1 Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo. Conversaciones sobre la Divina Comedia. Infierno, Ediciones Encuentro, Madrid 2014, pp. 7-8.

2 El árbol de los zuecos (Italia, 1978), dirigida por Ermanno Olmi, es una película que narra la vida de los campesinos de la provincia de Bérgamo a finales del siglo XIX.

3 Cf. Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit. pp. 16-18.

4 Cf. Dino Buzzati, «Nuovi strani amici», en Paura alla scala, Oscar Mondadori, Milán 1984.

5 Purgatorio, canto XXXI, v. 129, p. 352.

6 Canto XXXIII, vv. 125-126, p. 533.

7 Rimas, IX «A Guido Cavalcanti», p. 842.

8 Paraíso, canto XXXIII, vv. 142-145, p. 534.

9 Eugenio Montale, «La agave en el escollo - Mistral», Huesos de sepia, Alberto Corazón Editor, Madrid 1975, p. 101.

10 Cf. Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit., pp. 25-27.

11 G. Leopardi, «Pensamientos» LXVIII, en Poesía y prosa, Alfaguara, Madrid 1979, pp. 465-466.

12 Paraíso, canto XXXIII, vv. 19-21, p. 530.

13 Cf. Oscar Milosz, Miguel Mañara, Ediciones Encuentro, Madrid 2009, p. 34.

14 La misión (Reino Unido, ), dirigida por Roland Joffé e interpretada por Robert De Niro y Jeremy Irons.

15 Cf. Paraíso, canto XXXIII, vv. 16-18, p. 530.

16 Purgatorio, canto XVII, v. 95, p. 277.

17 Ib., v. 96.

18 Ib., v. 96.

19 Charles Southward Singleton (1909–1985), crítico literario y uno de los más relevantes estudiosos de Dante del siglo XX, fue profesor en la universidad de Harvard.

20 Purgatorio, canto XVI, vv. 70-72, p. 271.

21 Purgatorio, canto XVIII, vv. 73-75, p. 281.

22 «EL ABAD– Te observo desde hace mucho tiempo. Nosotros, a pesar de tener nuestros ojos fijos en el breviario, lo vemos todo. Escúchame; os he dejado llorar en mi regazo, y habéis llorado y gritado como un recién nacido. Pero ahora levanto el dedo lleno de cólera. Escuchad cómo grito: ¡Silencio! ¿Qué sabes tú de dolor, hijo mío? Has venido aquí para ser sinceramente reprendido y ahora te apartas de la dulce voz de la Penitencia. Has venido. Estás aquí. Y todo va bien. ¿No comprendes hijo? Lo que ocurre es que piensas en esas cosas que ya no existen y nunca han existido, hijo mío» (Oscar Milosz, Miguel Mañara, op. cit, pp. 44-45).

23 Infierno, canto I, v. 2, p. 21.

24 Giovanni Pascoli, «Los dos huérfanos», cit. en Luigi Giussani, Mis lecturas, Ediciones Encuentro, Madrid 1997, pp. 45-46.

25 Purgatorio, canto III, v. 122, p. 205.

26 Cf. Thomas S. Eliot, «Coros de la Piedra», VI, en Poesías reunidas, Alianza Editorial, Madrid 1995, p. 182.

27 Paraíso, canto I, v. 113, p. 368.

28 Purgatorio, canto XXXIII, v. 145, p. 363.

29 Infierno, canto III, v. 109, p. 34.

30 Infierno, canto III, v. 99, p. 34

31 Cf. Infierno, canto IV, vv. 53-61, pp. 37-38.

32 Cf. Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit., pp. 101-121.

33 Infierno, canto II, v. 124, p. 30.

34 «Libertà va cercando, ch’è sí cara/, come sa chi per lei vita rifiuta», vv. 71-72, p. 194 (ndt).

