentadas interpretaciones de los autores; la presencia de Van der Veer, quien es una figura establecida dentro del mainstream de los “estudios vygotskianos” y que junto a Valsiner, realizó importantes esfuerzos anteriores para traer al público occidental facetas menos conocidas de la obra de Vygotski (Van der Veer y Valsiner, 1994). Uniendo su nombre a los de Yasnitsky y Zavershneva, Van der Veer inaugura un nuevo momento en su trayectoria que facilita el interés del público occidental por la lectura del libro.

A pesar de la posición política progresista de quienes dominan algunos de los “ghetos” hegemónicos de la ciencia, lo cierto es que también son responsables por la creación y funcionamiento del “mercado de ciencia” dentro del cual ciertas posiciones y autores se tornan dominantes y definen las preferencias de los propios científicos dentro de un área de conocimiento, así como las de los diferentes profesionales asociados al uso de ese saber en diferentes tipos de prácticas. Por ejemplo, en el caso de Yasnitsky, pese a haber publicado diversos e importantes trabajos en inglés anteriormente (Yasnitsky, 2010, 2011, 2012), sin embargo, sus ideas revolucionarias le han ganado bastantes desafectos como frecuentemente ocurre en la comunidad científica. Son muchos años de institucionalización de “una visión sobre Vygotski” que ha generado formas de institucionalización de su pensamiento que dificultan la promoción de alternativas a la representación dominante. Se refuerzan así, de forma acrítica, las representaciones dominantes sobre las que esos mercados de consumo del pensamiento científico operan. Este proceso se instituye dificultando expresiones e interpretaciones diferentes a las establecidas por los grupos dominantes, lo que se lleva a cabo por diferentes vías, como el control de las publicaciones científicas, de congresos, etc. Sin embargo, siempre existen grupos y científicos, como los autores de este libro, que se orientan a lo nuevo y encuentran una oportunidad para ampliar una visión creativa, crítica y realmente histórica sobre un camino del pensamiento científico.

El lector, una vez que comienza su lectura, no puede separarse u omitir partes del texto, pues todos los capítulos informan, provocan y estimulan la reflexión de principio a fin. Como prologuista ensayé pasar por encima de algunas partes, pero me fue imposible, lo que no significa que seré capaz de destacar en este prólogo todos los elementos que considero relevantes del libro, ni todas las cuestiones que me planteé en el curso de su lectura.

En un momento pensé organizar el prólogo comentando sucintamente cada capítulo, pero renuncié a esa idea, pues haría el prólogo aburrido y sesgaría la lectura en lugar de facilitarla. Me pareció más interesante destacar algunos de los temas del libro que puedan estimular la reflexión y el interés del lector.

Por ello, iré analizando los temas que considero más provocativos en la lectura y tomaré posiciones que no siempre van en el sentido defendido por los autores, lo que es parte de cualquier lectura comprometida de un texto. Desde mi punto de vista, toda obra, por excelente que sea, como es el caso de ésta, expresa construcciones y puntos de vista de los autores susceptibles a la polémica y al desacuerdo, lo que es parte de su excelencia.

Pasaré a comentar, pues, algunos ejes principales que destaco en mi lectura.

La “edad de oro” de la psicología soviética

Sus diferentes momentos, grupos de poder y desdoblamientos

En la presentación de los autores sobre la psicología soviética se rompe con el carácter idealizado y ahistórico que ha dominado las referencias a esa psicología en Occidente, donde prácticamente la psicología soviética se redujo al trío Vygotski, Leóntiev y Luria. La forma novedosa en que esa historia se nos presenta, en sus contradicciones, sus mecanismos de poder, intriga y maniobras, permitirá de una vez por todas trascender la visión “purista” e idílica con que Vygotski, Leóntiev y Luria aparecen tratados hasta hoy en Occidente.

