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Copyright

Dedicatoria

Introducción. Un “animal nuevo en el zoológico”

Escribir desafiando la grieta

Este libro y sus lectores

1. El cambio cultural

Hiperindividuos: cada uno en lo suyo defendiendo lo suyo

La promesa aspiracional: la realidad no es la única verdad

Meritocracia, pero asimétrica

La pesada herencia es la gente: la ortopedia moral

La infantilización de la sociedad

2. Orden, jerarquías y distancias sociales

¿Un orden sin política?

La señalética de la riqueza: mostrarse ricos y exitosos como capital político

Los timbreos: ¿más cerca o más lejos?

Los múltiples significados de una tarifa impagable

La promesa punitiva: el populismo de Cambiemos

3. Los equipos de Macri, Vidal y Rodríguez Larreta

Gabinetes de hombres

Gabinetes de hombres jóvenes

Gabinetes de hombres jóvenes muy instruidos

Gabinetes de hombres jóvenes muy instruidos, con experiencia en política

Gabinetes de hombres jóvenes muy instruidos, con experiencia en política y en gestión estatal

4. Mariu, Juliana, Gaby, Caro, Bullrich y Lilita. Los modelos de mujer de Cambiemos

La mujer con dos caras

La imagen de una buena esposa

La que dice lo que hay que decir

La mujer bombero

La custodia de la convicción

La guardiana de la República

Palabras finales. Cambiemos como síntoma

Agradecimientos

Referencias

Paula Canelo

¿CAMBIAMOS?

La batalla cultural por el sentido común de los argentinos

Canelo, Paula

© 2019, Siglo Veintiuno Editores Argentina S.A.

Como todos los actos del universo, la dedicatoria de un libro es un acto mágico. También cabría definirla como el modo más grato y más sensible de pronunciar un nombre.

Jorge Luis Borges (1981)

Para Catalina y Juan Ignacio, por todos y cada uno de nuestros días.

Para el Ruso, por lo increíble de habernos encontrado.

Para Brenda, por el futuro.

Introducción

Un “animal nuevo en el zoológico”

Somos un animal nuevo en el zoológico y eso genera, muchas veces, muchas dificultades para tomar nota de las señales que emitimos en este sistema de poder donde nos movemos.

Marcos Peña, en el Club Político Argentino, 19/3/2018[1]

En marzo de 2018, Marcos Peña, jefe de Gabinete de Ministros del presidente Mauricio Macri, participó en un encuentro con los miembros del Club Político Argentino, un grupo de intelectuales cercano al gobierno. Allí expresó interesantes definiciones sobre Cambiemos, la fuerza política que, con una inesperada performance electoral en 2015, había conducido a Macri a la presidencia de la Nación, a María Eugenia Vidal a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, y a Horacio Rodríguez Larreta a la jefatura de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Según Peña, Cambiemos era “un animal nuevo en el zoológico” y esa condición explicaba la “dificultad” que otros actores podían tener para comprender sus “señales”.

Este libro quiere ofrecer a sus lectores la oportunidad de evaluar si la metáfora zoológica de Peña es o no es válida para entender a Cambiemos. En todo caso, la invitación del jefe de Gabinete resulta más que atractiva: como suele suceder cuando aparece un animal nuevo en esa “casa de fieras” que es la política argentina, nuestra avidez en tanto espectadores clama ser satisfecha. Queremos ver, observar, clasificar, bautizar, reconocer, etiquetar, opinar sobre el ejemplar en cuestión. Y para hacerlo abrimos bien los ojos, sacudimos un poco nuestras certezas y seguridades, y nos regalamos el tiempo necesario para dar un paseo por jaulas, cubículos, jardines y recintos.[2]

En 2015, la alianza Cambiemos se abrió paso en la contienda electoral para llevarse los premios mayores. La unión entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica irrumpió para deslumbrarnos con una promesa cargada de futuro, desbordante de prosperidad y buenas nuevas: felicidad, crecimiento, éxito, meritocracia, orden, modernización, dólares, eficiencia, estabilidad, transparencia, justicia, honestidad, capacidad, confianza, alegría, instituciones, paz, esperanza, seguridad. Y, aparentemente, nada de política.