35 Paraíso, canto XXXIII, v. 145, p. 534.

36 La expresión original de la Comedia es «donna del ciel», lo que explica la etimología que establece el autor (ndt).

37 El autor se refiere a continuación a la correspondencia entre las rimas de los dos últimos tercetos del canto I del Purgatorio y los dos últimos del canto XXVI del Infierno, referente a Ulises («acque», «piacque», «rinacque»). Los tercetos del Purgatorio dicen así: «Venimmo poi in sul lito diserto, che mai non vide navicar sue acque/ omo, che di tornar sia poscia sperto.// Quivi mi cinse sì com’altrui piacque:/ oh maraviglia! ché qual elli scelse/ l’umile pianta, cotal si rinacque// subitamente là onde l’avelse» y los del Infierno: «Noi ci allegrammo, e tosto tornò in pianto;/ ché della nova terra un turbo nacque/ e percosse del legno il primo canto.// Tre volte il fé girar con tutte l’aqcue/ e la quarta levar la poppa in suso/ e la prora in giù, com’altrui piacque// infin ce’el mar fu sovra noi richiuso». También la rima de los versos«Vennimo poi in sul lito diserto» e «omo, che di tornar sia poscia esperto» (Purgatorio I, v. 130 y 132) remiten a los del canto de Ulises «quella compagna/ picciola da la quale non fui diserto» y «l’ardore/ chi ebbi a divenir del mondo esperto» (Infierno XXVI, vv. 98 y 103, ndt).

38 Cf. Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit., pp 141-142.

39 Cf. R. Guardini, La esencia del cristianismo. Una ética para nuestro tiempo, Ed. Cristiandad, Madrid 1984.

40 «El verdadero protagonista de la historia es el mendigo: Cristo mendigo del corazón del hombre y el corazón del hombre mendigo de Cristo». Testimonio de Luigi Giussani durante el encuentro del Santo Padre Juan Pablo II con los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades, Roma, Plaza de San Pedro, 30 de mayo de 1998. Recogido en Luigi Giussani, Stefano Alberto, Javier Prades, Crear huellas en la historia del mundo, Ediciones Encuentro, Madrid 1999, p. 14.

41 Vladimir Soloviev, Los tres diálogos y El relato del Anticristo, Scire, Barcelona 1999, pp. 72-73.

42 V. Soloviev, op. cit., p. 73.

43 Cf. Oscar Milosz, Miguel Mañara, op. cit., p. 27.

44 Cf. Luigi Giussani, Dios es misericordia, apuntes de una lección de Luigi Giussani en el retiro de Cuaresma de los Memores Domini, Pianazze, 16 de febrero de 1975. Recogido en Huellas-Litterae Communionis, Página Uno, marzo 2007.

45 Thomas S. Eliot, «Los Coros de la Piedra», op. cit., p.183.

46 «Se debe reconocer sin reservas lo que tiene de positivo el desarrollo moderno del espíritu: todos nos sentimos agradecidos por las maravillosas posibilidades que ha abierto al hombre y por los progresos que se han logrado en la humanidad. Por lo demás, la ética de la investigación científica [...] debe implicar una voluntad de obediencia a la verdad y, por tanto, expresar una actitud que forma parte de los rasgos esenciales del espíritu cristiano. La intención no es retroceder o hacer una crítica negativa, sino ampliar nuestro concepto de razón y de su uso». Benedicto XVI, Encuentro con el mundo de la cultura, Universidad de Ratisbona, 12 de septiembre de 2006.

47 Infierno, canto IV, v. 42, p. 37.

48 Paraíso, canto V, v. 80, p. 387.

49 Purgatorio, canto V, vv. 91-108, p. 215.

50 Infierno, canto II, vv. 4-5, p. 26.

51 El claustro que rodea el perímetro del templo sirve para el rezo del rosario completo (ndt).

52 Cuando Gaudí tenía que realizar alguna estatua (es una práctica común entre los escultores y los médicos para estudiar la anatomía del cuerpo humano), acudía al hospital de los pobres situado en el centro de Barcelona, el hospital de la Santa Creu, donde unos religiosos asistían a los desahuciados. Un día una religiosa le pidió que rezara al lado de un enfermo que no tenía familia; algunos testigos cuentan que allí Gaudí tuvo la visión de una familia —padre, madre y un niño— que asistía en el último trance al moribundo; por ello, por iniciativa propia, su gran amigo escultor, Matamala, que estuvo presente en ese momento, quiso representarlo en el bajorrelieve mencionado. Es de notar que la talla de San José en la fachada de la Natividad tiene el mismo rostro de Gaudí reconocible por su perfil tan característico (ndt).

