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Gracias a todos los amigos y compañeros con quienes he colaborado
trabajando con grupos durante los últimos 30 años,
y que han compartido con generosidad sus conocimientos,
juegos y adaptaciones de actividades.
Ha sido un gusto trabajar con todos vosotros. Como siempre
,
estoy agradecido a Barbara, mi mujer,
por su apoyo y por ayudar con la edición de este libro.

© Robin Dynes. First published by Jessica Kingsley Publishers Ltd. UK

Título original: Positive communication. Activities to reduce isolation and improve the wellbeing of older adults

Traducción: Félix Menéndez Díaz

Composición: Montytexto

ISBN papel: 978-84-277-2463-1

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunica-ción pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Índice

INTRODUCCIÓN

IDENTIFICAR PUNTOS FUERTES, ESPERANZAS Y SUEÑOS. Actividades para mantener una actitud positiva

Beneficios de seguir estando activos, Hacer cambios para seguir estando activos, Crear una lista de cosas que nos gustaría hacer, Tener un objetivo, Funciones y destrezas, Yo soy aquel que…, Dónde quiero estar, Mi propia instantánea o cómo me veo, Vivir una vida imaginaria

CUESTIONES DELICADAS. Actividades para tratar temas sobre los que resulta difícil hablar

Pensamientos y sentimientos negativos y positivos, Superar las limitaciones y el uso de aparatos ortopédicos y prótesis, Reconocer sentimientos, Sentirse seguro, Nuestros deseos para el final de la vida, Liberarnos de las preocupaciones, Pedir ayuda, Tomar decisiones, Un problema compartido, Sentimientos escondidos

CREATIVIDAD. Actividades para mantener operativas las habilidades creativas

Una historia en una bolsa, Por suerte y por desgracia, Refranes, Verdadero o falso, El lado bueno de la vida, Inventarse una historia, Intereses y destrezas, Desenlaces, Nuestra revista, Escenas de la vida

COMUNICACIÓN. Actividades para mejorar las relaciones

Qué es para mí calidad de vida, Adivinar el dibujo, Empezar conversaciones, El palo de la palabra, Mejorar nuestra capacidad de escucha, Hablemos, Bocetos, Símiles, Superar obstáculos de comunicación, La forma de decir las cosas, Mostrar consideración y respeto

MEMORIA. Actividades para facilitar los recuerdos

Temas de actualidad, Así es mi vida, Organizarse, Utilizar recordatorios externos, Recuerda cosas, Cómo se llama esa persona, Problemas de memoria, Qué recuerdas?, El juego de Kim, Paseo mental, Una experiencia inolvidable

ESPIRITUALIDAD. Actividades sobre el bienestar espiritual

Sentirnos productivos, Las cosas importantes de la vida, Mejorar la mente y el espíritu, Mis valores y creencias, Dentro y fuera, El centro de la vida, Una guía del pasado, Conectar con la naturaleza

HABILIDADES SOCIALES. Actividades para pasárselo bien y divertirse

Cosas que no me gustan, Un día perfecto, Juegos musicales, Tierra, aire, fuego y agua, Establecer vínculos, Compartir información, ¿De quién estamos hablando?, Listas de cosas, Mis cosas favoritas, Secretos

ESCRITURA. Actividades que emplean la escritura para la salud y el bienestar

Estimulando la memoria, Cartas no enviadas, Con mis manos, Acerca de mí, Mi “yo futuro”, “Trampolines” para escribir, Racimos de palabras, Conflictos, Influencias en mi vida, Cartas de agradecimiento

MANTENERSE ACTIVOS. Actividades para mejorar el movimiento

Hacer mimo, Calentando motores, Carrera de obstáculos, Juego de pelota, ¿De qué se trata?, Camina así, Moverse al ritmo de la música, El espejo en la pared

GENERAR CONFIANZA. Actividades para una autoimagen positiva

Notas positivas, Logros, Mis cualidades, Ser positivos, Gratitud, Manos agradecidas, Cómo te ves a ti mismo, Afrontar problemas, Mantener la autoestima, Automensajes de confianza, ¿Cuándo me siento bien?

