SUMARIO

Ensayos
458

JOHANN ADAM MÖHLER

El celibato sacerdotal

Introducción, traducción y notas a cargo de
Pedro Rodríguez y José R. Villar

ISBN DIGITAL: 978-84-9920-802-2

Título original
Beleuchtung der Denkschrift für die Aufhebung
des dem katholischen Geistlichen vorgeschriebenen Cölibates

© 2012
Ediciones Encuentro, S. A., Madrid

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NOTAS

1 Denkschrift für die Aufhebung des den katholischen Geistlichen vorgeschriebenen Cölibates. Mit Drei Actenstücken, Druck und Verlag von Friedrich Wagner, Freiburg/Br 1828.

2 Juan J. DUTTLINGER (1784-1841), Presidente desde 1831 del Parlamento de Baden, Catedrático en Friburgo desde 1820, tuvo gran influencia en los planteamientos regalistas del Gran Ducado. —Carlos W. R. ROTTEK, conocido liberal de la época (1775-1840), Profesor de Derecho Natural en la Universidad de Friburgo, destacó ya en 1820 por ser uno de los promotores de los llamados «Sínodos mixtos» de sacerdotes y laicos para emprender una reforma eclesiástica frente a la curia episcopal. Siempre tuvo una fuerte actividad contra el celibato de los sacerdotes, de la cual es una prueba el Memorial; después, en 1831, encabezó otro movimiento en la Cámara de Diputados con el mismo objetivo, pero fracasó. Vid. FRANZEN, 363-364.— El escrito estaba firmado por once Profesores de Universidad (entre los cuales, Amman, Rottek y Zell), el Secretario de la Universidad, ocho abogados, un Profesor de Instituto y dos médicos, y llevaba fecha de 20-IV-1828. Los autores del Memorial eran, según asegura A. Franzen (p. 359), los Prof. Zell y Amman, miembros no de la Facultad de Teología, sino de las Facultades de Filosofía y de Derecho respectivamente. Su condición de no teólogos es acentuada por Möhler. A sus cursos universitarios asistían, sin embargo, algunos estudiantes de Teología. —Carlos ZELL (1793-1873), profesor de filología en Friburgo, erudito que adquiriría prestigio con los años, debía ser «la otra mano más lúcida» que Möhler nota en las páginas 56 a 62 del Memorial. Vid. infra nota 128.

CAPÍTULO 1

3 Möhler se expresó con profundidad, impropia de la época, acerca del papel de los laicos en la Iglesia en el Apéndice XIII de su La unidad en la Iglesia, titulado «Participación de todos los cristianos en la dignidad sacerdotal» (Ed. P. Rodríguez - J. R. VILLAR, Pamplona 1996, pp. 402-415). Desde el planteamiento reciamente espiritual, de unión profunda con Cristo, que el autor hace en esas páginas, se comprende que la actuación «eclesial» de estos laicos de Friburgo produjera a Möhler verdadera desolación.

4 Alude Möhler a los acuerdos de la Santa Sede con los Estados de la Alemania del Sudoeste, después de la remodelación del mapa europeo en el Congreso de Viena, acuerdos orientados a hacer coincidir las jurisdicciones eclesiásticas con las fronteras de los nuevos Estados (que, por otra parte, rezumaban ideas de tipo galicano). Concretamente se trata de la Bula Provida Sollersque (a. 1821), por la que se establece la provincia eclesiástica del Alto-Rhin, con el Arzobispado de Friburgo de Brisgovia (para el Ducado de Baden), y los obispados sufragáneos de Maguncia (para el Gran Ducado de Hessen-Darmstadt), Fulda (para el Principado de Hessen y Sajonia-Weimar), Limburg (para Nassau y Frankfurt) y Rottenburg (para el Reino de Württemberg); y la Bula Ad Dominici gregis custodiam (a. 1827), que sigue al acuerdo de 1827, por el que se regula el sistema de elección de obispos y se cubren todas las sedes (vid. W. NEUSS, La Iglesia en la Edad Moderna y en la actualidad, Madrid 1962, 494-495). Fue nombrado arzobispo de Friburgo Bernhard Boll, hasta entonces párroco de la Catedral. El gobierno de Baden publicó las dos bulas, bajo reserva de los principios contenidos en la ley conocida con el nombre de Kirchenpragmatik, de 1827. Vid. infra nota 202 y L. A. VEIT, Bade en DHGE 6 (1932) 121-129.