53 Paraíso, canto XXXIII, vv. 16-18, p. 530.

54 Infierno, canto I, v. 7, p. 21.

55 Purgatorio, XXXIII, v. 145, p. 363.

56 «¿Por qué motivo esperamos de Dios la vida eterna y las gracias necesarias para merecerla? Esperamos de Dios la vida eterna y las gracias necesarias para merecerla porque Él, infinitamente bueno y fiel, nos las prometió por los méritos de Jesucristo». Catecismo de Pío X, n. 239.

57 «¿Qué es la indulgencia? La indulgencia es una remisión de pena temporal debida a los pecados que la Iglesia concede bajo ciertas condiciones a quien está en gracia, aplicándole los méritos y las satisfacciones sobreabundantes de Jesucristo, de la Virgen y de los Santos, las cuales constituyen el tesoro de la Iglesia». Catecismo de Pío X, n. 386.

58 Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit., pp. 22-23.

59 Cf. Charles Péguy, Verónica, diálogo de la historia y el alma carnal, Nuevo Inicio, Granada 2008, pp. 169 y 171.

60 Referencia al v. 60 de este canto: «e di malizia gravido e converto», en que «gravido» indica, además de peso o gravidez, la idea de embarazo, gestación, y que aquí hemos traducido como «cubierto bajo el peso de la malicia» (ndt).

61 «En cuanto a los que opinan que los astros, independientemente de la voluntad de Dios, determinan tanto nuestros actos como los bienes que tenemos y los males que padecemos, a estos no les debe prestar oídos nadie. Y no me dirijo solamente a aquellos que profesan la verdadera religión, sino a cualquiera que se precie de adorar algún dios, aunque sea falso. [...] Contra esta sacrílega e impía audacia nosotros afirmamos que nosotros hacemos voluntariamente aquello que tenemos conciencia y conocimiento de obrar movidos por nuestra voluntad». San Agustín, La ciudad de Dios, V, 1, 9.

62 Cit. en Umberto Eco, El péndulo de Foucault, cap. 118. Quizá la cita no pertenezca en realidad a Chesterton, pero generalmente se le atribuye a él y así hacemos también aquí.

63 Baruch Spinoza, Ética demostrada según el método geométrico, parte II, proposición XXXV.

64 Piero Angela, L’uomo e la marionetta, Garzanti 1973, p. 263. «Creemos que somos libres mientras que la biología nos demuestra que somos máquinas químicas completamente condicionadas por los cromosomas y el ambiente que nos rodea. Nuestras ideas y nuestro comportamiento no son en absoluto actos libres, sino resultados de una acción combinada de la herencia y el ambiente» (op. cit., p. 6).

65 Cit. en Luigi Giussani, El sentido de Dios y el hombre moderno, Ediciones Encuentro, Madrid 2005, p. 121.

66 Luigi Giussani, Los orígenes de la pretensión cristiana, Ediciones Encuentro 2011, p. 107.

67 «El sumo deseo de toda cosa, dado en primer lugar por la misma naturaleza, es el retorno a su principio. Y como Dios es el principio de nuestras almas y creador de las que a Él se asemejan (según está escrito: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza’), el deseo principal de esa alma es retornar a Dios. Y así como el peregrino que va por un camino que nunca ha recorrido, cree que toda casa que ve desde lejos es un albergue, y, viendo que no es tal, dirige su esperanza a otra, y así de casa en casa hasta que llega al albergue; de la misma manera nuestra alma, tan pronto entra en el nuevo y nunca recorrido camino de esta vida, dirige su vista al término del sumo bien suyo, y por eso cualquier cosa que ve y que parece tener en sí misma algún bien, cree que es aquel bien sumo. Como su primer conocimiento es imperfecto, porque no tiene experiencia ni enseñanza, los pequeños bienes le parecen grandes, y a ellos endereza sus primeros deseos. Y por esto vemos a los pequeños desear por encima de todo una manzana; luego, siguiendo adelante desear un pajarillo, y más adelante desear un vestido elegante, y luego un caballo, y luego una mujer, y luego algunas riquezas modestas, y luego riquezas grandes, y por último, más grandes todavía. Y esto sucede porque en ninguna de estas cosas encuentra lo que va buscando y piensa encontrarlo más allá aún». Dante, El Convite IV, 12, 14-16 (Cf. Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit., pp. 25-27).