Yasnitsky en el primer capítulo nos hace un recorrido profundo y detallado de los diferentes momentos de la psicología soviética hasta la década de 2000. En ese recorrido el autor privilegia con excelente fundamentación el decenio de 1936-1946 como la “época de oro de la psicología soviética”. Es interesante que la psicología aparezca con fuerza especial en un momento de consolidación del stalinismo, después de los penosos procesos de colectivización forzada de los kulaks que se iniciaron en 1930 y de las terribles purgas desarrolladas al interior del Partido y de la famosa Guardia Roja. Una década, según el autor, en la que se otorgaron

[…] los más importantes y prestigiados premios científicos nacionales […] a psicólogos (por ejemplo, a S. L. Rubinshtéin el premio Stalin de 1941), y [en la que se efectuaron] los primeros nombramientos a psicólogos en el más alto nivel social de la jerarquía científica: la Academia de Ciencias de la URSS (Rubinshtéin y Kravkov como Miembros Correspondientes, en los años 1940). Finalmente, llegó el último golpe: en 1946 la psicología fue introducida en el curriculum de las escuelas públicas como materia obligatoria a ser impartida en toda la Unión Soviética. Este evento lógicamente concluye el periodo de diez años que puede ser legítimamente referido como la Edad de Oro de la psicología soviética de 1936-1946. (Cap. 1, p. 48-49).

Rubinshtéin aparece como una figura clave de ese momento histórico, cuando dirigía el Departamento de Psicología de la Facultad de Filosofía de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú y el Departamento de Psicología en el Instituto de Psicología de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética. Yasnitsky acompaña en detalle los altos y bajos de la política stalinista que, en los años cuarenta, después de la campaña iniciada por Lysenko al criticar el carácter no marxista de la genética, llevó al desarrollo de una política de Estado dirigida contra el “cosmopolitismo” y el combate a las posiciones no marxistas en toda la ciencia soviética. Fue un momento de purga en la ciencia que implicó la separación de grandes científicos de sus cargos, como fue el caso del académico Vávilov, quien en aquel momento se desempeñaba como presidente de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética.

En 1949, el clima de la época llegó a la psicología y como resultado de denuncias internas de colegas de Rubinshtéin en el Departamento de Psicología de la Facultad de Filosofía, fue iniciado un proceso abierto contra el destacado psicólogo en el que participaron como acusadores dos miembros importantes del Departamento, Leóntiev y Galperin (Archivos de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Moscú publicados por vez primera en la revista Cuestiones de Psicología, 1989).

Estoy de acuerdo con Yasnitsky en que el curso del desarrollo de la psicología soviética se caracterizó por “camarillas de poder” que tuvieron implicaciones institucionales profundas en la psicología soviética y en sus diferentes caminos de desarrollo. Es cierto que Rubinshtéin concentró todo el poder en la psicología durante los años destacados por el autor, sin embargo, a pesar de esa posición de poder, la obra de Rubinshtéin, centrada en la personalidad y la conciencia, nunca representó una “teoría oficial” del pensamiento psicológico soviético, como sí lo fueron las posiciones de Pávlov, Kornílov y Leóntiev en sus diferentes momentos. En el caso de Pávlov, su hegemonía como enfoque oficial no tuvo nada que ver con el insigne científico, sino que fue el resultado de una política de Estado que se oficializó en reuniones de la Academia de Ciencias y de la Academia de Ciencias Médicas de la Unión Soviética que pasaron a la historia como las “Sesiones de Pávlov”, y que fueron realizadas a principios de los años cincuenta.