Tras ganar las elecciones más importantes del país, y en pocos años de gestión, Cambiemos puso en marcha un agresivo plan de refundación de la sociedad argentina. Logró conciliar un profundo proceso de redistribución regresiva del ingreso con importantes performances electorales, sorpresivas en 2015 y contundentes en 2017, al obtener la adhesión más o menos estable de los más variados sectores sociales, desde los beneficiados hasta los perjudicados, desde los obvios hasta los más inesperados.

Cambiemos enarboló la bandera de un “cambio cultural” imprescindible, según su visión, para terminar con la Argentina del populismo, del “atajo”, la “prebenda”, la “mentira” y el “fracaso”, cambio que resignificó elementos centrales de nuestro sentido común, entre ellos el mérito, la aspiración, el sacrificio, el deseo de un “país normal”. Estableció poderosas alianzas con los sectores financiero, agrario, energético, de telecomunicaciones y medios, con fuertes ramificaciones hacia el Poder Judicial. Pobló el Estado de lobbystas y representantes corporativos del sector privado y dejó en sus manos el diseño y la ejecución de las políticas públicas. Montó y puso en marcha una disciplinada maquinaria comunicacional que blindó a sus funcionarios ante las críticas, debilitó la libertad de expresión e información de los argentinos y redujo la oposición política a una desorientación flagrante, cuando no al silencio o a la colaboración.

Entre 2015 y 2019, el gobierno de Cambiemos no solo intentó desmantelar el modelo de sociedad implementado por los gobiernos kirchneristas desde 2003. Fue mucho más allá: puso en cuestión, con mayor o menor éxito, varios de los pactos, promesas y creencias que cimentaban la democracia de nuestro país desde al menos 1983, y propuso reemplazarlos por otros nuevos o bien reciclados.

Sin embargo, mientras este libro termina de escribirse, aquel gobierno invencible, que como un flautista de Hamelin supo conducir a una sociedad sorprendentemente dócil por un sendero de refundación regresiva, parece estar al borde del colapso. Profundamente debilitado, no encuentra salida a una crisis económica, social y política sin retorno aparente, y al despertar de la oposición.

Lo sorprendente es que esta crisis fue gestada, desatada y profundizada por el propio Cambiemos prácticamente en soledad. Sus causas se encuentran en las contradicciones internas del gobierno y del modelo, y en los graves errores políticos y de gestión cometidos, antes que en las resistencias de la sociedad argentina, la reacción de sus organizaciones o el accionar temprano de la oposición política.

La aspiración, el crecimiento, el éxito, la felicidad, los dólares y todas las banderas de la deslumbrante promesa originaria se redujeron velozmente a un predatorio acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, un puñado de medidas económicas que solo postergan un desastre inminente, ineficaces sobreactuaciones del presidente y sus altos funcionarios en un desesperado esfuerzo por retomar el control de la política y de la economía, y la profundización de una promesa punitiva contra una interminable lista de enemigos.

El contraste entre ambas instantáneas, la de fines de 2015 y la de mediados de 2019, es solo una muestra de lo que fueron los increíbles, vertiginosos días vividos por los argentinos desde que Cambiemos llegó al gobierno.

Ese vértigo, esa vorágine cotidiana, fue evidente tanto para los estudiosos o analistas de la política y la sociedad, y que a raíz de nuestro trabajo estamos interesados en el día a día de esta desenfrenada montaña rusa, como para quienes lo vivieron desde la calle, la oficina, el comercio, el taller, la fábrica, el hogar, la escuela, la universidad. Estos pocos años de gestión macrista lograron que volviera a nuestra piel, a nuestra espalda, a nuestra nuca, el angustiante recuerdo de los alucinados timings característicos de la Argentina. Si fuera posible construir un “índice de vértigo” y aplicarlo a nuestra historia reciente, estos días transcurridos entre 2015 y 2019, estos años de Cambiemos, ocuparían los primeros puestos por derecho propio.

La historia de este libro también está atravesada por ese vértigo, por la sensación de ascenso y caída, de aceleración y frenada. Fue pensado durante los primeros meses de 2018 como un trabajo destinado a explicar qué había detrás de la extraordinaria potencia de la promesa de Cambiemos: detrás de la aspiración, de la meritocracia, del cambio cultural.

Pero el día en que comenzó a plasmarse en una propuesta editorial concreta, en mayo de 2018, una corrida contra el peso inició la crisis del gobierno. Después nada volvió a ser igual, “pasaron cosas” y se desataron todas las “tormentas”. Y aquel primer impulso de explicar la inexplicable eficacia de la promesa se estrelló casi de inmediato contra los límites de la realidad tangible.