68 Cf. supra, p. 19.

69 Cf. Franco Nembrini, El arte de educar. De padres a hijos, Ediciones Encuentro, Madrid 2014, pp. 28ss.

70 CENSIS («Centro Studi Investimenti Sociali»), 44º informe sobre la situación social del País. 2010, Franco Angeli, Milán 2010, Presentación.

71 Cf. Joseph Ratzinger, Iglesia, ecumenismo y política, BAC 2005.

72 Ib.

73 Ib.

74 Ver aquí nota 18 del Prólogo, p. 26.

75 «Entonces, como bien sabe todo estudioso de la numerología, las cifras que componen un número se suman siempre entre ellas, para ver si de esta suma resulta un número significativo. Parte de mi vivo interés por el esquema del centro derivaba por tanto de haber notado que, en otro sentido, el «centro» del poema podía considerarse encuadrado (de la manera que ya hemos explicado) por 25 tercetos. Aquí tenemos pues un 151 (número de versos de los cantos del «marco») cuya suma da un 7, un 25 (número de los tercetos del «marco») cuya suma da 7; y finalmente un 70 (número del verso en el centro mismo del poema), ¡de cuya suma resulta de nuevo 7!». Cf. Charles S. Singleton, La poesia della Divina Commedia, Il Mulino, Bolonia 2004, p. 456.

76 Cf. op. cit., p. 457.

77 Cf. op. cit., p. 458.

78 Purgatorio, XVI, v. 40, p. 270.

79 Cf. Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit., pp. 146ss.

80 «Dice el señor: ‘Yo soy el Alfa y la Omega’» (Ap 1,8); cf. También Ap 21,6; 22,13.

81 Sobre el «cuadrado sator» cf., por ejemplo, Rino Cammilleri, Il quadrato magico, Rizzoli, Milán 1991.

82 Referencia a la novela de Jan Dobraczynski, La sombra del padre, Palabra, Madrid 2005.

83 Cf. Franco Nembrini, De padres a hijos, op. cit., pp. 145-157.

84 Cf. Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit., pp. 71-73.

85 Excalibur (EEUU 1981), dirigida por John Boorman.

86 Luigi Giussani, El sentido religioso, Ediciones Encuentro, Madrid 2008, p. 186.

87 Paraíso, canto XXXIII, v. 1, p. 529.

88 Ver nota 10 de la p. 90.

89 Paraíso, canto XXII, v. 151, p. 477.

90 Del mensaje de Julián Carrón a los participantes en la peregrinación Macerata-Loreto, 13 de junio de 2011.

91 «Observad pues, cuán cierto es que la naturaleza es fuente de energía, y que ésta es su cualidad característica, como la debilidad lo es de la razón». Giacomo Leopardi, Zibaldone de pensamientos, 69, Tusquets Editores, Barcelona 1999, p. 160.

92 Gilbert K. Chesterton, Autobiografía, Acantilado, Barcelona 2003, p. 104.

93 Infierno, canto II, v. 116, p. 30.

94 Juego de palabras que no se puede traducir al español: en la versión original del poema, Leopardi se refiere a la belleza como «Viatrice», traducido como «viajera», con el sentido de «compañera de camino», que es eco de «Beatrice». Cf. Franco Nembrini, Dante, poeta del deseo, op. cit., p. 131, nota 7 (ndt).

95 Cf. Giacomo Leopardi, «A su dama», en Cantos, Edición bilingüe de Nieves Muñiz Muñiz, Cátedra, Madrid 1998, pp. 287-289.