Rubinshtéin nunca fue señalado por abuso de poder ni por haber defendido posiciones dogmáticas, lo que fue evidente en su apertura al trabajo de Vygotski, a quien invita a ocupar –durante los últimos años de su vida– la cátedra en el Instituto Hertzen de Leningrado dejada vacante por Básov después de su prematura muerte. También Rubinshtéin no solo convoca a sus discípulos de Leningrado como Yaroshevski al recién creado Departamento de Psicología de la Facultad de Filosofía de la Universidad Estatal de Moscú, sino también a Leóntiev y Galperin, que no pertenecían a su grupo. Aunque el foco del libro no es la psicología soviética como tal, la presentación tan completa de esa psicología, como recurso para comprender los distintos momentos de la obra Vygotski en sus contextos históricos, implica profundizar en alguna medida en Rubinshtéin, cuya figura fue en determinado momento excluida en su aporte a la psicología soviética.

Otra figura “mal tratada” en ese excelente recorrido por la historia de la psicología soviética, es el tratamiento sucinto de la figura de Lómov, quien es presentado apenas como un nuevo administrador que facilitó el establecimiento de una nueva camarilla de poder en la psicología soviética de los años sesenta y setenta. Lómov fue discípulo de Anániev y representante de la poderosa Escuela de Leningrado, aspecto éste bien destacado en el libro. Sus trabajos son inseparables del proceso de crítica a la Teoría de la Actividad en los años 70 y que tuvo su mayor expresión en el “V Congreso de la Sociedad de Psicólogos de la Unión Soviética” celebrado en Moscú en 1977. Fue Lómov quien por primera vez trajo a Bajtín a la psicología soviética y a quien se deben importantes avances teóricos en los años setenta y ochenta, sobre todo en la relevancia de la categoría comunicación para la psicología.

Sobre los procesos institucionales que caracterizaron el periodo postsoviético, Yasnitsky escribe:

Estos procesos sociales e históricos a gran escala tuvieron relación directa con la historiografía de la psicología soviética y rusa, como un mecanismo poderoso que fue usado para reconstruir la nueva ideología y llenar la laguna de la anterior “lealtad al Partido”. Así, el lema de la nueva ideología puede ser descrito como “la lealtad a la tradición”, donde por tradición se entiende una versión primitiva de una “historia intelectual de la ciencia”, muy idealizada, en apariencia despolitizada y claramente separada de su contexto sociohistórico. (Cap. 1, p. 62).

Esa visión idealizada implicó una “lealtad” a Vygotski, Leóntiev y Luria, que ha sido uno de los rasgos de su representación generalizada en Occidente. Recientemente esa “lealtad”, expresada en términos casi partidarios, ha sido defendida por Ratner (2015) en un artículo en que dirige una crítica al “revisionismo” sobre la obra de Vygotski, al que se refiere en los mismos términos usados por el marxismo soviético en el curso de su existencia.

Hipótesis sobre las “redes personales informales” de Vygotski identificadas como “círculo Vygotski-Luria”

Sus diferentes momentos durante la obra de Vygotski

Esta reveladora y bien fundamentada hipótesis histórica nos revela el carácter colectivo de la obra de Vygotski derrumbando el mito del “genio aislado y perseguido” sobre el cual tanto se ha especulado en la literatura. A su vez, la presentación de la evolución histórica de estos “círculos Vygotski-Luria” es una evidencia importante y bien argumentada de la inexistencia de la “troika Vygotski, Luria, Leóntiev” como unidad que atravesó la historia del trabajo de Vygotski. Sobre la definición de la “Escuela de Vygotski”, otra de las construcciones que alimentan el mito sobre su legado, Yasnitsky escribe:

Las primeras contribuciones escritas de la emergente historiografía de la psicología de Vygotski (que tal vez nos dice más de sus autores que del tema) aparecieron pronto como a mediados de los años 1930 en los obituarios y discursos en su memoria, escritos por sus más cercanos colaboradores poco después de su muerte (A. N. Leóntiev, 1934; Luria, 1935a, 1935b). Sin embargo, el núcleo del hoy tan diseminado relato sobre “la escuela de Vygotski” no se formó sino hasta mediados los años 1970 e iniciados los 1980. (Cap. 2, p. 67).