REMINISCENCIAS. Actividades para avivar recuerdos personales

Recuerdos en una bolsa, Acontecimientos importantes, El tiempo de la vida, Formar una familia, Lugares emblemáticos para cada persona, Los olores de mi vida, La voz de cada uno, Las cosas buenas que me han pasado, Improvisaciones de memoria, Mi vida en una bolsa

Introducción

Sobre este libro

Cuando las personas se van haciendo mayores, muchas cosas conspiran contra ellas, influyendo en su forma de comunicarse y relacionarse con los demás. La lista es larga. La confianza y la autoestima pueden deteriorarse a causa de la pérdida de vista u oído. Les afecta la enfermedad o la incapacidad física para moverse. Los familiares y amigos se van yendo, porque fallecen o a causa de las separaciones. Los traslados a hogares más asequibles o más cómodos y los cambios en las relaciones personales destruyen los antiguos vínculos y patrones de comunicación. Las personas tienen que adaptarse a cambios sociales y culturales que avanzan tan rápido como los cambios tecnológicos. Las expectativas sociales, configuradas por los compañeros, los acontecimientos y las experiencias de su época, no están en sintonía con las actitudes modernas, y los servicios de apoyo suelen ser prestados por personas más jóvenes, con una forma distinta de ver la vida.

Además de todo esto, la sociedad actual, centrada en la juventud, frecuentemente les hace sentirse poco importantes, inadecuados, aislados y obsoletos. Los centros de día, los hogares residenciales y las residencias de ancianos, diseñados para que se sientan apoyados, los ponen en contacto con otras personas que tienen intereses muy distintos y que proceden de contextos étnicos, sociales y económicos, en ocasiones, muy diferentes. A menudo consideran al personal de estos centros únicamente como proveedores de servicios, no como personas individuales y la comunicación se reduce muchas veces a formular exigencias o quejas.

Pero las personas mayores que siguen manteniendo sus destrezas comunicativas y que siguen siendo capaces de interacción social tienen una visión más positiva de sí mismos y les resulta más fácil enfrentarse a estos desafíos. Son más capaces de adaptarse a los cambios, de comunicar sus sentimientos, de expresar opiniones y deseos, y de seguir contribuyendo a la sociedad. Es más probable que mantengan su bienestar físico y emocional, así como la percepción de que controlan su propia vida y de que siguen logrando cosas en el mundo moderno.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, este libro ofrece una serie de actividades, para ayudar a quienes las organizan, destinadas a fomentar que las personas mayores mantengan sus destrezas vitales y mejoren su calidad de vida, tratando de mejorar su bienestar y reducir su aislamiento. Esto puede tener lugar en hogares residenciales, centros de día, clubes de ancianos, hospitales, residencias para mayores o situaciones de apoyo en el hogar con cuidadores.

Cómo usar las actividades

Las actividades están estructuradas de modo que resulte fácil entender su objetivo, los materiales que se necesitarán y qué hay que hacer para desarrollarlas, incluyendo además algunos comentarios adicionales con sugerencias o consejos. Aunque las actividades se han dividido en once partes o capítulos, con el fin de poder encontrar una actividad que encaje mejor con un objetivo concreto, muchas de ellas podrían ser fácilmente incluidas bajo más de un encabezado.

El tiempo que se requiere para completar cada actividad es variable. Algunas pueden ser realizadas en unos 10-15 minutos, según el número de personas que conformen el grupo y sus habilidades. Otras llevarán una o más sesiones.

Conviene asegurarse de cambiar los temas que se indican en cada actividad, para incluir, en su caso, cuestiones culturales y sociales, así como necesidades individuales del grupo en el que se desarrollarán. Debemos sentirnos también libres para adaptar las actividades a nuestro estilo personal y a los intereses del grupo.

Tener en cuenta a las personas y sus distintas habilidades

Necesitaremos llevar a cabo ajustes en las actividades teniendo en cuenta las distintas habilidades mentales y físicas. Pensándolo un poco, la mayoría de las actividades pueden ser simplificadas, o también planteadas de un modo más desafiante para el usuario.

Algunos miembros del grupo puede que necesiten ayuda para completar las fichas porque tienen problemas de visión o dificultades físicas, o porque carecen de la habilidad de lectura o escritura. Incluso en la era liberal de hoy en día, mucha gente mayor y, demasiado a menudo, incluso gente más joven, son reticentes, o se niegan, a tomar parte en actividades de grupo debido a sus problemas de lectura o escritura. Esto puede resolverse haciendo que trabajen en pequeños grupos o por pares, asegurándose de que cualquiera con dificultades es emparejado con un miembro del personal o alguien que sea sensible a sus necesidades.

Si conocemos bien a los miembros del grupo, seremos conscientes del apoyo o equipamiento que podemos necesitar para sentirnos cómodos mientras realizan una actividad.