96 Ib.

97 Traducción aproximada. En el texto original de la Comedia, Beatriz dice «guardaci», lo que da pie al siguiente comentario del autor: «no se trata de un ‘plurale maiestatis’, sino de un adverbio, mira dentro, mira hasta el fondo lo que tienes ante ti». Se trata de los dos significados de la partícula «Ci»: el pronombre «nos» y el adverbio / preposición «aquí, dentro de» (ndt).

98 En el original «ogne abito destro», Purgatorio canto XXXI, v. 116, p. 346. Se entienden así los comentarios del autor a este verso (ndt).

99 Oscar Milosz, Miguel Mañara, op. cit., p. 43.

100 Infierno, canto V, vv. 106-111, p. 45.

101 Para la correspondencia de las rimas véase: Infierno, Canto V, vv. 106-111, p. 45: «Caina attende chi a vita ci spense!/ [...] Quand’io intesi quell’ anime offense/ [...], fin che’l poeta mi disse: ‘che pense?’» y Purgatorio, Canto XXXI, vv. 7-12, p. 348: «che la voce si mosse, e pria si spense/ [...]/ Poco sofferse; poi disse: ‘che pense?/ [...] in te non son ancor da l’acqua offense’» (ndt).

102 Cf. Aquí, capítulo 4, Interludio, pp. 107-121.

103 Cf. Purgatorio, canto XXXI, vv. 22-24, p. 348: «Ond’ella a me: ‘Per entro i mie’ disiri/ che ti menavano ad amar lo bene/ di là dal qual non è a che s’aspiri’» e Infierno, canto V, vv. 118-120, p. 45 : «al tempo d’i dolci sospiri/, a che e come concedette amore/ che conosceste i dubbiosi disiri?’».

104 Infierno, canto V, v. 125, p. 45.

105 Ib., v. 113-114, p. 45.

106 Ib., v. 121-123, p. 45.

107 Infierno, canto I, v. 91, p. 24.

108 Infierno, canto V, v. 104, p. 45.

109 Ib., v. 39, p. 42.

110 Ib., v. 142, p. 46.

Franco Nembrini

Dante, poeta del deseo
Purgatorio

Traducción de Ricardo Sánchez Buendía

Revisión y adaptación de Carmen Giussani

Título original: Dante, poeta del desiderio. Purgatorio

© El autor y Ediciones Encuentro, S.A., Madrid 2016

© de la ilustración de cubierta: Gabriele Dell’Otto

Edición original publicada por Itacalibri, Castel Bolognese, 2014

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Colección 100XUNO, nº 5

Fotocomposición: Encuentro-Madrid

ISBN: 978-84-9055-797-6

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NOTA PARA LA LECTURA

Prosigue la lectura Dantis de Franco Nembrini con este segundo ciclo de encuentros dedicados al Purgatorio. En lo que se refiere al origen de este recorrido por la Divina Comedia, remitimos a la «nota para la lectura» del volumen sobre el Infierno [1]. Aquí nos limitamos a señalar que los encuentros transcritos en estas páginas se desarrollaron en el Centro Cultural Rosetum de Milán, y no en la provincia de Bérgamo como los anteriores. Este cambio de sede conlleva un considerable cambio de público, en su mayoría distinto de aquel del primer ciclo. El relator decidió volver a algunos elementos claves de su lectura de la obra para facilitar a los nuevos participantes su comprensión. En la redacción del texto se ha tratado de reducir las repeticiones al mínimo para aligerar la lectura a los que ya han leído el volumen dedicado al Infierno. Sólo se han conservado las indispensables para no perder el hilo del discurso que aquí se desarrolla.

NOTA EDITORIAL

Todas las referencias en español de las obras de Dante, salvo que se indique lo contrario, están tomadas de Obras completas de Dante Alighieri, versión castellana de Nicolás González Ruiz, BAC, quinta edición, octubre de 2002.

Para las referencias bíblicas se ha usado la Versión Oficial de la Conferencia Episcopal Española de la Sagrada Biblia, BAC, 2011.