La limitación anterior que señalé sobre el tratamiento a la figura de Rubinshtéin en la psicología soviética, se redime de alguna forma en la relevancia que Yasnitsky destaca en la reconstrucción del “colegio invisible” del “círculo periférico” de Vygotski, sobre el cual expresa:

Una serie de personas son de gran importancia para la completa reconstrucción del “colegio invisible” del “círculo periférico” de Vygotski. Entre ellos están los intelectuales e investigadores soviéticos Nikolái Bernshtéin, Solomón Guellershtéin, Serguéi Rubinshtéin, Dimitri Uznadze (alias Usnadze) y los psicólogos germano-estadunidenses Kurt Koffka y Kurt Lewin por mencionar solo unos (para una discusión de la influencia de Lewin, así como de los proyectos en colaboración y la comunicación transnacional soviético-germano-estadunidense, ver los capítulos 8 y 9). (Cap. 2, pp. 76-77).

La mención a las figuras de Koffka y Lewin es parte de la hipótesis central del autor de una “psicología cultural-histórica Gestalt”, que es una de las ideas renovadoras esenciales del libro y que merece una reflexión específica entre los aspectos centrales de esta obra.

A pesar de la bien fundamentada cercanía de Vygotski y Luria presentada por el autor, la ida de Luria para Járkov, su integración con Leóntiev a lo largo de su carrera, unido a posiciones anteriores de Luria que revelan un cierto oportunismo político, como el hecho de haber sido secretario científico del Instituto de Psicología cuando Kornílov era el director y el “guardián ideológico” del marxismo en el Instituto (Botsmánova, Gúseva y Ravich-Scherbo, 1994), su fuerte “giro comportamental” una vez que se integró al grupo de Kornílov (Luria, 1928) y su subordinación a Leóntiev a partir de Járkov, me llevan a sospechar sobre la cualidad de la relación Vygotski-Luria en los últimos años de vida de Vygotski. Se suma a esta sospecha la negación de la familia de Vygotski a que Luria y Leóntiev acompañaran el féretro en su funeral, hecho referido en diversas fuentes de la psicología rusa.

El destaque de la obra de Vygotski entre 1930 y 1934

Las ideas que marcaron una reorientación profunda en relación con la etapa instrumental de su obra

En este libro tiene especial relevancia el pensamiento de Vygotski entre los años 1932-1934, aunque ya se destacan textos anteriores a 1930 como “Imaginación y creatividad en la infancia”, que habían sido muy ignorados por sus seguidores. Yasnitsky y Van der Veer, en el capítulo 4 expresan cómo un conjunto de escritos, notas y charlas de Vygotski entre 1932 y 1934 nunca fueron publicadas, idea profundizada y ampliamente documentada en los capítulos 5 y 6 por Zavershneva:

Finalmente, la lista [se refiere a trabajos de Vygotski producidos a partir de 1924] comprende obras que fueron escritas a más tardar a fines de 1930 y, por lo tanto, deben ilustrar las ideas del pensamiento “instrumental” de Vygotski –mecanicista y bastante reduccionista– de los años 1920 pero no los cambios mayores que su pensamiento experimentó en los tumultuosos años 1930. (Cap. 4, p. 138).

Entre 1932 y 1934 se produce un giro importante en la obra de Vygotski hacia el estudio de la conciencia. El concepto de sentido es discutido de forma muy breve en Pensamiento y palabra, pero su brevedad no limita su extraordinaria novedad y su importancia para el desarrollo de una nueva representación sobre la conciencia en su obra. Por otra parte, el concepto de perezhivanie fue otra expresión de la búsqueda de Vygotski por una unidad psicológica capaz de integrar lo cognitivo y lo afectivo y, a su vez, la unidad de lo externo y lo interno, superando las limitaciones del determinismo de lo externo sobre lo psíquico dominante en la Teoría de la Actividad, así como también las limitaciones del concepto de reflejo para comprender la génesis social de la conciencia.