Lo cierto es que, pase lo que pase en el futuro inmediato y no tan inmediato, gane quien gane las presidenciales de 2019, sea cual sea el destino de Cambiemos como fuerza política, la primera experiencia en el gobierno nacional de este “nuevo animal en el zoológico” ya es un hecho concreto en la historia de los argentinos. Y eso invita a pensarlo, analizarlo e intentar comprenderlo tanto en sus aspectos más visibles como en los menos evidentes.

Porque, más allá de lo que ocurra después de las próximas elecciones, el hecho de que este intrigante ejemplar político nos haya gobernado como lo hizo entre 2015 y 2019 habla de que en nuestra sociedad se produjeron cambios muy profundos, y de que debemos tomarlos muy en cuenta para construir el futuro.

Escribir desafiando la grieta

Según el sociólogo Juan Carlos Torre (2017), toda investigación es producto de una insatisfacción. La que motiva este libro surge, entre otras cosas, de la creencia de que las interpretaciones dominantes sobre el gobierno de Cambiemos son insuficientes, y de que poco sabemos aún sobre este “nuevo animal”.

Muchas de esas interpretaciones, surgidas durante los primeros meses de la presidencia de Macri, han perdido su potencia con el paso del tiempo, la velocidad de los acontecimientos y los altibajos en la cotización del dólar. Otras, sin embargo, han perdurado casi inalterables a lo largo de estos años. Entre ellas destacamos dos, que permearon gran parte de la discusión pública sobre Cambiemos desde al menos 2016, y que lograron una extraña convivencia pese a plantear visiones contradictorias sobre un mismo fenómeno. En forma similar a las opiniones opuestas sobre el primer gobierno de Carlos Menem a comienzos de la década del noventa, oscilan entre la demonización y la subestimación del gobierno de Cambiemos: una rara mixtura de fascinación y desdén.

Por un lado, tenemos un diagnóstico que podría denominarse la “teoría de los genios satánicos” de Cambiemos. ¿Qué nos dice? Que este gobierno fue, en esencia, un plan magistral para la dominación de nuestra sociedad, concebido por ideólogos perversos e inescrupulosos ocultos en las sombras (el lector evocará de inmediato la figura del consultor estrella Jaime Durán Barba). Tras bambalinas, estos influyentes émulos de Richelieu habrían logrado instalar y mantener en el poder a una fuerza política surgida de la nada, apelando a la manipulación, el “blindaje” mediático y la febril actividad de los trolls en las redes sociales.

Sería una nueva teoría del cerco, pero que esta vez no pretende explicar los desvaríos de un Perón anciano “enceguecido” por las malas artes del “brujo” López Rega, sino demostrar que la transformación que implementó Cambiemos entre 2015 y 2019 fue posible por un engaño, por un “cerco” extendido sobre nuestra inocente sociedad, cegada, ensordecida, enmudecida, imposibilitada de “darse cuenta”.

Esta hipótesis de los genios satánicos incluye versiones más economicistas, que afirman que este gobierno “vino” con un único y pertinaz objetivo: concretar el plan de negocios del gran poder económico argentino, del que sus funcionarios serían meros empleados ejecutores o, en el mejor de los casos, interesados accionistas. Y que nuestra sociedad, “cercada” por engaños y mentiras, no pudo ver que en realidad Macri era la fiesta a la que nunca la iban a invitar.

Por otro lado, tenemos la “teoría del golpe de suerte”, que si bien surgió durante los primeros meses de gobierno no pierde actualidad. Según este diagnóstico, los funcionarios de Cambiemos (demonios omniscientes para la primera teoría) son apenas un puñado de niños ricos, aburridos e inoperantes, llegados al poder político por mera casualidad. Esta teoría dice que la elección de Mauricio Macri (el vástago que nunca habría podido contentar a su hiperexigente padre) como presidente de la Nación en 2015 fue producto del azar, una “anomalía” pasajera. De allí se derivó un pronóstico, que hoy sabemos incumplido pero que reconfortó a varios durante los primeros tiempos: quienes solo habían sido capaces de gestionar el “Festilindo” de la ciudad de Buenos Aires durarían pocos meses en el poder. Solo había que esperar. Porque, una vez más, lo único que nuestra narcotizada sociedad necesitaba era tiempo para “darse cuenta”.