5 Engelberto Klüpfel, O.S.A. (1733-1811), profesor de Dogmática durante 40 años, piadoso y erudito, pero sin genio y proclive a la línea eclesiástica de José II, configuró la Dogmática en Friburgo en la época que enjuicia Möhler. A Klüpfel le sucede Bonifacio M. SCHNAPPINGER (1762-1832), que enseña hasta 1821, en que fue obligado a dimitir por la baja calidad de su enseñanza. Cuando Möhler escribe su Beleuchtung, la Dogmática está en Friburgo a cargo de Luis BUCHEGGER (1796-1865), que se mantiene en la cátedra hasta 1837, y al que Möhler dice no conocer. En todo caso, el contemporáneo de Sistemática en Friburgo más enemigo del celibato y de las doctrinas ortodoxas era el moralista H. SCHREIBER (1793-1872), profesor desde 1826 hasta 1836, en que se le quitó la venia docendi. En su manual de Teología moral (2 vol., 1831-32) califica al celibato «de antinatural, injusto e inmoral». En 1845 abandonó la Iglesia Católica y se casó (Franzen, 363). En realidad, «no se encuentra el nombre de un sólo científico de categoría entre todos estos teólogos dóciles a la línea teológica que el Estado favorecía» (SCHNABEL, 62).

6 En francés en el original.

7 El profesor de Historia de la Iglesia en Friburgo, al que Möhler tiene in mente mientras escribe, es sin duda Carlos A. von Reichlin-Meldegg (1801-1877), que tomó posesión de la Cátedra ese mismo año 1828. Su magisterio fue, en efecto, corrosivo, con un planteamiento racionalista e incrédulo, que llevó a que se le retirara la venia docendi en 1832, pasando después al Protestantismo y contrayendo matrimonio. Möhler haría una aguda recensión del manual de historia de la Iglesia en el que Reichlin-Meldegg recogía sus lecciones de cátedra (vid. TThQ 13 [1831] 103-137). En 1826 la Universidad de Friburgo había ofrecido a Möhler —a elegir— las cátedras de Historia de la Iglesia y de Teología moral. Las rechazó, al parecer —y según la información del Decano de aquella Facultad en texto de 1-VIII-1827—, porque «Möhlerum animo esse a nobis alienum, qui iam audisset Universitatem nos tram agitari factionibus et mutuis simultatibus dicerpi, in qua rerum perturbatione vivere tranquille difficille sit» (Aktenstücke, I, 148).

8 Ignacio H. von WESSENBERG (1774-1860) es el personaje clave de la Ilustración eclesiástica en la época de Möhler. Si bien éste no le nombra en su Beleuchtung, todo lo que dice del clima eclesiástico e intelectual de Friburgo hay que ponerlo en directa relación con Wessenberg. El fue el alma de estas «Conferencias» a las que se refiere Möhler y él es, sin duda, a quien se alude al hablar de la reforma pro movida «desde arriba». En 1800 había sido nombrado por el Arzobispo Dalberg —el último obispo príncipe elector del Imperio— Vicario general de Constanza, orde nado sacerdote en 1812 y nombrado después (1815) coadjutor de Constanza. Muerto Dalberg, fue elegido Vicario Capitular, cargo que, a pesar de haber sido in validado el nombramiento por la Santa Sede, ejerció hasta la creación del Arzobis pado de Friburgo en 1827 (vid. supra nota 4). El órgano que extendía por escrito las famo sas «conferencias» para el clero era el Archiv für die Pastoralconferenzen in den Landcapiteln des Bisthums Constanz.

9 Estas palabras contienen una profunda crítica a la mentalidad ilustrada en su dimensión cristiana: frente al moralismo racionalista que la Ilustración propugna, Möhler afirma la necesidad de que la razón sea transformada por la gracia divina y desde ella mirar toda la realidad con la mirada de la fe.

10 Hch 11, 24. El texto original de los Hechos dice: πνεύματος ἀγίου.

11 Primera estrofa del himno Veni, Creator, que se canta en las vísperas del Domingo de Pentecostés. El texto siguiente corresponde a las estrofas 6, 7 y 8 de la secuencia Veni, Sancte Spiritus, que se leía, y se lee, en la Misa de Pentecostés.

12 Thohu vabohu. Expresión hebrea introducida en el lenguaje alemán y hoy en desuso. Significa «confusión, maraña, caos». Procede de Gn 1, 2: «La tierra era algo caótico (tohu) y vacío (bohu) y tinieblas cubrían la superficie del abismo, mientras el Espíritu de Dios se desplegaba sobre la superficie de las aguas». El pensamiento de Möhler en este párrafo se inspira en este texto bíblico, que aplica analógicamente a la situación que está describiendo: lo que hace falta son hombres que se llenen del Espíritu Santo y así puedan desplegar su fuerza creadora sobre el confusionismo de la sociedad.

13 San Agustín de Hipona, San Juan Crisóstomo y San Hilario de Poitiers. Raterio (887-974), obispo de Verona, quizá el hombre más culto de su época, consagró su vida y sus obras «a hacer triunfar, frente a todos y contra todos, la causa que le era querida: la verdadera reforma de la Iglesia» (E. AMANN, Rathier de Verone, en DTC 13 [1937] 1688).

14 El texto pertenece al tradicional prefacio de Cuaresma, hoy prefacio IV.

15 El Seminario de Meersburg era el gran instrumento de que disponía Wessenberg para someter al clero de su extensa jurisdicción a la línea reformista que se había trazado. Él residía allí con frecuencia y llevaba de hecho la dirección espiritual, caracterizada por eliminar cualquier rastro de «espíritu monacal»: la educación de los futuros sacerdotes era mundana y naturalista; ascesis, celibato y recitación del breviario eran objeto de crítica. —La tesis de Möhler es nítida: los principios doctrinales de Friburgo y Meersburg están en la base de lo que sucede en el clero de Baden.