En esos años, tanto Rubinshtéin, como Vygotski y Bajtín usaron el concepto de refracción para evitar el de reflejo. Sin embargo, la idea de refracción no supera la dicotomía de lo externo y lo interno, pues en la refracción lo externo muda su dirección a partir de lo interno, pero no su cualidad esencial.

Es realmente impresionante cómo esta etapa del pensamiento de Vygotski pasó inadvertida a los autores occidentales, soviéticos y rusos que durante años se dedicaron a trabajar en la perspectiva vygotskiana. Si bien la ausencia de sistematización de las publicaciones de Vygotski y la aparición tardía de sus Obras Escogidas afectaron la representación de Vygotski sobre la que se constituyeron las interpretaciones hegemónicas sobre su pensamiento, el concepto de sentido apareció en Pensamiento y palabra desde las primeras traducciones de esa obra. A pesar de la crítica de Van der Veer y Yasnitsky en el capítulo 4 a la ausencia de varias de las obras esenciales de Vygotski en sus Obras Escogidas, creo que estas tuvieron un papel importante al rescatar una cronología histórica de su obra y traer lecturas inéditas sobre el autor.

Uno de los problemas graves de la traducción al inglés de Vygotski y de otros autores soviéticos, tuvo mucho que ver con la invisibilidad de la última parte del pensamiento del autor en Occidente, pues dos de los términos claves de ese momento de su obra, sentido y perezhivanie, aparecían con mucha frecuencia traducidos como meaning y experience respectivamente, lo que representó una profunda distorsión de esos conceptos.

La representación dominante sobre Vygotski, monopolizada en la antigua Unión Soviética por Leóntiev y su grupo, fue la que dominó las interpretaciones occidentales y, muy especialmente, como se destaca en el libro, la representación norteamericana, que tuvo un papel esencial en la popularización de Vygotski en todo el mundo. Antecedentes importantes que destacaron la importancia del último momento de la obra de Vygotski existieron, tanto en inglés como en español (Leontiev, A. A., 1992; Cornejo, 2015; González Rey, 2000, 2002, 2009, 2011a y b, 2012 y 2014). Sin embargo, solo de forma reciente comienzan a tener impacto en la comunidad científica internacional. La fuerza de las argumentaciones y las evidencias destacadas en este libro deben representar el inicio de un giro profundo en las interpretaciones sobre el pensamiento de Vygotski.

Van der Veer y Yasnitsky expresan:

La actitud crítica de Vygotski hacia algunas de sus publicaciones no era incidental y en parte se basaba en la profunda crisis de su pensamiento teórico que experimentaba después de 1929. En cierto modo, la podemos describir como una revolución copernicana y un cambio mayor en sus teorizaciones durante la cual se percató de que los conceptos y términos más fundamentales que había usado hasta 1929 ya no eran válidos ni satisfactorios. (Cap. 4, pp. 130-131).

La resistencia de la comunidad científica internacional a aceptar la relevancia de ese momento final de la obra de Vygotski y la propia crítica de Vygotski a la etapa instrumentalista de su pensamiento, está en gran parte determinada por el hecho de que la historia institucionalizada del mainstream de los “estudios vygotskianos” está totalmente apoyada en ese momento instrumental del pensamiento del autor. En este sentido es muy elocuente la siguiente cita de J. Bruner: “Para comenzar, me gusta su instrumentalismo [refiriéndose a Vygotski]. Es decir, yo admiro su manera de interpretar el pensamiento y el lenguaje como instrumentos para planear y realizar la acción” (Bruner, 1985, p. 39).

Vygotski fue asimilado en la versión norteamericana por sus posiciones cognitivistas e instrumentalistas, precisamente las que caracterizaron su obra a partir de 1924. Van der Veer y Yasnitsky usan un trecho muy interesante e inédito de Vygotski publicado en 2010 por Zavershneva como resultado de su minucioso trabajo sobre archivos antes no trabajados de la obra del autor.