Pero no. Ni genios satánicos, ni inoperantes niñitos del tradicional colegio Cardenal Newman. A todo ritmo, como un raudo elefante que pasa a nuestras espaldas, se instaló en el poder con decisión y ambición un elenco político nuevo, con prácticas, signos y lenguajes que parecían modernos, pero que por momentos también nos resultaban viejos y familiares. Buscábamos respuestas en nuestra caja de herramientas y no las encontrábamos. Para algunos, el gobierno de Cambiemos tenía cierto “aire de familia” con experiencias históricas tan diferentes entre sí como el menemato, la Alianza, la dictadura militar de 1955 o la que comenzó en 1976. ¿Quién de nosotros no escuchó durante estos años “Macri es la dictadura”, “son los gorilas del 55”, “son la pata civil del Proceso”? Pero no, tampoco.

Todos los conceptos, más o menos acertados, más o menos delirantes, con que buscábamos entender, definir, etiquetar a este “animal nuevo en el zoológico” caían, además, en el abismo de la llamada “grieta”. Todo lo que se decía o se escribía era automáticamente clasificado de uno u otro lado. Todas las ideas que resultaban viables, lo eran solo para quienes ya las compartían de antemano.

Fue el caso de conceptos como “gobierno de los CEO” o “ceocracia”, que si bien suscitó investigaciones sociológicas rigurosas (Canelo y Castellani, 2017a), solo resultaron válidos para quienes ya compartían desde antes un diagnóstico similar. O el de “nueva derecha democrática y moderna” (Natanson, 2018), que generó los enojos más intransigentes. Y no principalmente porque la evidencia concreta mostrara que el gobierno de derecha de democrático tenía poco y de moderno casi nada, sino porque en la Argentina hablar de “derecha” y atribuirle valores “positivos” como novedad, democracia y modernidad no ha dejado de ser políticamente incorrecto.

Más aún: contra todas las predicciones de la oposición, mientras el gobierno avanzaba con su plan de refundación, la sociedad argentina no solo “sí se daba cuenta”, sino que aparentemente comenzaba a depredarse gustosamente a sí misma. Gran parte de una sociedad que habíamos creído que era díscola y exigente ante el poder, insatisfecha a perpetuidad y en general poco dispuesta a aceptar deterioros significativos de sus conquistas (cuando no solidaria, progresista y “buena”), toleraba, consentía o bien apoyaba decididamente la refundación de Cambiemos. También sus políticas regresivas de distribución del ingreso en perjuicio de las mayorías, sus ataques contra la educación, la ciencia, las minorías, los derechos humanos e incluso los sectores más vulnerables, como los discapacitados o los jubilados. Peor aún: las adhesiones a Cambiemos “perforaban” la pirámide social de arriba abajo, y tanto los sectores beneficiados como los perjudicados, tanto los más obvios como los más inesperados, renovaban su apoyo al proyecto regresivo. La lentitud de nuestra reacción frente al “nuevo animal” fue inversamente proporcional a la velocidad con que este ejecutaba su “cambio cultural”.

Es que ninguno de estos diagnósticos, conceptos o ideas –ni la teoría de los genios satánicos ni la del golpe de suerte ni las otras– lograron reconocer que no se trataba solo de perversión o genialidad de los ideólogos, de manipulación, de “blindaje”, de un plan de negocios, de casualidad, de fatalidad.

Se trataba de profundos cambios que se estaban produciendo en nuestra sociedad, y de los que Cambiemos era ni más ni menos que un síntoma.

Este libro y sus lectores

Como todo libro, este también busca un lector y lo imagina. Piensa en un lector interesado, disconforme, crítico y atento, aunque no especializado o experto. Y le propone un conjunto de ideas para intentar comprender el gobierno de Cambiemos, con la expectativa de responder preguntas centrales, algunas cotidianas y concretas, sobre la experiencia que hemos vivido los argentinos entre 2015 y 2019.

Por ejemplo: ¿cómo logró Cambiemos implementar con éxito durante varios años un proyecto antipopular contando con el apoyo o la pasividad de los perjudicados? ¿Cómo fue posible que vastos sectores de nuestra sociedad hayan aceptado que un gobierno integrado, en gran parte, por “ricos no meritócratas”, les exigiera meritocracia, esfuerzos y sacrificio a cambio de más pobreza, desempleo y precarización? ¿Por qué fueron eficaces entre nosotros las figuras de los CEO y de los emprendedores como modelos a seguir? ¿Qué tan CEO fueron los CEO a la hora de gobernarnos, y qué tan “gobierno de los CEO” fue el de Cambiemos? ¿Qué rol jugaron las mujeres del entorno del “feminista menos pensado”? ¿Qué función cumplieron los timbreos, los símbolos infantiles y las tarifas impagables en el modelo? ¿Por qué, aunque el kirchnerismo y Cambiemos propusieron modelos de sociedad diferentes, ambos mantuvieron la grieta para gobernar?

Este libro le propone al lector la idea de que Cambiemos es una ventana desde la cual podemos identificar, observar y entender algunas de las transformaciones de largo plazo en la sociedad argentina. De que es el síntoma de una modificación profunda en el lazo social y en las solidaridades que unen nuestra sociedad, en los vínculos que mantienen los diferentes grupos sociales que la integran, en sus creencias, valores e intereses, en las relaciones que entabla con la política.

Está organizado en cuatro capítulos, separados en apartados breves, cada uno pensado en torno a preguntas y problemas, perplejidades y asombros que los argentinos vivimos entre 2015 y 2019.

Algunos de estos apartados invitarán al lector a suspender varios “sentidos comunes” muy instalados sobre Cambiemos y le propondrán nuevas interpretaciones. Otros discutirán la capacidad de ciertos conceptos de las ciencias sociales (sociología, ciencia política, historia política, historia reciente y antropología) para comprender fenómenos concretos de nuestra experiencia de estos años. En otros, se presentarán resultados de investigaciones empíricas que permiten conocer en profundidad algunos aspectos poco estudiados sobre este “nuevo animal”. En los restantes, se propondrán disparadores de nuestra vida cotidiana que nos permitan articular reflexiones más profundas. En todos los casos, las fuentes del análisis fueron múltiples: desde la bibliografía más tradicional, pasando por datos producidos por el equipo de investigación del Observatorio de las Elites del Citra (Conicet-UMET),[3] hasta un archivo audiovisual construido con material de las principales redes sociales (en especial, Twitter y Facebook) relevado por la autora en forma sistemática durante más de tres años.

Este trabajo fue pensado como un texto de divulgación, más como ensayo que como texto académico. Antes que “enseñar la verdad” sobre el gobierno de Cambiemos o imponer una interpretación más “verdadera” que las existentes mediante la demostración rigurosa, quiere contribuir a ampliar aquello que sabemos y creemos, o bien ponerlo en cuestión. Es, sí, un texto crítico de Cambiemos. Pero evitará las chicanas, las acusaciones y las descalificaciones, y no se propondrá construir (o contribuir a) un discurso moral sobre “lo bueno” o “lo malo” de esta experiencia política. Por sobre todo, buscará entender sin justificar ni demonizar.

Por último, este libro es una intervención en un escenario abierto e inconcluso. Cuenta con algunas de las ventajas y (todas) las desventajas de intervenir, no después sino durante, cuando el destino y las perspectivas del gobierno de Mauricio Macri, y de Cambiemos, son inciertos. Es un libro sobre el vértigo, escrito en pleno vértigo.

Y también, como todo libro, es una expresión de deseos: en este caso el de contribuir, desde las ciencias sociales, a ampliar la comprensión de los grandes escenarios, las grandes decisiones y los grandes procesos que moldean nuestra vida cotidiana para posibilitar la construcción de proyectos colectivos y de una sociedad más igualitaria, justa y solidaria.

[1] Marcos Peña “Conversación pública entre el jefe de Gabinete de Ministros Marcos Peña y el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, con los socios del CPA”, reunión de socios del lunes 19 de marzo de 2018, disponible en <www.clubpoliticoargentino.org/reunion-de-socios-64> (consultado: 20/3/2019).

[2] Agradezco a Carlos Díaz por esta observación.

[3] El Observatorio de las Elites es un programa de investigación radicado en el Centro de Innovación de los Trabajadores (Conicet-UMET), que produce conocimiento científico actualizado y riguroso sobre las élites argentinas para hacerlo accesible al público no especializado. Disponible en <www.citra.org.ar/observatorio-de-las-elites> (consultado: 1/4/2019).