16 Der Freimüthige (literalmente: franco, sincero) era una revista, fundada en Friburgo y publicada de 1782 a 1788, caracterizada, en efecto, entre otras cosas, por sus ataques al celibato. Ver, por ejemplo, en el vol. II, las pp. 416-424; 425ss; 551-555.

17 Benito M. Werkmeister (1745-1823), benedictino hasta 1791, representante de la Ilustración en su línea más radical, fomentó el absolutismo regalista del Gran Duque de Württemberg, en cuya corte era el predicador oficial, manteniendo posiciones en materia disciplinar y dogmática gravemente erróneas: divorcio, negación de la infalibilidad de la Iglesia, etc. En lo relativo al celibato escribió en 1803 la obra Vorschlag, wie in der deutschen kath. Kirche die Priesterehe allmällich eingeführt werden könnte (Proyecto para la progresiva introducción del matrimonio entre los sacerdotes de la Iglesia católica alemana). Tuvo una gran influencia en la vida eclesiástica de su época. Vid. HURTER, V/1, 1043-1046. —Fridolin Huber (1763-1841), Doctor en Teología por Friburgo, típico representante de la mentalidad de la Ilustración en la línea de Wessenberg, era Regente del Seminario de Rottenburg en el curso 1827-28, es decir, cuando se produce el «affaire» de Friburgo. Intervino en el movimiento anticelibatario activamente. Fue en Württemberg uno de los jefes del movimiento de «Sínodos mixtos» (vid. nota 2). Su amigo F. G. Weinmann, párroco de Sulgen, encendió la discusión sobre el celibato con su opúsculo Frage: Soll der Cölibat der katholischen Geistlichen ferner fortbestehen oder soll er aufgehoben werden? (Cuestión: ¿debe mantenerse en lo sucesivo el celibato de los sacerdotes católicos o debe ser abolido?), Tubinga 1820, donde sostenía que el celibato es contrario a la razón y a la revelación. La recensión favorable que J. H. Hirscher hizo de esta obra en la revista de la Facultad católica de Teología de la Universidad de Tubinga (TThQ 2 [1820] 637-670) enfrentó a este último con Möhler, que en la Beleuchtung tiene, sin duda, presente también a su colega tubinguense de Teología Pastoral.

18 Efectivamente, en los últimos años se aproximó a la doctrina católica, pero manteniendo siempre una actitud regalista. Cf. HURTER, V/1, 1044.

19 Thomas Freikirch, pseudónimo utilizado por Werkmeister para publicar su obra Freimüthige Untersuchung über die Unfehlbarkeit der katholischen Kirche (Sincera investigación sobre la infalibilidad de la Iglesia Católica), Frankfurt-Leipzig 1792. Vid. HURTER, 4/1, 279 y 1044.

20 Flp 4, 13: «Todo lo puedo en aquel que me conforta».

21 Möhler alude a la doctrina del Concilio de Trento sobre la preparación a la justificación. Cf. Decretum de iustificatione, cap. 5 y cánones 3, 4 y 5 (DS 797/1525 y 813-815/1553-1555).

22 J. Ph. Trefurt (1769-1841), Superintendente General y predicador en la Johanneskirche de Göttingen, es uno de los profesores de aquella Universidad a los que conoció y trató Möhler durante su viaje de estudios 1822-23. Cf. Aktenstücke, I, 75.

23 La rima, claro está, es en alemán: Zweifel (duda) y Teufel (diablo). Felipe K. Marheinecke (1780-1846), teólogo protestante de escuela hegeliana, era profesor en Berlín cuando aparece la Beleuchtung. Möhler le había conocido y tratado durante su citado viaje de estudios. Contra sus planteamientos escribiría Möhler años después su más célebre obra, Symbolik: vid. Simbólica o Exposición de las diferencias dogmáticas de católicos y protestantes según sus públicas profesiones de fe, introd. y notas de Pedro RODRÍGUEZ y José R. VILLAR, Cristiandad, Madrid 2000.

24 Möhler describe en dos pinceladas la difícil situación psicológica de los que se preparan para el sacerdocio en un clima de ataques al celibato, provenientes de los mismos medios teológicos y pastorales en que se forman los candidatos. No se puede, en efecto, asumir vocacionalmente el celibato si, al presentarlo a los candidatos al sacerdocio, se le priva de su sentido sobrenatural y de la alegría de la entrega. «¿Qué se puede esperar?», se pregunta Möhler. La respuesta es clara: o una vida sacerdotal acobardada, o las defecciones.

25 La realidad que testifica la auténtica espiritualidad católica de todos los tiempos es exactamente la inversa: «No podéis desconocer que sólo entre los que comprenden y valoran en toda su profundidad cuanto acabamos de considerar acerca del amor humano [noviazgo y matrimonio], puede surgir esa otra comprensión inefable de la que hablará Jesús (cf. Mt 19,11), que es un puro don de Dios y que impulsa a entregar el cuerpo y el alma al Señor, a ofrecerle el corazón indiviso, sin la mediación del amor terreno» (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, Madrid 1969, n. 122).

26 Memorial, p. 5: «Estas páginas no son sólo expresión de un intento literario individual; por el contrario, han de ponerse en estrecha relación con las tres peticiones anejas, a manera de una justificación de las mismas que se ofrece a la opinión pública».

CAPÍTULO 2

27 El Memorial dedica al estudio del celibato en el NT cuatro escasas páginas (pp. 7-11). Möhler, por el contrario, va a considerar detenidamente los pasajes que los friburguenses despachan con superficialidad manifiesta. Möhler era bien consciente de que, cualesquiera que fuesen las motivaciones del celibato sacerdotal testificadas por la historia posterior, la palabra del NT es normativa siempre y decide en cada momento. De ahí su empeño en esta sección de su Beleuchtung.

28 El análisis de Mt 19, 12, en Memorial, pp. 7-8. La frase citada, en p. 8, línea 1.

29 El texto corresponde al antiguo prefacio de Pentecostés (Möhler omite el verso «sedensque ad dexteram Patris»). Hoy el texto se encuentra en la Praefatio I de Spiritu Sancto, con la sola variante del adjetivo paschalibus, intercalado entre profusis y gaudiis.

30 Memorial, p. 8, líneas 3-8.

31 Cf. Mt 19, 3-9.

32 Cf. Mt 19, 10.

33 Mt 19, 11.

34 Cf. Mt 19, 12.

35 «En tiempo de Nuestro Señor existían dos escuelas que estaban divididas acerca de lo que constituía motivo suficiente para el divorcio, en el sentido pleno de la palabra. Los partidarios del Rabí Sammay lo permitían únicamente cuando había habido adulterio. Los de Hillel (el contemporáneo precristiano de Sammay) lo permitían por razones menos graves, e incluso triviales (vid. A. EDDERSHEIM, The Life and Times of Jesus the Messiah, London 1927, II, p. 331-5). La controversia giraba en torno a la interpretación de Dt 24, 1... La pregunta de los fariseos equivale a: ¿Está Hillel en lo cierto? ¿Puede tolerarse el divorcio hecho por cualquier causa que sea?, o: ¿Está permitido a un hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?» (B. ORCHARD y otros, Verbum Dei. Comentarios a la Sagrada Escritura, III, Herder, Barcelona 1957, p. 426).

36 Mt 13, 11-13.

37 No habrá pasado oculto al lector el rigor dialéctico del razonamiento de Möhler. En todo caso, es importante subrayar que, para Möhler —y pienso que es correcta la exégesis del texto—, el matrimonio, vivido ahora como en el principio, lo mismo que el celibato, son dos realidades que proceden de una «comprensión» que trasciende a la visión meramente humana de la vida, que es la que manifiesta la exégesis de los redactores del Memorial. Sobre este punto, en cuanto que afecta al matrimonio, volverá Möhler más adelante. Cf. infra V, A, 4.

38 Para seguir bien las consideraciones de Möhler en estos párrafos es conveniente una lectura previa del capítulo paulino.

39 Memorial, p. 9, líneas 7-8.

40 Vid. Memorial, p. 9, líneas 9-10: um der gegenwärtigen Noth willen. 1 Co 7, 26-27: «Entiendo que, a causa de la inminente necesidad, lo que conviene es quedarse como uno está: ¿estás ligado a una mujer? No busques la separación. ¿No estás ligado a mujer? No busques casarte».

41 Möhler transcribe en griego esas palabras de San Pablo: «Si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, ἐν ἐιδωλειω κατακειμενοι, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que es débil, a comer de lo sacrificado a los ídolos?» (1 Co 8, 10). Möhler hace notar que la convivencia de paganos y cristianos era tan natural que, según el texto paulino, éstos no tenían inconveniente en comer con aquéllos la carne sacrificada a los ídolos. Esta situación provocó algunos problemas de conciencia que son los abordados por el Apóstol en ese cap. 8.

42 Cf. Hch 18, 12-17. Incluso, dicen los Hechos (v. 18), «Pablo se quedó allí todavía bastantes días».

43 1 Co 7, 1: «Bueno es para el hombre no tomar mujer».

44 1 Co 7, 7: «Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su propio don (χαρισμα): unos, de una manera; otros, de otra».

45 1 Co 7, 5: «No os neguéis el uno al otro, sino por cierto tiempo, para daros a la oración».

46 La lección que recoge Möhler de este versículo: «al ayuno y a la oración», no es la más segura críticamente. Pero refuerza su argumentación al agregar: «al ayuno».

47 1 Co 7, 28: «Si te casas, no pecas, y si una virgen se casa, no peca. Sin embargo, así tendrán la tribulación en la carne, que yo querría evitaros»

48 1 Co 7, 28a. El texto griego que cita Möhler dice γημης en vez de γαμησης, que es la lectura que recogen las ediciones críticas modernas.

49 1 Co 7, 38: Möhler prescinde aquí, por razones dialécticas, no por razones críticas, de la expresión τἡν ἑαυτου παρθένον, a su doncella. En cambio, ἐκγαμιζων tiene menos garantías que la lección ordinaria: γαμιξων. En cualquier caso, estas variantes no afectan al sentido de la frase.

50 Cf. 1 Co 4, 13: «hemos venido a ser como basura del mundo, desperdicio de todos hasta ahora».

51 Vid. supra notas 45 y 46.

52 Möhler da el texto en griego: ἡ γαρ ὡρα προς τας ἀνξησεις των χυνων κρατιστη ἀυτε εισιδε τετταρες και δεκα ἠμραι, ἐν ἁις ἡ ἁναγκη ἁυτε ἐχει. «Xenoph. de venat. c. VII». Una errata en el texto de Möhler (allí se lee Heroph. en vez de Xenoph.) ha dificultado la localización de este pasaje. Se trata de JENOFONTE (431-354) y el libro citado es uno de sus opúsculos, El cinegético (Xenophontis opera omnia, ed. E. C. MARCHANT, Oxford 1966, vol. V, cap. VII, v. 1, líneas 1-3). Para la versión castellana del texto vid. edición bilingüe francesa de E. DELEBECQUE, Paris 1970, p. 77).

53 El Lexicon Xenophonteum de F. W. STURZ, Leipzig 1801 (reprinted Hildesheim 1964), recoge el texto citado por Möhler con la misma acepción de αναγκη que le otorga éste último en base al Lexicon de Weiske, que es el que él maneja: «singularis autem dicitur de naturae instinctu» (vol. I, p. 190). Es la misma acepción que, como hemos visto, recoge Delebecque.

54 Como se ve, Möhler es contundente al poner de manifiesto lo insostenible de la interpretación que hace el Memorial de la «inminente necesidad» de 1 Co 7, 26. La interpretación que Möhler propone —aparte de la mayor o menor exactitud de la traducción que ofrece— coincide con la que será común entre los exegetas católicos. Cf. La Sagrada Escritura. Nuevo Testamento II (Madrid, BAC n° 211, 1963) p. 395. — Lucio Flavio Arriano ‘Xenophon’ (ca. 86-160), conocido también como Arriano de Nicomedia, historiador romano, es, con su célebre Anabasis, la fuente principal acerca de Alejandro Magno (Flavii Arriani quae extant omnia, edidit A.G. ROOS, Lipsiae 1928). Escribió también, inspirado en el Kynegetikós de Jenofonte, un tratado de caza, que es al que se refiere Weiske.

55 1 Co 7, 40.

56 Möhler agrega entre paréntesis: ὁυχ ίνα βροχον ύμιν ἐπιβαλω, no para tenderos un lazo (1 Co 7, 35).

57 1 Co 9, 5: «¿Acaso no tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer hermana, lo mismo que los demás apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?».

58 El texto de la mujer hermana admite, en efecto, diversas interpretaciones. La que Möhler hace suya es la más tradicional, que sigue siendo la de la mayoría de los autores: «en cuanto a la ἀδελφην γυναικα —escribe F. VERNET, Célibat ecclésiastique, en DSp, II/1, p. 386—, la traducción correcta es una mujer hermana, es decir, una cristiana, no una hermana que sea nuestra mujer, igual que en Hch 15, 7 ἀνδρες ἀδελφοι, significa cristianos». «No tiene fundamento alguno, ni en el contexto, ni en la tradición representada por los antiguos expositores, la opinión de algunos críticos que suponen tratarse de las esposas de los apóstoles» (Biblia comentada, t. VI [L. Turrado], Madrid, BAC n° 243, 1965, p. 416). Que se trata de las esposas sostiene BAC n° 211 (obra citada supra en nota 54), p. 406.

59 Cf. 1 Co 9, 19-23.

60 Memorial, p. 9, línea 22.

61 Cf. 1 S 10, 9-12 y 19, 24.

62 1 Co 9, 24-27.

63 Tanto el Memorial como la Beleuchtung dicen 1 Tm 3, v. 21: en realidad, es el v. 2: «es, pues, necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, dueño de sí, sensato, digno en su porte, hospitalario, idóneo para enseñar». Tt 1, 6: «que sea irreprochable, marido de una sola mujer, cuyos hijos sean creyentes, no tachados de mala conducta o indisciplinados». El Memorial cita también 1 Tm 3, 12, donde se recoge la misma expresión (marido de una sola mujer) para los diáconos.

64 La interpretación de Teodoreto, que rechaza totalmente Möhler, se encuentra en su Comentario a la 1 Tm, 1 Tm 3, 2 (PG 82, 804-805) y procede de Teodoro de Mopsuestia (vid. GRYSON, 75).

65 Para este tema en el Nuevo Testamento, y en concreto, en San Pablo, vid. KITTEL, IV, 741-743 (F. HAUCK).

66 1 Co 7, 39-40: «La mujer está sujeta al vínculo todo el tiempo que viva su marido; mas si el marido muriese, queda libre para casarse con quien quiera, sólo que sea en el Señor. Será, con todo, más dichosa, si permaneciere así, siguiendo mi consejo. Que también yo pienso tener el Espíritu de Dios».

67 1 Tm 4, 2-3: «...inducidos por la hipocresía de algunos impostores..., que proscribirán el matrimonio...». Vid. Memorial, p. 11, líneas 12-13.

CAPÍTULO 3

68 En las pp. 12 y 13 del Memorial se sostiene la tesis que, con cita literal tomada de p. 12, líneas 9-15, Möhler acaba de expresar. El autor o los autores no aportan una sola prueba. El tema, sin embargo, da ocasión a Möhler a expresarse detenidamente sobre esos puntos en una extensa sección que hemos titulado así: «Paganismo, judaísmo y gnosticismo en la interpretación del origen del celibato».

69 San Jerónimo cuenta detenidamente este episodio, en el que oyó las palabras acusadoras: «Ciceronianus es, non christianus» (San JERONIMO, Ep. 22 ad Eustochium, 30; ed. Labourt I, p. 144-146).

70 La obra clásica sobre el tema sigue siendo E. FEHRLE, Die kultische Keuschheit in Altertum, Giessen, 1910.

71 La descalificación total de las religiones es una postura clásica entre los Reformadores protestantes. Lutero, en concreto, las identifica con el intento humano de justificación por las obras. Modernamente, K. Barth (primera época), D. Bonhoeffer, etc., han reverdecido las estrictas posiciones protestantes, al identificar la religión y las religiones como hybris y pecado, y contraponerlas a la Revelación y la fe. De ahí la tesis de que el cristianismo no es una religión y de que un mundo sin religión es más receptivo a la fe. —Möhler ha visto perfectamente esta actitud protestante y ha comprendido a la vez la doctrina católica, que sería expuesta, un siglo después y de manera solemne, por el Concilio Vaticano II en su Declaración Nostra Aetate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Ver especialmente el n. 2 de este documento. —Todo este párrafo de Möhler sobre paganismo y cristianismo se mueve en plena coherencia con el estilo «católico» de contemplar «las religiones» y su relación con el cristianismo. Para aspectos concretos de la interpretación möhleriana de los datos históricos caben, sin embargo, opiniones muy diferentes. Vid. M. Guerra, Historia de las religiones, 3 tomos, Pamplona 1980.

72 2 Co 8, 9: «Ya conocéis la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, que, por vosotros, siendo rico, se hizo pobre, para que vosotros os hicierais ricos con su pobreza».

73 El Concilio Vaticano II ha hecho hincapié en la fuerza expresiva de los mitos indios: «En el hinduismo, los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos...» (Decl. Nostra Aetate, n. 2/a).

74 Jorge F. CREUZER (1771-1858), filólogo e historiador de las religiones, profesor en Heidelberg, jefe y principal representante de la «escuela simbólica» de la historia de las religiones. Su obra principal es la que cita Möhler: Symbolik und Mythologie der alten Völker, besonders der Griechen, 2 vol., Leipzig, 1810-1812; 2ª ed. 4 vol., Leipzig, 1819-1823: esta edición es la que utiliza Möhler. Para una valoración de Creuzer y su escuela, vid. H. PlNARD DE LA BOULLAYE, El estudio comparado de las religiones, I (Madrid 1940) 267-282. La interpretación alegórica de Creuzer y su escuela no tiene hoy vigencia, pero tuvo una gran influencia en la Alemania de su época. Vid. GOYAU, I, 336-341. —Como puede verse, Möhler utiliza en favor de sus tesis la obra de Creuzer. Previamente el Memorial (p. 12, nota al pie) había descalificado el pasaje sobre «el celibato del sacerdote en las antiguas religiones naturales» del que Möhler aquí saca partido. Las fuentes que Creuzer cita para su narración de la creación son: W. JONES, Asiathischen Untersuchungen (original inglés Asiatic Researches), I, pp. 197ss.; FR. SCHLEGEL, Sprache und Weisheit der Indier, 1808, pp. 274ss.; y, finalmente, A. POLIER, Mythologie der Indier, I, pp. 163ss. La fuente de todos ellos es la cosmogonía bramánica que se encuentra en el primer libro del Código de Manú. Una excelente descripción del mismo en Manú (Código de), Enciclopedia Espasa, t. XV, pp. 1056-1064.

75 El primer sacerdote de los eleusinos es el «hierofante» (ιεροφάντης). Sobre el tema, la obra fundamental sigue siendo P. FOUCART, Les Mystères d’Eleusis, Paris 1914.

76 Juan Meursius (1579-1639), arqueólogo y filólogo holandés, profesor de la Universidad de Leyden, estudioso de la antigüedad griega. Guillermo de Sainte-Croix (1746-1809), escritor francés, miembro del Instituto de Francia, autor de unas Recherches historiques et critiques sur les mystères du paganisme (1784), utilizadas aquí por Creuzer. Silvestre de Sacy (1758-1838), insigne orientalista francés, que contribuyó a descifrar los jeroglíficos egipcios. El texto de Creuzer a que se refiere Möhler está en p. 483 y no 482. Dice así: «Ehelosigkeit scheint von ihm nicht gefordert worden zu seyn, aber dass er nur Einmal verheiratet war, und nach Erlangung seiner Würde die eheliche Gemeinschaft mied».

77 Sobre las vestales y su virginidad, vid. J. A. HILD, Vestalis, virgo vestalis, vestalia, en DAGR, V, 752-761 y C. Koch, Vestales, en RECAW, VIII/A2, 17321753. Más brevemente, F. König, Diccionario de las Religiones, Barcelona 1964, pp. 1434ss. (voz Veste).

78 Franz J. Mone (1796-1871), estudioso de las tradiciones de la antigua Germania, fue profesor de las Universidades de Heidelberg y Lovaina; su obra está inspirada en las ideas de Creuzer. La obra de Mone a la que alude Möhler constituye los vol. 5 y 6 de la 2ª edición de la gran obra de Creuzer antes citada. Mone, en el lugar citado, cree poder establecer la existencia de sacerdotisas vírgenes en el paga nismo escandinavo. Se basa en el estudio de las sagas, que cita en la bibliografía a pie de página.

79 Tácito, en sus Historias, 4, 61.65; 5, 22.24, alude a Veleda, virgen germánica. De Aurinia —según otra lección, Albrinia— da noticia en el capítulo 8 de su Germania: «Vidimus sub Divo Vespasiano Velaedam diu apud plerosque (Germanos) numinis loco habitam. Sed et olim Auriniam et complures alias venerati sunt, non adulatione nec tanquam facerent deas» (Germania, 8, 3, ed. PERRET, p. 75).

80 Enrique Luden (1780-1847), protestante prusiano, profesor de Historia en Jena, autor de Die Geschichte des Deutschen Volks, 12 vol., Gotha, 1825-1837. Sobre su influencia en el catolicismo alemán de la época, vid. GOYAU, II, 226. Möhler le trató personalmente e hizo con él una «amistad no común» durante su visita a Jena, octubre 1822. Vid. Aktenstücke, I, 69.

81 Este mito viene narrado por Diodoro de Sicilia en el libro III, §§ 58-59 de su Biblioteca Histórica (ed. C. H. ALDFATHER, Harvard University Press, vol. II, pp. 269-278). Nada hay menos exacto, como es sabido, que la virginidad que Möhler atribuye a Cibeles: la síntesis del mito, que Creuzer ofrece en la página que Möhler cita, habla precisamente del hijo que tuvo con Attis, dios supremo de los frigios. Sin duda, Möhler pretendía decir que Mausias no tuvo trato carnal con la «madre de los frigios». El texto de Diodoro dice: «... Mausias el frigio, que fue admirado por su inteligencia y por su castidad; signo de su inteligencia fue [...] el hecho de su abstinencia de los placeres sexuales hasta el día de su muerte» (III, 58, 3; p. 270).

82 Parsismo. Nombre actual de una de las comunidades religiosas herederas del antiguo zoroastrismo (cf. GUERRA, I, 236-244). La religión de Zoroastro (siglo VI a. de C.) creía en efecto en la resurrección de los muertos: un texto típico en el Avesta 19, 10-11 (vid. GUERRA, III, 261). —Talmud. Palabra hebrea que significa doctrina, enseñanza y que designa el conjunto de los escritos canónicos de los judíos en los que se halla condensada la tradición posbíblica. Está constituido por la Mishna —leyes y reglas posbíblicas— con sus comentarios, y se expresa en dos tradiciones: el Talmud de Babilonia (siglo II-V) y el palestino (siglo III-IV).

83 Esta prescripción se deduce de diversos lugares del Antiguo Testamento (por ejemplo, 1 S 21, 5 y Ex 19, 15, que jugarían un importante papel en la tradición cristiana), y se acentúa en la praxis judía basada en la legislación extrabíblica. El Sumo Sacerdote debía pasar las siete noches que preceden al día de la expiación recluido en el templo: «de este modo se eliminaba toda posibilidad de que el sumo sacerdote contrajese la impureza levítica, especialmente a través de su mujer» (J. JEREMIAS, Jerusalén en tiempos de Jesús, Madrid 1977, pp. 172-73).

84 Palabra hebrea, plural de Kôhên, el sacerdote, forma de participio, probablemente «el que está en presencia» o «el que asiste»: cf. Dt 10, 8 y 18, 7.

85 El razonamiento es típicamente möhleriano: la ley, en su positividad externa, sanciona las más profundas y auténticas dimensiones de la realidad y del espíritu religioso del hombre. Los párrafos que siguen ilustran y desarrollan esta tesis, que aparece con frecuencia a lo largo de todo el escrito, concretamente en su polémica con la interpretación gnóstica del celibato, que abordará a continuación.