La necesidad de un nuevo estadio de indagación no surge del hecho de que se me haya ocurrido un nuevo pensamiento o que una nueva idea haya captado mi interés, sino de la necesidad de desarrollar la propia investigación –nuevos hechos me punzan a buscar nuevas y más intrincadas explicaciones. La estrechez, la parcialidad y el esquematismo de la vieja mentalidad nos llevó a una evaluación errónea de los principios elementales, los que confundimos con los secundarios: las conexiones interfuncionales. Enfocamos nuestra atención en el signo (en la herramienta) en detrimento de la operación con él (registro de Vygotski titulado “Symposium, 4 de diciembre de 1932”, ver en Zavershneva, 2010b, pp. 41-42). (Cap. 4, p. 131; ver también los capítulos 5 y, en particular, el 6).

La movilidad y la crítica de Vygotski con relación a su propia obra en esos últimos años de vida fueron mucho mayores que las realizadas por la abrumadora mayoría de sus seguidores durante los ochenta años que han transcurrido desde su muerte. La tendencia al culto y la mitificación que dominó la ciencia soviética, tan bien fundamentados en el curso de este libro, y la inclinación tan difundida entre muchos autores a relacionarse con el marxismo como una doctrina de fe que supone la incondicionalidad absoluta de sus seguidores, han sido elementos importantes en esa falta de crítica al pensamiento de Vygotski.

Particular atención en este período de su vida merece el esquema de un libro que Vygotski no alcanzó escribir, dedicado al problema de la conciencia, y que constituyó su proyecto esencial en sus últimos momentos. Según Zavershneva, en las revisiones de los archivos del autor fueron encontrados cuatro bosquejos de este libro.

La cuestión de la unidad del afecto y el intelecto tan presente en esa última fase de su obra, llevó a Vygotski a trascender la representación de la emoción como proceso natural, sobre lo cual Zavershneva afirma en el capítulo 6:

Vygotski escribe que mientras el pensamiento y las palabras iluminan el afecto, ellos interfieren en él, lo alteran. La tristeza, sentimiento natural, primero brota de su unidad primordial con otras emociones, después forma nuevas relaciones con ellas mediante las palabras. Surge así un nuevo sistema de emociones que es imposible en la naturaleza […] Las emociones no son la excepción: transformadas por el pensamiento y la palabra, son liberadas de su natural substrato. (Cap. 6, p. 188).

Podemos encontrar afirmaciones semejantes a la anterior en un texto en que Vygotski comienza a retomar las ideas que interrumpió en su libro Psicología del Arte: “Sobre el estudio de las emociones del actor creativo”, que fue escrito por él en 1932 y publicado por primera vez en las Obras Escogidas en ruso (1984). En ese texto, así como en la cita anterior de Zavershneva apoyada en Pensamiento y palabra, se percibe la importancia que el autor comienza a dar a las emociones para el desarrollo de unidades psicológicas de otro orden. Las emociones trascienden la regulación natural y adquieren una nueva cualidad, su relación inseparable con el pensamiento y el lenguaje, lo que las hace inseparables del desarrollo cultural del hombre.

Destaque a la influencia de Lewin sobre Vygotski: avanzando a una psicología cultural-histórica Gestalt

Esta es una de las propuestas teóricas más fuertes e innovadoras que Yasnitsky viene desarrollando desde 2012 con su artículo “Revisionist revolution in Vygotskian science. Toward cultural – historical Gestalt psychology” y que en este libro se complementa de forma excelente con las propuestas de Zavershneva a partir de sus estudios sobre los archivos de Vygotski. El giro que experimenta Vygotski en este último momento de su obra parece estar profundamente influido por las experiencias de la Gestalt y muy especialmente por Koffka, Lewin y su grupo.