Es importante proyectar entusiasmo, diversión y disfrute en las actividades, crear un clima de confianza y cohesión en el grupo y asegurar que los participantes serán discretos y tendrán un acuerdo de confidencialidad con respecto a cualquier revelación personal. Esto ayudará a que los individuos se sientan seguros al tomar parte de las actividades y a que entren en la dinámica en cuestión sin miedo ni reticencias.

Se ha previsto que las actividades se desarrollen en una variedad de escenarios. Esto implica un amplio rango de habilidades, edades, contextos y culturas. Algunas veces será mixto, otras no. Necesitaremos tener esto en cuenta al escoger las actividades, y al adaptarlas para hacerlas más apropiadas al grupo.

El facilitador, organizador o terapeuta ocupacional

Cada uno tenemos nuestro estilo y nuestros propios métodos a la hora de trabajar con grupos. Una actividad que a una persona le funciona con un grupo determinado quizás no le funcione bien a otra persona que está llevando un grupo distinto. Incluso puede que encontremos que la misma actividad con el mismo grupo recibe una respuesta diferente en días distintos. Conviene que tengamos en cuenta los siguientes puntos:

Pensar de antemano lo que vamos a hacer y planear las actividades.

Elegir actividades que podamos adaptar; que sean adecuadas al tamaño del grupo, al espacio disponible, y a los recursos y apoyo que podamos ofrecer.

Tener en cuenta las necesidades de los participantes y su capacidad para concentrarse e interactuar los unos con los otros. Es bueno que la actividad o sesión suponga un desafío, pero no que se prolongue demasiado; hay que ajustarla a cada caso.

Planificar la asistencia para quienes necesitan apoyo.

Asegurarse de que nos hemos familiarizado con la actividad y de que somos capaces de explicar lo que hay que hacer.

Hacer los preparativos con mucha antelación para que las personas no tengan que estar esperando.

Presentar la actividad de un modo adecuado, explicando por qué vamos a usarla.

Estar preparados para repetir y clarificar las instrucciones, varias veces si es necesario, para los que no las hayan oído o comprendido.

Ser generoso con las alabanzas y dar ánimos a los participantes.

Respetar el derecho de los participantes a no compartir sus sentimientos, emociones e información privada, si así lo desean.

Mantener el sentido del humor. A menudo esto será lo que arregle los problemas.

Al final de cada actividad o sesión, resumir lo que se ha logrado y hablar de ello si es necesario. Preguntarles si les ha gustado y si la han encontrado útil. Estos comentarios nos valdrán para la próxima vez que realicemos la actividad.

Ir con cuidado y hacer frente a posibles problemas

Es fundamental que las personas se sientan física y emocionalmente seguras. Establecer ciertas reglas de grupo, entre las cuales se cuente la confidencialidad, será de gran ayuda. Igualmente, hay que tener cuidado al tratar temas delicados o al sacar a colación experiencias personales, ya que se pueden disparar un gran número de emociones, desde la tristeza a la alegría, desde el enfado al gozo, desde el duelo a la euforia. ¿A quién podemos llamar si alguien se enfada o está teniendo un mal día y tiene que abandonar el grupo? Si se presenta algún tema que precisa apoyo profesional, ¿tenemos referencias a mano? Tenemos que planear nuestra evaluación de riesgos para el grupo, teniendo en cuenta los elementos de seguridad tanto física como emocional.

A causa de sus necesidades especiales, ¿requiere algún participante concreto una evaluación individualizada? Esto puede ser necesario, por ejemplo, en caso de discapacidad visual, ataques de pánico, enfermedades o dificultades de comportamiento. Nuestro plan debería contener de forma detallada qué acciones realizar para reducir los riesgos, emocionales o físicos, para esta persona o para otras, hasta un nivel aceptable. El entorno en el que trabajamos debería tener una normativa al respecto. Asegurémonos de que la obedecemos y respetamos.

En la mayoría de los grupos surgen problemas de vez en cuando. No siempre seremos capaces de prevenirlos, pero sí tendremos que solucionarlos cuando se planteen. He aquí unos cuantos problemas bastante comunes, con posibles soluciones.

Images Comentarios negativos y destructivos. Plantear una serie de normas básicas generales con los miembros del grupo, llegando a un acuerdo sobre qué es aceptable y qué no lo es, dentro del grupo. Asegurarnos de que estas normas incluyen qué comportamientos son aceptables.

Images Miembros del grupo que quieren que nosotros resolvamos todo. Devolver los comentarios o preguntas al grupo. Preguntar cosas como: “¿Cómo se sienten los demás miembros del grupo al respecto?” o “Alguien habrá tenido experiencias similares, ¿cómo se enfrentó a ellas?”. También se puede escribir la pregunta o afirmación en una pizarra y que el grupo vaya proponiendo posibles soluciones.

Images Personas que no se sienten a gusto o cómodas con la actividad. Interactuar y comunicarse con otras personas implica sentimientos y emociones; esto abre paso a todo tipo de posibilidades. Sin embargo, tiene que ser elección del participante expresarlas o no. Aceptemos lo que ellos consideran que pueden dar.

Images Con algunas de las actividades puede que se presenten asuntos que sean incómodos para los participantes. Hay que tener cuidado para no obligar a nadie a ir más allá de donde quiera ir. Si una persona muestra signos de agitación o de no estar a gusto con según qué temas, aceptemos su decisión respecto a hasta qué punto quieren participar. Puede limitarse a escuchar a los demás sin necesidad de contribuir personalmente.

Images Gestionar las emociones. Es posible que una actividad provoque fuertes respuestas emocionales en determinadas personas. Esto puede activarse a reflexionar sobre experiencias del pasado que evocan recuerdos dolorosos. Cada situación necesitará una respuesta distintas. He aquí unas cuantas sugerencias:

Dar confianza a la persona diciéndole que no pasa nada por manifestar emociones en el grupo.

Hacer una pausa para tratar la situación o para romper la tensión.

Si es necesario, pedir a un compañero que saque a la persona del grupo para tomarse un café o para hablar. No obstante, asegurarse de que el compañero vuelve a traer al participante; o que alguien regrese, para confirmar a los otros miembros del grupo que todo va bien.

Reconocer ante el grupo lo que ha pasado y tratar con ellos sobre formas de apoyar a alguien que tenga un disgusto en el futuro. Preguntar a los miembros del grupo cómo les gustaría que les traten cuando se enfadan. Las personas tienen gustos distintos al respecto: a un participante quizás le guste que le dejen tranquilo unos minutos para recomponerse; a otra persona tal vez le gusta que alguien le dé ánimos.

Tener una conversación al respecto con la persona después de la actividad. Puede que haya alguna cuestión que sea preciso hablar con un especialista profesional. Un grupo general no es el lugar adecuado para tratar asuntos extremadamente delicados como el abuso, las autolesiones, las tentaciones de suicidio o la violencia doméstica.

Images Cuando nadie quiere hablar. A veces, al tratar temas difíciles, los participantes pueden ser reacios a hablar. Todos se sienten incómodos y hay una atmósfera de ansiedad. Algunas personas puede que no quieran hablar. Quizás no se haya desarrollado la confianza suficiente entre los miembros del grupo para gestionarlo. Si sucede esto, o si la actividad del grupo se atasca por cualquier motivo, podemos intentar lo siguiente:

Hablar sobre lo que nos parece que va mal. Se puede comenzar diciendo algo así: “Creo que algunos os estáis sintiendo un poco incómodos porque…”. Expresar el problema y hablar sobre ello, a veces ayuda a las personas a poner nombre al asunto y a sentirse algo menos incómodas.

Preguntar a los miembros del grupo qué es lo que ellos creen que va mal. Podemos preguntárselo directamente a todos o dividirlos en pequeños grupos de tres o cuatro personas para hablar sobre lo que va mal y comentarlo luego con todos los participantes.

Enfrentarse al asunto diciendo abiertamente cómo nos sentimos; por ejemplo: “Creo que la actividad no está yendo bien. ¿Podéis ayudarme para hacer las cosas mejor?” Si animamos a las personas a tratar de frente el problema, abiertamente, se puede trabajar sobre él.

Volver a asuntos seguros a un nivel menos personal hasta que se haya adquirido más confianza y las personas se sientan más cómodas.

Images Cuando una persona monopoliza la conversación. Darle las gracias a la persona dominante por sus observaciones y pedir a otra persona que hable. También es posible adoptar la regla general de que cada persona disponga de un límite de tiempo para explicar sus ideas. O bien, para evitar que determinadas personas monopolicen las actividades, podemos invitar a los participantes a trabajar en grupos pequeños o en parejas. Si se sigue dando este comportamiento, podemos hablar con la persona aparte. Concentrarse siempre en el comportamiento, no en la persona. Decir algo como: “Tu aportación al grupo es muy valiosa, pero no les estás dando otras personas la oportunidad de expresar sus puntos de vista”.

Finalmente

Espero que este libro ilumine nuestra imaginación para crear otras actividades que ofrezcan marcos seguros en los que las personas puedan comunicarse de forma positiva, manifestar sus sentimientos y deseos para el futuro, enfrentarse a situaciones difíciles, encontrar respuesta a sus necesidades, mantener su bienestar espiritual y físico, pasarlo bien y crecer en calidad de vida. Ojalá alcancemos todos nuestros objetivos.

Identificar puntos fuertes, intereses, esperanzas y sueños

Actividades para mantener una actitud positiva

Beneficios de seguir estando activos

Objetivo

Explorar los beneficios que conlleva seguir estando mental y físicamente activos.

Vamos a necesitar

Una pizarra o panel y tizas o rotuladores de colores.

Cómo se hace

Preguntarles a los miembros del grupo qué tipos de actividades, tanto activas como creativas, han hecho en el pasado para relajarse, como pasatiempo o para pasárselo bien. Escribir lo que vayan comentando en la pizarra. Algunos ejemplos:

» Crucigramas.

» Dibujar.

» Ir de paseo.

» Escuchar música.

» Jardinería.

» Decoración.

» Floristería.

» Jugar al fútbol.

Cuando se haya creado una lista larga. Escríbelas en la pizarra y pregúntales qué beneficios se derivan de estas actividades. Entre los beneficios se podrían incluir:

» Me ayudó a relajarme.

» Me animó y aumentó mi autoestima.

» Me sirvió para conocer gente nueva y hacer amigos.

» Hizo que me mantuviera bien de la cabeza.

» Me ayudó a mantenerme en forma.

» Me sirvió para bajar de peso.

» Acabó con el aburrimiento.

» Dormí mejor.

» Me mantuve más ágil e independiente.

» Caminar siempre me ayudó a pensar bien las cosas.

» Hacer ejercicio eliminaba las tensiones

» Me dio compañía.

» Me infundió confianza.

Cuando esta lista esté completa, preguntar: “¿Qué sucede si no hacemos a menudo estas cosas?” Escribir sus comentarios en la pizarra. Pueden ser como los siguientes:

» Nos deprimimos o andamos con la moral por los suelos.

» La cabeza deja de funcionarnos tan bien como debería.

» No nos sentimos bien con nosotros mismos.

» Somos menos capaces de concentrarnos.

A continuación, preguntamos: “Si nos mantenemos mental y físicamente activos ahora, ¿cuál será el resultado?” Las respuestas pueden ser como las siguientes:

» Es menos probable que nos deprimamos.

» Seremos capaces de concentrarnos mejor.

» Probablemente tendremos menos problemas de memoria.

» Seremos capaces de dormir mejor.

» Nos sentiremos más relajados.

» Seremos independientes durante más tiempo.

Comentarios

Si trabajamos con un grupo grande, en vez de escribir en una pizarra o en un panel, podemos dividir el grupo en dos o más grupos pequeños y darles hojas grandes de papel con rotuladores con los encabezados: “Actividades de ocio, activas y creativas, que he hecho en el pasado”, “Beneficios derivados de estas actividades”. “Qué sucede si no lo hago a menudo”. “El resultado si me mantengo mental y físicamente activo”.

Cada grupo pequeño debate y completa sus hojas. Al terminar, volver a reunir a todo el grupo y que cada grupo pequeño exponga sus resultados.

En vez de pedir a los participantes que indiquen una cosa que pueden hacer para seguir estando más activos física y mentalmente, podemos utilizar esta actividad unida a la siguiente actividad: “Hacer cambios para seguir estando activos”, que ofrece un método para trabajar con personas e introducir pequeños cambios.

Hacer cambios para seguir estando activos

Objetivo

Identificar hobbies, intereses y actividades que los participantes quieren practicar en el futuro para mantenerse mental y físicamente activos.

Vamos a necesitar

Una pizarra o panel y un rotulador; copias del material “Hacer cambios para seguir estando activos” y bolígrafos.

Cómo se hace

Si todavía no hemos hecho la actividad anterior, “Beneficios de seguir estando activos”, comenzar invitando a los miembros del grupo a mencionar tipos de actividades y actividades creativas con las que han disfrutado en el pasado o que querrían hacer ahora. Escribir las sugerencias en la pizarra.

“Hacer cambios para seguir estando activos”