86 Este personaje, que es el primer «dato histórico» que aporta el Memorial (p. 14-15) en favor de su tesis, excita la ironía universitaria de Möhler, al comprobar la falta de rigor científico con que sus adversarios manejan las fuentes históricas. El texto que cita está tomado del Periodus Pauli et Theclae, al que se refiere San Jerónimo en su De Scriptoribus ecclesiasticis, cap. 7 (PL 23, 651) y Tertuliano en el De Baptismo, c. 17, 5 (PL 1, 1328-1329; ed. BORLEFFS [=CSEL,1], 292, 23-32), y cuya redacción el Memorial, con toda naturalidad, sitúa «poco después de la muerte de San Pablo». En realidad debió ser escrito hacia el año 190. —Los Acta Pauli et Theclae pertenecen al género apócrifo del NT. Tertuliano nos informa que, cuando se descubrió el fraude, el autor, un sacerdote de Asia Menor, fue depuesto de su oficio. San Jerónimo es el que transmite lo del Apóstol San Juan, poniéndolo en boca de Tertuliano, que, como hemos visto, no trae este dato. «La narración tiene todas la apariencias de la ficción y carece, al parecer, de toda base histórica» (QUASTEN, I, 137). Texto latino: Passio S. Theclae Virginis, ed. O. von GEBHARDT, Leipzig 1902.

87 Un resumen de la cuestión crítica acerca de las cartas de San Ignacio de Antioquía puede verse en Ignacio de Antioquía, Cartas. Policarpo de Esmirna, Carta. Carta de la Iglesia de Esmirna a la Iglesia de Filomelio, ed. Ciudad Nueva, Madrid 1991, introducción, traducción y notas de Juan José Ayán Calvo, pp. 39-74. El texto griego de la carta apócrifa a los filadelfios, en pp. 537-541. El pasaje que cita el Memorial p. 15, corresponde al cap. IV, vv. 4-5 y se encuentra en RUIZ BUENO, 538, 47-49 y 539, 1-6. Ofrecemos la traducción: «Vosotros, los que sois vírgenes, y tenéis vuestras almas iluminadas por el Espíritu, sólo tenéis ante los ojos a Cristo y a su Padre. Me gozo en vuestra santidad, que es semejante a la de Elías, de Jesús hijo de Yavé, de Melchisedech, de Eliseo, de Jeremías, de Juan Bautista, del discípulo bien amado, de Timoteo, de Evodios y de Clemente, los cuales, todos, han abandonado esta vida permaneciendo castos. Si hago mención de éstos, no es porque condene a los otros bienaventurados por haber contraído matrimonio: porque yo ruego a Dios que me juzgue digno de entrar en el Reino siguiendo sus huellas, allí donde están Abrahán, Isaac y Jacob, José, Isaías y los otros profetas, Pedro, Pablo y los otros apóstoles que han contraído matrimonio».

88 Eusebio, obispo de Cesarea († 340), exégeta y gran historiador de la antigüedad cristiana, sobre todo, con su obra Historia Eclesiástica. San Epifanio (315-403), obispo de Salamina, escribió contra apolinaristas y arrianos.

89 Memorial, pp. 42-43. Vid. infra IV, A, 9.

90 La identificación, por su actitud espiritual, entre los antiguos gnósticos y los modernos racionalistas, demuestra la agudeza de análisis que Möhler hace de los movimientos intelectuales de su época. Hoy, dos siglos después de la Beleuchtung, el diagnóstico ha sido confirmado por numerosos pensadores. Vid. L. F. Mateo-Seco, Gnosticismo, en GER, 11 (1972) 61-63; H. CORNELIS, La gnose éternelle, Paris 1959; M. J. LE GUILLOU, Le mystère du Père. Foi des apôtres, gnoses actuelles, Paris 1973.

91 SAN JUSTINO († ca. 165), Apología I, cap. 15, vv. 6-7 (PG 6, 439; ed. RUIZ BUENO, 196).

92 ATENÁGORAS (siglo II), Legatio pro christianis, cap. 33 (PG 6, 965; ed. RUIZ BUENO, 203s).

93 Las Constituciones Apostólicas son la más amplia compilación canónica y litúrgica de la Antigüedad Cristiana. Al final del libro VIII, que describe el rito de la ordenación y la liturgia eucarística, se encuentra un conjunto de 85 cánones conocidos con el nombre de Cánones Apostólicos. El autor de estos cánones es distinto, aunque se inspira en las Constituciones. Tanto unos como otras representan la tradición siríaca y fueron escritos al final del siglo IV. La mejor edición de las Constituciones sigue siendo la de F. X. Funk (1905); y para los Cánones, vid. JOANNOU, I/2, 5 53. —Möhler resume aquí perfectamente el breve cap. 10 del libro 6 (Funk, 323-324), que acaba con estas palabras: «A todos éstos consideramos instrumentos del diablo e hijos de la ira» (p. 324, líneas 3-4).

94 El texto de FUNK, en 323, 21-25. Los dos subrayados son citas implícitas de 1 Tm 4, 4 y Gn 1, 31.