La concepción de experimento propuesta por K. Lewin y su grupo no solo influyó a Vygotski, sino también a L. Bozhóvich, la única entre sus discípulos que dio continuidad a los principios de su obra en los estudios sobre la personalidad y su desarrollo. Solo Bozhóvich y su grupo retomaron los conceptos de situación social del desarrollo y de perezhivanie para avanzar una nueva concepción del desarrollo de la personalidad en la psicología soviética.

Fue ante la opción de Vygotski por la psicología de la conciencia que se profundizaron las contradicciones con Leóntiev, que habían comenzado desde los comienzos de la organización del grupo de Kjarkov. En palabras de Zavershneva:

Vygotski parece no percatarse de que, aparte de los argumentos científicos, lo que hay detrás de la decisión de Leóntiev de separarse de la investigación de la consciencia son otras razones. Leóntiev desarrolló después su “teoría de la actividad” e hizo carrera en la compleja atmósfera de los años 1930-1950 para llegar a ser no sólo el líder del movimiento de la “teoría de la actividad”, sino el fundador de la Facultad de Psicología de la Universidad Estatal de Moscú. (Cap. 6, p. 198).

El mito de la unidad de Vygotski, Luria y Leóntiev se va desmontando a lo largo de todo el libro con argumentos y revelaciones contundentes. Las contradicciones entre Vygotski y Leóntiev se expresaron con particular agresividad en las críticas de Leóntiev a Vygotski después de su muerte. En 1937, por sus desviaciones paidológicas, le hace una crítica publicada solo en 1998 por la revista Cuestiones de Psicología; así mismo, en el prólogo (artículo corto) escrito por Leóntiev a la edición rusa de Psicología del Arte en 1965, que más que un prólogo es una crítica que devaluaba el texto, lo que en mi opinión fue uno de los elementos que influyeron en la omisión de esta obra por la literatura soviética, que fue quizás la obra fundadora de las ideas más importantes de Vygotski solo retomadas y desarrolladas por él entre 1930 y 1934.

La estrecha relación entre el grupo de Lewin y Vygotski fue ocultada en la historiografía de la psicología soviética, entre otras cosas, en aras de mantener el mito de la superioridad de la psicología soviética y de mantener oculto el importante giro del pensamiento de Vygotski al final de su vida.

La evolución holística de Vygotski en los años treinta, tema excelentemente tratado por C. Cornejo (2015), tuvo su inspiración esencial en la obra de K. Lewin y su grupo. Sobre esto Yasnitsky afirma:

El nuevo paradigma holístico en psicología –tan demandado en la Unión Soviética a inicios de los años 1930– estaba representado por varias teorías, de las cuales el trabajo de Kurt Lewin y su grupo era el importante para Vygotski y Luria. En su correspondencia de inicios de los 1930, Vygotski expresó con claridad su entusiasmo por la obra de Lewin y su círculo. En efecto, la influencia del pensamiento de Kurt Lewin sobre Vygotski fue profunda. (Cap. 9, p. 291).

Las posiciones culturales históricas que aparecieron en los fundadores de la Gestalt deben seguir siendo investigadas en profundidad. La Gestalt tuvo, sin dudas, un relevante impacto en el último momento del pensamiento de Vygotski, quizás el momento más corto y más importante de su obra.

He tenido que ser exigente conmigo mismo para hacer una síntesis de algunos de los ejes novedosos y revolucionarios de esta obra, sin embargo, muchas otras cuestiones muy relevantes son exploradas de forma profunda en el texto, como los textos olvidados de Vygotski, la cronología histórica de algunos de sus trabajos más importantes y la superación del mito de la censura stalinista de la obra de Vygotski, entre otros. Esta primera parte del libro que presentamos es desbordante en ideas e informaciones nuevas sobre el pensamiento de Vygotski, y exige ser estudiada con profunda atención. Un pensamiento que resume de forma importante el espíritu de este libro es la siguiente afirmación de Zavershneva: